CASTELLÓ. El sector pesquero de la Comunitat, así como el de toda Europa, recibirá ayudas para paliar la paralización de su actividad debido al coronavirus. La Comisión Europea ha incluido en el Fondo Europeo Marítimo Pesquero (FEMP) que debe entrar en vigor el próximo 1 de enero una modificación que incluye subvenciones, a modo de paradas biológicas, para las barcas que hayan amarrado a raíz de la pandemia sanitaria.
Esta especie de vedas regenerativas las pagaría, hasta en un 75%, la propia Unión Europea. Asimismo, el texto, que todavía debe pasar por el Parlamento Europeo, recoge que los estados miembros pueden aportar el 25% restante para paliar las pérdidas por la suspensión de la actividad durante la pandemia sanitaria. Con el añadido de que las paradas a causa del coronavirus cubrirán desde el 1 de febrero hasta un máximo de seis meses desde el momento en que se hayan producido.
En el caso de la flota castellonense, la mayor parte decidió amarrar el pasado 16 de marzo, después de que el viernes 14 el Gobierno decretase el estado de alarma y quedase prohibida con ello la restauración. En la cuarta semana de paro que ahora acaba las posturas en el sector, con libertad individual, son muy diferentes. Aunque en la Comunitat hay puertos en los que ninguna barca se hace a la mar, como en la Vila Joiosa, en la mayoría las posiciones están divididas. Así, en las comarcas castellonenses la casuística varía desde Benicarló, donde por ejemplo han salido a faenar todas las naves, hasta la división de opiniones: en el Grau de Castelló el lunes faenaron 11 buques de 39; en Vinaròs 21 de 27; mientras en Peñíscola y Borriana salieron tan solo unas pocas barcas.
Esto significa que poco a poco van volviendo más barcas de la provincia a sus mareas diarias después de que la mayoría se quedasen en puerto al principio del estado de alarma. Esto llevó por ejemplo a que en el Grau 26 armadores solicitasen un ERTE y se debió también a que muchos compradores optaron por no acudir a las lonjas. Actualmente tan solo los más pequeños no acuden, al menos a la subasta de Castelló, mientras los más grandes, que distribuyen a las cadenas de distribución, sí lo hacen.
Debido a esta autorregulación el precio del pescado no ha bajado a pesar de la caída de la demanda, afirman fuentes del sector. Y, para prever una saturación del mercado una vez superado el confinamiento, desde la Cofradía San Pedro, del Grau, abogan por regular la vuelta a la actividad total. "Hemos empezado a hablarlo y le estamos preguntando al resto de cofradías, pero en esto nos deberíamos coordinar las cinco autonomías con flota en el Mediterráneo", señala el patrón mayor del Grau, Manu Peña.
Se trata así de instrumentalizar algún tipo de turno rotatorio, que debería partir de la Secretaría General de Pesca al superar el ámbito autonómico. Esta forma se evitaría posibles problemas de exceso de oferta tras la Semana Santa, cuando se prevé una mayor actividad en el sector pesquero y todavía no estarán los bares y restaurantes abiertos.
En esta situación, las ayudas que ahora plantea la Unión Europea -que también abre para la acuicultura, en la que se ha producido asimismo una caída de ingresos, las organizaciones de productores y el almacenamiento de pescado- supondrán una compensación, todavía por concretar, para el sector pesquero castellonense y del resto de Europa. Pero los armadores no guardan demasiadas esperanzas. Y es que todavía están a la espera del cobro de diferentes subvenciones derivadas de las paradas regenerativas que cada año llevan a cabo. Tanto es así que hay naves a las que la Generalitat, que es la que tramita las ayudas, adeuda las tres últimas anualidades.