CASTELLÓ. El cítrico de Castellón encara la recta final de una campaña que ha evolucionado de forma desigual; con una primera parte positiva y una segunda desastrosa al padecer una caída de precios y una ralentización en la recolección, según explican desde la Unió Llauradora y AVA-Asaja. Los malos datos de esta ultima fase han coincidido con un incremento de las importaciones de terceros países y una reducción del consumo en Europa por las altas temperaturas.
El informe de seguimiento de la Conselleria de Agricultura del mes de mayo estima en la campaña una reducción a nivel nacional de la producción de mandarinas de un 12 %, que engloba a la principal variedad de Castellón (clemenules), y de naranjas de un 23 %, unas cifras que, según expone, sitúa a la campaña "en la más corta de los últimos once años".
"La primera parte fue buena, recogiéndose toda la fruta y vendiéndose a un precio correcto, pero a partir del 15 de enero hubo un parón importante, descendiendo unos precios en origen que todavía no se han recuperado", explica José Vicent Guinot, responsable de AVA-Asaja en Castellón, quien indica que "no encuentran una explicación razonable" a lo sucedido este año "cuando el precio de venta en el almacén ha estado bien".
El análisis de la conselleria indica varios factores que han incidido. Así señala que las importaciones de naranjas a la UE desde terceros países han sido superiores a a la media de las cinco campañas precedentes, y remarca que "la climatología más cálida de lo habitual en el continente ha mermado el consumo y la demanda". Asimismo, subraya que prácticamente han finalizado las compras de mandarinas híbridas y naranjas navel.
Carles Peris, secretario general de la Unió Llauradora, resalta que el aforo ha estado por debajo de la media, y que las exportaciones descienden por una caída de la demanda mientras "ganan cuota en el mercado europeo otros países como Egipto".
Por ello, considera imprescindible retomar las campañas de promoción en el exterior "de nuestros productos" para intentar virar la tendencia en el consumo.
Además, Peris considera que el cambio climático afecta a la superficie productiva e insta a la UE a seguir reforzando los protocolos fitosanitarios en terceros países "para evitar la entrada de plagas".
En este sentido, la conselleria señala que las altas temperaturas primaverales y el debilitamiento que arrastraban los árboles afectaron "en el cuajado de la fruta" y la producción al provocar una "porgà muy elevada".
El documento de la conselleria constata el alza de las importaciones de otros competidores del hemisferio norte como Egipto, Turquía y Marruecos. Principalmente el primero, que ha triplicado sus envíos respecto a 2023, con 101.000 toneladas este año frente a 37.275 (en el periodo de septiembre a febrero). Turquía ha aumentado de 141.068 a 171.525, y Marruecos, de 82.742 a 99.492.
Un ascenso de fuera ha frenado las exportaciones nacionales a la UE, que ha registrado 1,6 millones de toneladas, 100.000 menos que en el ejercicio anterior.
Como buena noticia, añade el informe de Agricultura, la incidencia de la plaga del cotonet de Sudáfrica en los campos valencianos ha disminuido gracias "a la eficacia de los tratamientos realizados y los mecanismos de control aplicados".
En este caso, el sector ha introducido en los últimos años sistemas naturales que están dando sus resultados.