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José Antonio Corrales presenta 'Barrios de sangre': una trama detectivesca con denuncia social 

2/11/2021 - 

ALICANTE. El último libro de José Antonio Corrales, Matar, Robar y Destruir, era un trabajo demoledor; primero porque sabíamos que el personajes había existido y después por la exquisitez a la hora de plantear el thriller. Por supuesto, Corrales tenía suficientes tablas y conocimientos para encarar un libro así. Ahora regresa con otra vuelta de tuerca a su narrativa con Barrios de sangre, una novela más negra que el petróleo donde el detective Ariel Gil es contratado para por qué han matado a Trinidad y dónde está su novio, Toño.

La novela negra ha atrapado a Corrales y nos obsequia con tramas feroces y tremendas. De una realidad casi palpable. “Soy amante de la novela negra, sobre todo norteamericana y española, y desde que empecé con la creación de relatos y después de publicar una primera novela inspirada en hechos reales, me apetecía un proyecto que me rondaba la cabeza desde hacía tiempo: realizar una novela de pura ficción con un detective privado como protagonista”, señala el autor.

La creación de un detective, o dos, que logren acaparar la atención, subyugarle e introducirle en la trama por las tripas, es algo muy complicado, en un mundo editorial donde casi todo está visto. “Como en el libro de relatos Te cambio mi vida, ya había hecho un primer ensayo de lo que podía ser una historia de detectives, solo tuve que ir dando forma y volumen a dos de sus personajes (Ariel Gil y Rómulo Noguerón) para hacerles protagonistas de unas tramas detectivescas muy españolas, muy bizarras y, además, que no renunciasen de ese aspecto de denuncia social que debe contener la novela negra”

El escritor retorna a los personajes que pergeñó en Te cambio mi vida. “Después de escribir Príncipes y hermanos, que formaba parte de ese libro junto a ocho relatos más, me encontré muy a gusto narrando una historia de detectives. Enseguida me di cuenta de que podía profundizar mucho más en esos personajes que había creado, y de que podía dotarlos de una personalidad que fuera capaz de atraer el interés del lector”, comenta Corrales.

El trabajo de diseño de personajes es una de las tareas que más tiempo puede llevar. Hay que darle vida, y que esa vida interese. “Sin alejarme mucho de los parámetros del héroe y de su 'escudero', empecé a trabajar sus personalidades. Así fueron consolidándose tal como pretendía, para que actuasen dentro de la trama que había preparado para ellos”. Ariel Gil se antoja un trasunto de detectives como Pepe Carvalho de Montalbán. “Las novelas de detectives, desde el hard boiled hasta la actualidad, siempre utilizan unos estándares con respecto a sus personajes principales (detectives y ayudantes) hasta el punto de que observándolos en su conjunto, pueden sugerir la idea de que unos se parecen a otros”, reconoce Corrales.

“No cabe duda de que esa influencia viene de la mano de todo el acervo literario negro con que contamos. Sin embargo, el autor, a la hora de pensar en un héroe, debe aceptar el desafío de crear un personaje único y diferente a los demás”, comenta. Sin embargo, Ariel tiene una personalidad bien definida, propia y algo perdida en la actualidad. 

“En este caso, si tuviéramos que hacer un retrato robot de Ariel Gil, podríamos decir que es un hombre leal, valiente, con un alto sentido de la justicia, con un punto de ironía que le proporciona la chispa necesaria para vagar por todos los ambientes, pero a la vez, para nada impoluto e intachable, pues posee algunas dobleces y sufre profundas heridas personales. Por otro lado, Rómulo, es un acompañante fiel, algo tozudo y primario, siempre a la vera del detective y con una predisposición natural para resolver problemas y apoyar a su jefe sin pensarlo”

Su última novela Robar, matar y destruir estuvo basada en hechos reales, algo que la dotaba de mucha fuerza intrínseca. “No cabe duda de que esta novela, pese a que toda ella es ficción, cuenta con aspectos procedimentales e incluso de escenarios que evocan algunos que yo he conocido por mi profesión de policía. En ese aspecto, podemos decir que sí tiene algo de real, aunque desde luego, no los personajes ni la historia”, señala.

La ficción es un campo que permite cualquier cosa que se pase por la cabeza, pero cuando se trata de hablar de un hecho, la creatividad puede estar algo supeditada. Son dos géneros igualmente interesantes. “Sin duda me quedo con la ficción, ya que te permite una mayor creatividad y, por tanto, una mayor libertad a la hora de estirar las historias y los personajes. Aunque con Robar, matar y destruir me sentí muy a gusto, porque a pesar de que estaba inspirada en hechos reales, creé unos personajes basados en esas personas reales participantes del terrible crimen, sobre los que realicé una profunda prospección en su psicología”.

El libro nos hace viajar a barrios marginales como La Hueva. Es complicado huir de los clichés que envuelven y proyectan estos lugares. “Efectivamente, se suelen caer en clichés a la hora de hablar de marginalidad, delincuencia, droga o barrios suburbiales”, comenta. “No obstante, esos clichés desaparecen si antes de escribir cuentas con una buena documentación que te acerque más a la realidad. En mi caso, me documenté sobre costumbres y usos del pueblo gitano, pero también he de decirte que contaba con la ventaja personal de conocer ambientes y localizaciones similares a las que se relatan en la novela y que he podido conocer por mi profesión de policía”

Quizás en la fase de documentación a Corrales algunas cosas le llamaron la atención. “En cuanto a lo que más me impresiona de estos barrios y poblados, es el contraste entre la pobreza extrema y la opulencia que, por ejemplo, pueden generar la venta de droga o los frutos de la delincuencia. En estos barrios, miseria y supervivencia, se dan la mano con indicios de efímera abundancia y atávicas costumbres de mucha raigambre entre sus habitantes”.

La novela fue presentada en Elche, siempre ponerse delante del público es una prueba de fuego, por mucho que juguemos en casa. “Ha sido un evento muy grato, celebrado en el Centro de Congresos Ciutat d’Elx, con una nutrida asistencia de lectores, en un ambiente muy agradable, pues tras la Presentación a cargo del escritor Juan Lozano Felices, hemos tenido unos momentos de tertulia literaria muy interesante. Y esos, quizás, son los momentos más importantes, pues es cuando se produce la interacción: lector – autor, que yo valoro mucho”, recuerda Corrales.

Cuando termine la promoción volverá a ponerse delante del folio en blanco. Quizás uno de los momentos más difíciles para un escritor, porque vuelve a la casilla de salida. “Yo soy un autor que le gusta indagar en la psicología de los personajes, precisamente, para que estos se parezcan a personas de carne y hueso, pues en realidad, creo que cuanto más se acerca el personaje de ficción a una persona real, más interés muestra el público y más lo hace suyo”, dice.

La psicología de los personajes puede ser un terreno complejo, lleno de escollos por lograr la coherencia en sus actos durante la trama. “Quizás esa sea una de las tareas más arduas a la hora de enfrentarme a la novela, la de entrar en ese mundo de conflictos, de pasiones internas, de miedos y angustias que todos los seres humanos llevamos dentro. Luego, otro momento de dificultad podría ser el de la confección de una trama que no contenga errores y que a la vez sea capaz de cautivar al lector. Esa tarea la suelo resolver tras muchas horas de meditar en la historia y de ponerme en 'modo lector'”.

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