CASTELLÓ. Kerajet no cesa en su carrera constante por la innovación. La compañía almassorense, pionera en la impresión digital cerámica, se expande y busca nuevos sectores a los que aportar su conocimiento. De hecho, en tan solo seis años, prevé que las ventas a todos aquellas actividades que no tengan que ver con el sector azulejero supongan "el 80%" de su facturación, que será, al menos "de 100 millones de euros", asegura el gerente de la firma, José Vicente Tomás.
Este ambicioso proceso de diversificación nació varios años atrás, cuando Tomás percibió que las ventas para el sector cerámico no iban a funcionar para siempre. No en vano, la firma ha instalado, desde su nacimiento en 1999, "más de 3.800 máquinas en 44 países". Esto le ha llevado a contar con delegaciones en China, Brasil, India, Portugal, México e Italia y con estructuras técnicas en Egipto y Vietnam.
Pero, a pesar de la espectacular implementación del inkjet en el sector cerámico, sobre todo a partir de los años 2008 y 2009, en un proceso que ha liderado, la firma abrió hace dos años un plan de diversificación que comienza a ofrecer resultados: "2018 y 2019 han sido años de introducción y en 2020 esperamos crecer razonablemente para alcanzar el punto óptimo en 2025".
Así las cosas, dentro de seis años las ventas a otros sectores diferentes al azulejero "representarán el 80% de la facturación", que será, "como mínimo, de 100 millones de euros", incide Tomás. No es un mal crecimiento para una compañía que el año pasado cerró con un negocio de prácticamente 52 millones de euros, un 2% superior al de 2017, y unos beneficios de 3 millones, un cuarto por debajo del ejercicio precedente debido a aprovisionamientos, según recogen sus cuentas. En este crecimiento a seis años vista, la previsión es que la cerámica pierda "un 40%" de la facturación actual.
De momento, la diversificación se centra en dos sectores, la vajillería y el textil, con clientes de buena parte del mundo. En ambos Kerajet irrumpió hace dos años para trasladar su experiencia en los procesos de impresión digital. En la porcelana, por ejemplo, "la decoración se producía por contacto y nosotros la hemos cambiado a la monococción, igual que en la cerámica", apunta el gerente de la compañía. Esto es "más ecológico", porque "reduce a la mitad la energía utilizada".
Y, al contrario de lo que pudiera pensarse, este es un aspecto que se tiene muy en cuenta en China, asegura Tomás. Además del gigante asiático, la firma de Almassora ya cuenta con clientes en Alemania, Brasil, Reino Unido, Portugal o Turquía, apunta.
En cuanto al textil, la eclosión de las mantas con dibujos espectaculares en los últimos años apunta directamente a la compañía: "Si la calidad es buena, la máquina que lo hace es nuestra, somos los únicos que estamos en esos procesos", afirma.
Además de la vajillería y el textil, Kerajet no cesa de innovar para introducir sus procesos disruptivos en la producción fabril de otros sectores... que su gerente prefiere no desvelar dado que se encuentran en fases muy iniciales. "Estamos valorando cualquier opción, somos ignorantes respecto a las posibilidades que existen", destaca el responsable de la compañía.
Al final, todo se reduce a algo muy básico: "Los cambios tecnológicos en las empresas siempre cuestan, no por el dinero, sino por la mentalidad". Por eso, la filosofía de la empresa es la "I+D+T+S, de Trabajo y Suerte, porque los clientes nos tienen que comprar lo que desarrollamos", apunta.
Y, para asegurarse el éxito, la compañía ultima la construcción de una nueva nave, de 15.000 metros cuadrados, anexa a sus instalaciones de Almassora. En este espacio ubicará "un laboratorio de I+D y plantas pilotos para los nuevos sectores" a explorar. La intención en Kerajet es tener a punto el recinto, del que no ha querido cifrar la inversión, en Cevisama, que se celebra la primera semana de febrero.
Esto supondrá un nuevo impulso a la plantilla de la firma, que cuenta en la actualidad con 220 trabajadores en Almassora (60 de ellos ingenieros) y está creciendo a nivel internacional. Pero esta es precisamente una de las cuestiones que más cuesta superar: "Es difícil encontrar gente que le guste la tecnología, el desarrollo", resalta Tomás. Y es que la compañía realiza todo el proceso, desde el diseño de la idea hasta la instalación y el mantenimiento de las máquinas, en este proceso de adaptación tecnológica de sus clientes.