VALÈNCIA (EP). La recaudación del Impuesto Especial sobre la Electricidad cayó un 79% en 2022, hasta los 228 millones de euros, respecto al año precedente como consecuencia de la drástica bajada del tipo -del 5,11% al 0,5%- que entró en vigor a mediados de septiembre de 2021 y que se prorrogó sucesivamente a lo largo de todo el año pasado.
Según se desprende del Informe de Impuestos Especiales del año 2022 publicado por la Agencia Tributaria, el impacto recaudatorio estimado de esta rebaja en 2022 alcanza los 1.705 millones de euros. Además, el organismo apunta a que el consumo de electricidad registró un descenso, arrastrado por el fuerte crecimiento de los precios.
El entorno económico en 2022 se caracterizó por la presencia de una elevada inflación y por un incremento acusado de los precios de la energía durante la primera parte del año. Por ello, desde el Ejecutivo se aprobaron varios paquetes de medidas, entre los que se incluían rebajas a tributos relacionados con la electricidad o la producción energética.
En este escenario, la recaudación por Impuestos Especiales alcanzó la cifra de 20.224 millones, un 2,5% más que en 2021, sin recuperar todavía el nivel de 2019. Si el cálculo se hace sin contar con el mencionado Impuesto sobre la Electricidad, afectado por las medidas para reducir el precio de la energía, entonces los ingresos sí superaron ligeramente los de aquel año.
Junto con los impuestos relacionados con la tributación medioambiental, los ingresos de las figuras cubiertas por este informe sumaron un total de 20.447 millones, por debajo de la cifra de 2021 (-3,5%) y muy lejos de los datos de 2019, al añadirse a la rebaja de tipo comentada antes, la supresión del Impuesto del Valor de la Producción de la Energía Eléctrica, también dentro del paquete de medidas para contener los precios de la electricidad.
Los Impuestos Especiales fueron los que, entre las grandes figuras, registraron un menor crecimiento en 2022. No obstante, el comportamiento fue dispar entre las distintas figuras. En 2022 aumentaron los consumos de todos los productos sujetos a estos tributos, a excepción de la electricidad, cuyo consumo se redujo arrastrado por la intensa subida de los precios.
En algunos casos (alcohol, cigarrillos y cerveza), los consumos registraron fuertes subidas, superándose los niveles anteriores a la pandemia. Sin embargo, en el caso de los combustibles, el aumento del consumo fue más suave, y se mantuvo por debajo de los niveles de 2019, lastrado por el fuerte incremento de los precios.
En el caso del Impuesto sobre Hidrocarburos, su recaudación aumentó (4,3%), pero a un menor ritmo que en 2021 (11,3%) y no alcanzó todavía el nivel de 2019, salvo en el caso de las gasolinas. Si bien el consumo se sigue recuperando, se ha visto ralentizado por la fuerte subida de los precios, que han alcanzado máximos históricos, según apunta la Agencia Tributaria.
La recaudación del Impuesto sobre el Carbón, de su lado, rompió su tendencia de caídas de los años anteriores y aumentó, si bien mantiene un papel residual dentro del sistema -solo recaudó 58 millones-, una vez que se fue abandonando su uso en la generación de electricidad por parte de los mayores productores, según apunta Hacienda.
En lo que se refiere a la fiscalidad medioambiental, la recaudación de estos impuestos se desplomó desde 1.398 millones en 2021 a 128 millones de euros en 2022, lo que supone una caída del 90,1% en solo un año.
El informe de la Agencia Tributaria muestra que su recaudación se redujo sustancialmente en 2022 por la supresión del Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica durante todo el año en el marco de las medidas destinadas a moderar el precio de la electricidad. También se vio perjudicado por la realización de devoluciones extraordinarias en el Impuesto sobre la Producción de Combustible Nuclear Gastado.
De su lado, se registró un aumento de los ingresos en el Impuesto sobre Gases Fluorados de Efecto Invernadero en 2022 del 45,4% hasta los 95 millones de euros como consecuencia del cambio normativo que entró en vigor en septiembre de 2022.
El informe refleja que el Impuesto sobre el Alcohol y Bebidas Derivadas registró un fuerte crecimiento del 34,5%, en línea con el avance de los consumos, no solo superando los niveles de 2019, sino registrando la mayor recaudación devengada desde 2007. Algo similar ocurre en el Impuesto sobre la Cerveza, que alcanzó un máximo histórico de recaudación, tras crecer un 9,5% en 2022 hasta los 341 millones de euros.
El Impuesto sobre Labores del Tabaco registró un aumento del 9,3% hasta 6.682 millones de euros, superando ya la cifra de 2019, consecuencia de un incremento tanto del consumo como del precio medio antes de impuestos. El incremento fue mayor en los cigarrillos, cambiando la tendencia decreciente iniciada en 2019.