BRUSELAS. Las excepciones han marcado el nuevo Reglamento de política energética aprobado por el Consejo de la Unión Europea (UE), con la reticencia de algunos de los Estados miembros. Los países del sur intentaron hacer frente común con las propuesta de España, contra una reducción lineal de 15% sobre el consumo de energía, obviando la regla de solidaridad que prevé el Tratado de la Unión. De esta forma, se han conseguido una derogación automática para Irlanda, España y Portugal, dad su situación geoestratégica de aislamiento energético.
La imagen de unidad y la muestra de solidaridad con los países del norte dependientes del gas ruso, en especial Alemania, ha sido determinante para que se aprobara la propuesta de la Comisión, con algunas modificaciones. Además de la singular característica de isla energética de Irlanda, España y Portugal, han jugado otros factores como la puesta en común de infraestructuras. España y Portugal han puesto a disposición de la UE sus regasificadoras para el almacenamiento del gas natural licuado que llegan a las ocho instalaciones de la península ibérica.
Teresa Ribera añadió que esta norma de política energética “va a significar un uso más inteligente de nuestros recursos, mas allá de los que cada uno en su ámbito nacional pueda poner, y de acuerdo a sus posibilidades y necesidades”. En este sentido, recordó que el objetivo común es de un 15%, pero señaló la “importancia de que cada uno lo hagamos en la medida en que podamos, atendiendo a nuestras posibilidades y a lo que consideremos más adecuado". Para la Vicepresidenta, “en un contexto de ahorro e inteligencia para impulsar la transición de nuestro modelo energético, ésta es una oportunidad para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y impulso las renovables con redes inteligentes”.
De otro lado, Ribera destacó “la puesta en común de nuestra infraestructuras. España ya ha iniciado dos tareas: un plan de contingencia de ahorro, en el que ya solicitamos apoyo a los consumidores de energía domésticos e industriales, y a los productores de energía”. Pero lo más importante es “la contribución que nos hace singulares, porque somos el puerto de entrada más importante de gas natural licuado (GNL) en la UE”. Efectivamente, España cuenta con las seis regasificadoras más importantes de Europa, que incluyen instalaciones para su almacenamiento.
Aunque no estuvo sobre la mesa del Consejo, el proyecto del MidCat sería una de las plataformas más importantes para contribuir solidariamente con Europa a través del gasoducto Barcelona y Francia para hacer llegar el GNL de otras regasificadoras, como la de Port de Sagunt. El MidCat reencuentra paralizado desde hace unos años, por la falta de interés de Francia y de la UE en que se continuara con el tramo más allá de los Pirineos. Dado que un gasoducto no es una solución inmediata, la Ministra ha hablado también de la posibilidad de repartir el GNL, que llega desde EEUU, a través de barcos más pequeños para su reparto por los puertos europeos. Ribera explicaba que “tenemos ocasión de reforzar esa capacidad poniendo a disposición de todos unas infraestructuras complejas que no se pueden construir en poco tiempo -referencia a las regasificadoras-, reforzando la capacidad de bombeo, como ya se hace desde Barcelona o con buques de GNL de menor tamaño, con el gas que tenemos ya almacenado”.
Aunque la ministra Ribera no especificó el resto de excepciones, dijo que los 450 bcm’s -45.000 millones de metros cúbicos- almacenados “están por encima de la estimación de la Comisión y del acuerdo hoy. Lo que marca un cambio de tendencia de hacer política energética, que es la puesta en común de las infraestructuras”. El Reglamento precisa que los Estados miembros, que cuenten con infraestructuras que permitan transferir gas, pueden reducir ese objetivo de ahorro del 15%.
En este sentido, a la pregunta de que se excepcione una reducción del 15% hasta el 7%, que señala la propuesta, según el consumo de los últimos cinco años, explicó que “es probable que en esta reducción no esté computado el elemento de disponibilidad en las terminales españolas del GNL" y que podría ser repartido entre países vecinos.
En el plan de ahorro y contingencia del Gobierno, que ya está preparando con los agentes sociales, Gobiernos Autonómicos y Administraciones Públicas, está la intención de “no tener que introducir ningún racionamiento obligatorio” al consumo de energía. El mensaje con los gobiernos autonómicos, que tienen transferidos recursos para invertir en eficiencia energética y en industria, explicó, es “la necesidad de ser más inteligente en los recursos, reducir nuestro consumo con iluminación y edificios mejor aislados”.
El nuevo Reglamento, que tiene un vigencia temporal de un año, ha sido posible después de que los Estados miembros se comprometieran a reducir la demanda de gas en un 15% para el próximo invierno. Se trata de un acuerdo político, no excepto de disensiones, sobre una reducción voluntaria de la demanda de gas natural. Esta norma también prevé la posibilidad de activar una “alerta de la Unión” sobre la seguridad del suministro, en cuyo caso la reducción de la demanda de gas sería obligatoria.
“El propósito de la reducción de la demanda de gas es ahorrar antes del invierno con el fin de prepararse para posibles interrupciones del suministro de gas de Rusia, que utiliza continuamente el suministro de energía como arma”, explica el Consejo. En su comunicado, intenta demostrar que todos los países están unidos, pese a la oposición de Hungría, que depende exclusivamente del gas ruso. El ministro Jozef Síkela, ministro checo de Industria y Comercio, que ostenta la presidencia europea, ha insistido en que “la UE está unida y solidaria. La decisión tomada este martes por los Ministros de energía de los Estados miembros ha demostrado claramente que los Estados miembros se opondrán a cualquier intento ruso de dividir la UE utilizando el suministro de energía como arma”.
Síkela ha añadido que “la adopción de la propuesta de reducción de gas en un tiempo récord sin duda ha reforzado nuestra seguridad energética común. Ahorrar gas ahora mejorará la preparación. El invierno será mucho más barato y fácil para los ciudadanos y la industria de la UE”. Los Estados miembros acordaron reducir su demanda de gas en un 15% en comparación con su consumo medio en los últimos cinco años, entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023, con medidas de su propia elección.
Mientras que todos los países de la UE harán todo lo posible para cumplir con las reducciones, el Consejo especificó algunas exenciones y posibilidades para solicitar una excepción al objetivo de reducción obligatorio, con el fin de reflejar las situaciones particulares de los Estados miembros y garantizar que las reducciones de gas sean efectivas para aumentar la seguridad del suministro en la UE.
El Consejo acordó que los Estados miembros que no están interconectados a las redes de gas de otros Estados miembros están exentos de reducciones obligatorias de gas, ya que no podrían liberar volúmenes significativos de gas de gasoducto en beneficio de otros Estados miembros. Los Estados miembros cuyas redes eléctricas no están sincronizadas con el sistema eléctrico europeo y dependen en gran medida del gas para la producción de electricidad también están exentos, con el fin de evitar el riesgo de una crisis de suministro de electricidad.
Los Estados miembros pueden solicitar una excepción para adaptar sus obligaciones de reducción de la demanda si tienen interconexiones limitadas con otros Estados miembros y pueden demostrar que sus capacidades de exportación de interconectores o su infraestructura nacional de GNL se utilizan para redirigir al máximo el gas a otros Estados miembros.
Los Estados miembros también pueden solicitar una excepción si han superado sus objetivos de llenado de almacenamiento de gas, si dependen en gran medida del gas como materia prima para industrias críticas o si su consumo de gas ha aumentado al menos un 8% en el último año en comparación con el promedio de los últimos cinco años.
Los Estados miembros acordaron aumentar el papel del Consejo en el desencadenamiento de una "alerta de la Unión". La alerta se activaría mediante una decisión de ejecución del Consejo, a propuesta de la Comisión. La Comisión presentará una propuesta para activar una "alerta de la Unión" en caso de riesgo sustancial de escasez grave de gas o una demanda de gas excepcionalmente alta, o si cinco o más Estados miembros que han declarado una descripción a nivel nacional solicitan a la Comisión que lo haga.
Al elegir medidas de reducción de la demanda, los Estados miembros acordaron que deberían dar prioridad a las medidas que no afecten a los clientes protegidos, como los hogares y los servicios esenciales para el funcionamiento de la sociedad, como las entidades críticas, la atención sanitaria y la defensa. Las posibles medidas incluyen la reducción del gas consumido en el sector eléctrico, medidas para fomentar el cambio de combustible en la industria, campañas nacionales de sensibilización, obligaciones específicas para reducir la calefacción y la refrigeración, y medidas basadas en el mercado, como la subasta entre empresas.
Los Estados miembros actualizarán sus planes nacionales de emergencia que establecen las medidas de reducción de la demanda que están planeando e informarán periódicamente a la Comisión sobre el avance de sus planes.
El Reglamento es una medida excepcional y extraordinaria, prevista por un tiempo limitado. Por lo tanto, se aplicará durante un año y la Comisión llevará a cabo una revisión para considerar su prórroga a la luz de la situación general del suministro de gas de la UE, para mayo de 2023. El texto acordado hoy se adoptará formalmente a través de un procedimiento escrito. El procedimiento escrito se iniciará y concluirá en los próximos días, tras las revisiones técnicas del texto.
La UE se enfrenta a una posible crisis de seguridad del suministro con una reducción significativa de las entregas de gas desde Rusia y un grave riesgo de una interrupción completa, para lo cual los Estados miembros deben prepararse de inmediato de manera coordinada y con un espíritu de solidaridad. Aunque todos los Estados miembros no se enfrentan actualmente a un riesgo significativo de seguridad del suministro, las graves interrupciones en ciertos Estados miembros están destinadas a afectar a la economía de la UE en su conjunto.
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Complementa las iniciativas y la legislación existentes de la UE, que garantizan que los ciudadanos puedan beneficiarse de un suministro seguro de gas y que los clientes estén protegidos contra las principales interrupciones del suministro, en particular el Reglamento (UE) 2017/1938 sobre la seguridad del suministro de gas.
Este reglamento sigue a otras iniciativas ya en curso para mejorar la resiliencia y la seguridad del suministro de gas de la UE, incluido un reglamento de almacenamiento de gas, la creación de una Plataforma Energética de la UE para compras conjuntas y las medidas enumeradas en REPowerEU.
El acuerdo político alcanzado por el Consejo en un tiempo récord, basado en la propuesta de la Comisión "Ahorrar gas para un invierno seguro" presentada la semana pasada, garantizará una reducción ordenada y coordinada del consumo de gas en toda la UE para prepararse para el próximo invierno. Complementa todas las demás medidas adoptadas hasta la fecha en el contexto de REPowerEU, en particular para diversificar las fuentes de suministro de gas, acelerar el desarrollo de las energías renovables y ser más eficientes energéticamente.
El compromiso colectivo de reducir en un 15% es muy significativo y ayudará a llenar nuestro almacenamiento antes del invierno. Además, la posibilidad de declarar un estado de alerta de la UE que active reducciones obligatorias del consumo de gas en todos los Estados miembros proporciona una fuerte señal de que la UE hará todo lo necesario para garantizar su seguridad de suministro y proteger a sus consumidores, ya sean los hogares o la industria.
Al actuar juntos para reducir la demanda de gas, teniendo en cuenta todas las especificidades nacionales relevantes, la UE ha asegurado las bases sólidas para la solidaridad indispensable entre los Estados miembros frente al chantaje energético de Putin. El anuncio de Gazprom de que está reduciendo aún más las entregas de gas a Europa a través de Nord Stream 1, sin ninguna razón técnica justificable, ilustra aún más la naturaleza poco fiable de Rusia como proveedor de energía. Gracias a la decisión de hoy, ahora estamos listos para abordar nuestra seguridad energética a escala europea, como Unión