VALÈNCIA. El amor puede llevarnos a hacer cualquier cosa, cualquier locura irremediable. Desde firmar una hipoteca entre dos hasta uniones sacramentales como el matrimonio, un enlace en el que se promete estar “tanto en la salud como en la enfermedad y hasta que la muerte nos separe”. Un enlace que el valenciano Javier Artigas representa de forma literal -y un tanto sangrienta- en su cortometraje HDA, que se proyecta el próximo 10 de octubre en la Sala SGAE, dentro del circuito Autors en Curt de EDAV y Fundación SGAE, con entrada libre y sin obligación a un compromiso tan serio como el matrimonio en sí mismo.
Con el claustro del Centre del Carme como telón de fondo, Artigas compone una Historia de Amor (con las siglas HDA) en la que nada es lo que parece. A ritmo de rave y entre luces neón, el director se adentra en un relato en el que reflexiona sobre el concepto “hasta que la muerte nos separe” dentro del matrimonio. Lo hace con una unión carnal entre dos sujetos que se casan, y les rodea de unos invitados a la boda que aceptan el transcurso de esta unión.
“Me interesa hablar del momento de encarar los 30 y tener que encarar ciertas responsabilidades adultas mientras toda la gente a tu alrededor empieza a casarse y plantearse tener bebés”, apunta Artigas sobre su inspiración para HDA, “no todos encajamos ni nos interesa el mismo modelo así que lo que hago con el cortometraje es escribir el camino del outsider que no quiere hacer lo que le pide el sistema”.
Para esto aprovecha a dos protagonistas que se fusionan “en cuerpo y alma” de una forma grotesca y sangrienta, mostrando visualmente como dos individuos desaparecen por completo a través de esta unión. Todo esto se cuenta en apenas ocho minutos en los que la ansiedad, el cambio y el futuro toman papeles protagonistas mientras les acompaña una imagen bastante “punki”. “Hablo de un sistema que te obliga a encajar y yo me centro en la persona que quiere elegir más allá de eso, de algo tan sencillo como el amor. Quiero transmitir que todo esto tiene que ver con el instinto y las emociones y que muchas veces aunque parezca que no hay elección sí que la hay”.
Apoyándose en un concepto bastante alternativo y “tétrico” el director se inspira en películas de finales de los años 70 como La fuga de Logan (1976) o Cuando el destino nos alcance (1973) e intenta llevarlo a una clave “más low cost” y cercana a las películas de los años 80. “Me gusta jugar con la ciencia ficción para contar una historia muy ambiciosa aunque sea con pocos medios” señala el director, que cuenta con un equipo casi enteramente valenciano para hacer su sueño realidad. Cuenta con los actores valencianos Mauro Cervera i Just (El que sabem), Héctor Juezas (Capitanes) y Tania Fortea (Valenciana) a quienes les viste el ilustrador valenciano Álex Tarazón, quien ayuda a Artigas con la estética final y los looks de los actores que están invitados a esta preboda tan particular.
Para darle un ritmo dinámico y futurista a la historia trabaja la banda sonora del cortometraje junto a Diego Ferrando (integrante de Amor Butano) que hace la “música tan electrónica y tan de fiesta que hace que estén en una boda que no es una boda”. “Están todos reunidos y convencidos de dar un paso clave en la vida y la unión. No se ve todo lo que pasa pero se puede imaginar”, destaca el director. En esta fantasía tan macabra los personajes asisten a una ceremonia que nunca olvidarán, y en la que el regalito de bodas puede ser salir con vida… o escapar de la eternidad, de obedecer a lo que marca la norma social al pronunciar esas dos famosas palabras: “sí, quiero”.
Se trata de una producción en la que reflexiona en voz alta sobre la estética del trabajo y sus formas de representación en el cine y la televisión.