VALÈNCIA. Tal y como viene publicando periódicamente este diario en los últimos tiempos, el número de sicavs ha ido reduciéndose espectacularmente desde que el 1 de enero de 2022 entraran en vigor las nuevas medidas regulatorias sobre estos vehículos financieros de carácter colectivo. Básicamente una inversión mínima de 2.500 euros -o 12.500 euros en el caso de una sicav por compartimentos- para contabilizarlas dentro del mínimo de cien participantes necesario para tributar al 1% en el Impuesto sobre Sociedades.
Solo en 2022 bajaron la persiana 1.354, es decir, un 58,7% más que en 2021. Y desde entonces hasta el pasado mes de agosto, con los últimos datos oficiales de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco), el número se ha desplomado en 1.792 o un 77,68% en términos porcentuales. Pero claro los números son todavía mayores tomando el récord histórico de 3.372 al cierre de 2015, dado que se han esfumado -bien a través de cierres directos, integraciones en otras sicavs o en fondos o transformaciones en otro tipo de sociedades- un 84,73%. O lo que es lo mismo: 2.857 en números absolutos.
Con todo ello, siempre según datos de la patronal del sector de la inversión colectiva, a 31 de agosto circulaban por España 515. Una cifra muy similar a la de julio (518) y a la del cierre de la primera parte del ejercicio en curso, tal y como publicó Valencia Plaza entonces cuando eran 517. Por tanto, el número de estas sociedades de inversión de capital variable se ha estabilizado sobre las 500, pero eso sí un 46,02% menos en los primeros ocho meses de 2023 tras la baja de 439 en dicho periodo.
Por su parte, el patrimonio entre enero y agosto descendió un 6% hasta los 15.211 millones, lo que equivale a 971 millones menos. Mientras que todavía ha sido bastante mayor en lo que al número de accionistas se refiere -lógicamente por aquello de que a menos sociedades menos accionistas incluyendo a los 'mariachis'-, que alcanza el 22,43% para cerrar el mes pasado en los 108.668, es decir, 31.414 menos.
Y ahí sigue Banco Santander con mando en plaza en este negocio orientado a la banca privada, que copaba el 24,85% de las sicavs existentes a 31 de agosto con 128; mientras que en número de accionistas barría con el 33,44% con 36.335 y un 21,12% en cuanto a patrimonio con 3.213 millones de euros.
Pero el llamado 'banco rojo' no es el único que mantiene su apuesta por las sicavs sino que también lo hacen Bankinter (91) y Andbank (63). De este modo, dicho triplete gestionaba el 54,76% del total; mientras los grandes patrimonios siguen teniendo en las sociedades de capital riesgo una alternativa. En este sentido recordar el panel de expertos que publicó este diario el pasado 5 de septiembre sobre el porqué de la fiebre de los empresarios de la Comunitat Valenciana por las SCR.
Pinchar aquí para ver la tabla completa. Fuente: Inverco
"Las recientes disoluciones de sicavs han provocado que los inversores tengan dinero para invertir; mientras la industria financiera ha visto en las SCR un reemplazo adecuado para algunos de sus clientes", manifestaba José Gregori, director de la oficina de València de Welzia Management.
"En los últimos años han proliferado las SCR como vehículos especialmente creados para la gestión de patrimonios elevados donde el empujón definitivo ha sido el final de las sicavs. Y es que este tipo de instrumentos no solo sirven para canalizar las inversiones, sino que combinan una rentabilidad muy interesante con un magnífico tratamiento fiscal donde las plusvalías y los dividendos de estas inversiones están exentas en un 95% según el artículo 21 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (LIS)", explicaba Jesús Villegas, director de la oficina de Castellón de Renta 4 Banco.
O la opinión de Alejandro Martínez, socio director y cofundador de EFE & ENE Multifamily Office. "Una SCR en sí no es buena ni mala como tampoco lo son los fondos, las sicavs -que en paz descansen- o las sociedades anónimas y dependerán del uso que se haga de ellas. En principio tan sólo son un vehículo pensado para invertir en firmas no cotizadas, siempre que no sean financieras o inmobiliarias. Esto contribuye a mantener la actividad económica, a cambio de lo cual el Gobierno las premia con una fiscalidad ventajosa".
Mientras que, entre otras, Mónica Blesa, directora de Banca Privada de Caixa Popular, echaba mano del refranero español. "Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana. Y eso es probablemente lo que está pasando con las SCR, que podría decirse que son la ventana que se abrió cuando se cerró la puerta de las sicavs. Los grandes patrimonios tenían que encontrar alguna alternativa en una coyuntura de elevada inflación y tipos de interés negativos donde la renta fija y la renta variable mostraban una correlación inusual, por lo que las SCR pasaron a ser una opción bastante atractiva".