La vertiente regulacionista pasa inadvertida como una alternativa posible en las instituciones públicas
VALÈNCIA. La abolición de la prostitución fue uno de los temas estrella del 40º Congreso Federal del PSOE celebrado el fin de semana pasado. Desde el president de la Generalitat, Ximo Puig, a la exvicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, los socialistas mostraron unanimidad frente a la decisión de aprobar una ley abolicionista, y silenciaron por completo el debate que se había planteado con anterioridad en el Gobierno entre regulacionistas y abolicionistas. Una parte de Podemos ya había reivindicado en diversas ocasiones un modelo regulacionista. No obstante, esta posibilidad no ha quedado plasmada los últimos días, ni por el PSOE ni por ninguno de sus socios.
Desde el Consell, esta postura se asemeja a la central. El pasado mes de marzo, la Conselleria de Justicia, Interior y Administración Pública presentó el Foro Valenciano para la abolición de la prostitución, que tiene como objetivo impulsar medidas de asistencia jurídica, psicológica y social a las víctimas del delito. Una decisión que ha sido apoyada desde la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, la que ha informado de que, pese a no tener las competencias suficientes como para promover la abolición, busca erradicar la prostitución desde la base. Mónica Oltra ya dijo que las mujeres prostituidas son víctimas de violencia machista, "sin necesidad de que haya una denuncia”.
A su vez, el PPCV ha mostrado su interés por la erradicación de la explotación sexual. Sin embargo, ha reclamado al Gobierno la aprobación de una Ley Orgánica de lucha integral y multidisciplinar contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, empezando por los abusos a menores. El Grupo Popular valenciano se abstuvo en la última comisión cuando se trató el tema. "Muchas de las medidas que planteaban ya estaban recogidas en la Estrategia valenciana de violencias sexuales, que era allí donde debería haberse debatido buscando el consenso de todas las entidades y no en una comisión con el único fin de sacar un titular", han añadido desde la formación.
Con la creación del Foro, la Conselleria de Gabriela Bravo calificó la prostitución como una “forma de explotación sexual” y “extrema de violencia contra las mujeres que representa una forma de esclavitud incompatible con la dignidad de la persona y con sus derechos fundamentales, y constituye una de las violaciones de los derechos humanos más graves". La condición de violencia sexual también se contempla en la LOASP, un proyecto de Ley Orgánica para la Abolición del Sistema Prostitucional, que podría servir como punto de partida en la creación de una ley abolicionista.
Carol L., superviviente de un caso de explotación sexual y miembro del Foro Valenciano para la abolición, cuenta a Castellón Plaza el trabajo que se realiza desde el Foro para mejorar o incluir herramientas en las instituciones públicas que puedan ayudar a salir de la prostitución a muchas mujeres, y además, evita que vuelvan a entrar. “En una ocasión, una persona regulacionista participó en el Foro. Se le escuchó y su opinión se tuvo en cuenta, pero si quisieran establecer políticas regulacionistas yo no participaría”.
La semana pasada, Carol fue invitada al Congreso del PSOE y se encargó de entregarle en mano a la ministra de Justicia, Pilar Llop, un manifiesto en el que se solicitaba la aprobación de la LOASP, la asistencia y orientación jurídica, social, sanitario y psicológica para las víctimas, la prohibición de toda publicidad, demanda y oferta de mujeres, responsabilidad jurídica sobre los consumidores, y ayudas integrales a las afectadas y a sus hijos e hijas, entre otros. “La explotación sexual viene a través de una situación económica terrible. Hay que acabar con la precariedad que afecta a las mujeres”.
Norma Ortega, miembro del Front Abolicionista del País Valencià, describe el modelo abolicionista que buscan implantar desde aquí. “Queremos perseguir el proxenetismo y multar al putero. A diferencia de otros modelos, como el regulacionista o el modelo de prohibición, se entiende a las mujeres de la prostitución como víctimas de todas las violencias: machista, social, sexual, económica…”. El regulacionismo, por el contrario, considera a la prostituta responsable de su trabajo. El reconocimiento de los derechos y libertades de quienes deciden ejercer esta actividad, según este sector, ayudaría a combatir la explotación sexual.
"Hago mucho hincapié en la necesidad de que las mujeres supervivientes tengan una figura referente para que reciban ayuda en el proceso de reinserción social de la mano de una persona que ha pasado por lo mismo. Hemos pasado por situaciones muy complicadas y necesitamos compartirlo con mujeres que ya han pasado por ahí, con un trato horizontal", recalca Carol.