CASTELLÓ. El sector azulejero no levanta cabeza desde hace más de un año y este verano ha continuado dando signos de estar atravesando una situación muy complicada. La industria cerámica, con especial implantación en la provincia de Castellón, acumula trece meses de contracción en sus niveles de producción, muestra de la crisis de demanda que asfixia a las empresas del clúster azulejero, especialmente afectadas por la subida de los costes de producción y el estancamiento del mercado.
Es lo que demuestran, una vez más, los datos del Índice de Producción Industrial (IPI) recogidos del Portal Estadístic de la Generalitat Valenciana a partir del Instituto Nacional de Estadística referentes al último mes disponible, el de julio. Unos registros que exponen que la producción de baldosa cerámica se contrajo más de un 22% respecto al mismo mes del año anterior (un 22,2%, concretamente). Este índice mide el volumen de material producido por la industria azulejera, que sigue evidenciando las horas bajas por las que pasa.
Es otro dato negativo más que se suma a los que ya acumula desde abril de 2022. Desde entonces, la producción cerámica no ha hecho más que bajar, con caídas que han llegado hasta el 32% algunos meses. La única excepción fue el mes de abril de este año, que con una discreta subida del 2,8% hizo pensar que algo estaba cambiando en las expectativas de las compañías, pero nada mas lejos de la realidad: tan sólo fue un espejismo en una tendencia bajista que continuó en mayo y junio, con descensos del 24,2% y del 23,9% respectivamente. Ahora, los datos de julio lo confirman, con un hundimiento, aunque sensiblemente más moderado, pero muy significativo del 22%.
Así pues, en cuanto al acumulado de este año, la producción de baldosa cerámica se ha reducido nada más y nada menos un 16,7%, lo cual agrava la situación del mes anterior, cuando la variación negativa acumulada era un punto menor. Fruto todas estas cifras de una crisis de demanda derivada de la crisis energétic por la escalada del precio del gas, que obligó a las compañías a repercutir la subida de costes al precio de venta.
Sin ir más lejos, los últimos datos ofrecidos sobre exportación de azulejo revelan una caída del 15,1% durante el primer semestre de este año -se exportaron 1.938,2 millones de euros-. Pero el hundimiento es todavía mayor si se atiende al volumen de material cerámico exportado, en cuyo caso el descenso fue del 24,6%.
Los meses que vienen no se vislumbra un cambio de tendencia, la incertidumbre será la norma. Un panorama que ya se ha cobrado la supervivencia de varias compañías azulejeras, la última, la ondense Dual Gres, que ya tramita un concurso de acreedores y un expediente de regulación de empleo para la mayor parte de sus 70 empleados, como publicó Castellón Plaza, atenazada por esta crisis de demanda.
En esta situación se llega a la cita expositiva de Cersaie, la más importante para el sector cerámico español, que se celebrará del 25 al 29 de septiembre en Bologna Fiere. Allí, 72 empresas españolas expondrán sus novedades, una cifra ligeramente superior a la del año pasado en plena crisis. La intención es precisamente intentar reactivar la demanda gracias a la feria italiana y las firmas esperan que sea un punto de inflexión tras unos meses difíciles y un verano donde prácticamente todas las fábricas han tenido que alargar sus paros de mantenimiento para adaptarse a la bajada de las ventas.
A la espera de unas ayudas del Gobierno central que se tramitan con mucha lentitud y a las que muchas empresas no podrán optar -según denuncia el sector-, la vista a sectores esenciales de los que depende el azulejo, como la construcción, no es muy halagüeña. Así la construcción, sobre todo del mercado residencial, proyecta un estancamiento el año que viene. Una previsión que podría afectar negativamente a la revitalización de la demanda que necesita la industria cerámica para sortear el bache.
