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obituario / OPINIÓN

JAG, gestor del interés general

Foto: RAFA MOLINA
18/03/2022 - 

El miércoles falleció Juan Antonio Gisbert; mi amigo y maestro, JAG. Creo que el mejor homenaje que le puedo rendir es mostrar unos pequeños asomos del iceberg de su profesionalidad, su rectitud y rigor en la toma de decisiones. De su estima por la terreta, de sus gentes, de sus empresas e instituciones.

Mucho se ha escrito sobre las causas que originaron la debacle del sistema financiero valenciano: artículos, libros, opiniones, sumarios… pero siempre quedarán detalles por desvelar, matices que en ocasiones fueron amargas vivencias de sus protagonistas que desearon disimular durante un tiempo porque lo importante nunca fue el resentimiento, sino el resultado.

Hubo unos años, en esta Comunitat Valenciana, a finales de los 90, en los que el  Consell de turno quería retorcer la voluntad de las asambleas y de los Consejos de Administración de las cajas de ahorros.

Llegamos a tener hasta una Federación Valenciana de Cajas!!

Eran entidades que, hasta entonces, funcionaban autónomamente y sujetas a equilibrios y a pactos locales y políticos, ahora dignos de admiración.

Tenían tanta autonomía que ni desde el torreón más alto del Palau de la Generalitat se podían sugerir inversiones ni colocar consejeros. Esas eran cuestiones de unas soberanas asambleas que representaban a los ahorradores, a los trabajadores, a los ayuntamientos y, en su caso, a las entidades fundadoras.

Así que, dadas las dificultades de telecontrol desde el torreón, no había otra que modificar la Ley Valenciana de Cajas. Y así se hizo.

De todos es sabido que aquel telemando acabó con el sistema financiero autóctono.

Algunos presidentes y directores generales de las cajas se resistieron hasta el final y obedecieron a sus órganos superiores, hasta la entrada en vigor de la nueva Norma. Pero aún así, hubo intentos de cambiar a directores, incluso antes de aprobarse el nuevo marco legal.

Uno de esos intentos lo vivió Juan Antonio Gisbert.

JAG tuvo que alquilar un avión privado desde un país centro europeo porque el President de entonces lo quería ver en su despacho inmediatamente; en cuestión de horas. Poco importaba el coste del JET. Pagaba la CAM.

"Eduardo, desplazarme a Valencia en cuestión de horas es un exceso, pudiendo quedar en unos días. Además, ya sabes que mi cargo está siempre a disposición del Consejo de Administración de la CAM, no del presidente de la Generalitat".

Con la nueva Ley de cajas y ya fuera de la CAM, a JAG le alteraban los comentarios de algunos "recién-llegados-gestores":

¡Hemos comprado 1.000 millones de dólares en Nueva York y los hemos colocado en una tarde!

Era la época de la borrachera financiera. El sistema financiero autóctono se acercaba a su fin.

Años más tarde, en 2008, las autoridades monetarias le encomendaron evitar el estrangulamiento financiero del sector agrario valenciano: primero actuando sobre Ruralcaja; y después, tratando de formar un grupo de cooperativas de crédito con aquellas cajas rurales locales o comarcales que así lo aceptasen. De ahí surgió el Grupo CRM (Cajas Rurales del Mediterráneo).

El paso siguiente fue la fusión con Cajamar, para crear un gran grupo de crédito cooperativo, que siguiera los pasos del francés, Crédit Agricole o de los Raiffeissenbank alemanes. El grupo iba a tener "tres grandes patas", o centros de decisión: Almería, València y Madrid. (Gisbert iba ser el consejero delegado del Grupo, y la ubicación de su puesto de mando ya estaba acordada: la sede de Cajamar, en la Castellana madrileña).

Pero la crisis se agravó y se jodió el Perú: Luís de Guindos elevó los ratios de solvencia de las entidades de crédito y la autoridad monetaria comenzó a diseñar la intervención de Ruralcaja.

Para evitarla, se aceptó la mano tendida de Cajamar; se salvó el crédito agrario valenciano y JAG se fue a su casa: a dar clases a la Universidad de Alicante, hasta que de la mano del President Ximo Puig accedió a presidir el Puerto de Alicante, con unos proyectos y modelos de gestión que ahora, nuevamente, le han valido el reconocimiento del gobierno de la Generalitat, del Ayuntamiento de Alicante y de los líderes políticos del PP y del PSOE.

Así recordaré a JAG: un recto gestor, un creador de equipos, colaborador abierto a sugerencias, exigente e inteligente, una buena persona que siempre antepuso el interés general y del proyecto público ante el mínimo atisbo de ambición personal.

Vicent Palací es periodista. Fue director de Comunicación y Relaciones Externas de Ruralcaja-Grupo Cajas Rurales del Mediterráneo entre enero de 2010 y julio de 2012

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