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la desescalada gradual del confinamiento marcará el futuro de la zona gastronómica

La crisis del coronavirus amenaza con cambiar el modelo de negocio en las tascas de Castelló 

17/04/2020 - 

CASTELLÓ. La crisis del coronavirus amenaza con cambiar el modelo de negocio en las tascas de Castelló. La desescalada gradual del confinamiento, siempre con el objetivo de preservar la máxima protección de la salud, dibuja un panorama incierto para aquellos sectores que viven de la aglomeración. Los propietarios de los establecimientos de restauración y ocio observan con preocupación la evolución de la pandemia, que marca la hoja de ruta de las administraciones públicas para frenar la curva de contagios.

Desde el estado de alarma, los cinco locales de la calle Barracas permanecen cerrados. La insólita imagen, impensable hasta principios de marzo, tiene visos de perpetuarse en el tiempo. Y no solo por la lenta vuelta a la normalidad, según auguran los expertos, sino también por la propia singularidad del espacio gastronómico, habitual punto de encuentro de cientos de castellonenses cada fin de semana.

El propietario de la Tasca Ernesto-La Oficina, Ernesto Bou, reconoce que, cuando desaparezcan las restricciones respecto a la libre circulación de las personas, será necesario abordar con el Ayuntamiento de Castelló el nuevo escenario. "Personalmente no quiero que nos convirtamos en un foco de peligro. La asociación está ahora mismo del lado de las instituciones y vamos a hacer lo que sea mejor para la sociedad. Estamos para sumar".

Reducir los días, una opción

Bou se refiere a la posibilidad de restringir los días de apertura de los locales o de establecer un nuevo horario reducido para evitar el agolpamiento de clientes. Al menos, mientras exista un mínimo riesgo, y contemplando ese contexto de un paulatino regreso a la rutina previa al Covid-19. "Si tengo que poner mi negocio en barbecho o cerrar los viernes y sábados por la noche, lo haré sin dudar. Lo más importante son las personas", asegura.

Las alternativas que se planteen dependerán de la coyuntura que sobrevenga en unos meses, así como de las recomendaciones de las autoridades sanitarias. El gerente de la Tasca Ernesto-La Oficina valora incluso la opción de ofrecer solo almuerzos y desayunos durante un periodo prudencial.

La monitorización deberá esperar

Las medidas del Gobierno por el Covid-19 también tienen consecuencias directas sobre la monitorización de las tascas. La paralización de las mediciones supone otro contratiempo, teniendo en cuenta que la obtención de los datos se debe realizar en un lapso de 12 meses, como estipula el contrato firmado con la adjudicataria Acusttel. 

Así, el consistorio reactivará el servicio en el momento en que se den las condiciones para ello, bien por la finalización del estado de alarma, bien por una mayor flexibilidad en el movimiento de los viandantes. Ese estudio será clave para suprimir la ZAS de Barracas, Isaac Peral, Vera y plaza Santa Clara en el futuro.

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