compromís y podem sufren la nueva estrategia de empuje del pspv en el gobierno

La presión socialista a sus socios acelera el desgaste del tripartito solo medio año después del 26M

24/11/2019 - 

CASTELLÓ. La presión del PSPV a sus socios, Compromís y Podem-EU, acelera el desgaste interno en el tripartito solo medio año después de firmar el Acord de Fadrell para gobernar en el Ayuntamiento de Castelló. La nueva estrategia política de los socialistas, caracterizada por ejercer un mayor empuje en virtud de su mayoría plebiscitaria, incomoda a valencianistas y morados, descolocados con la maniobra.

Las desavenencias públicas son cada vez más notorias. Los últimos episodios vividos en plenos, comisiones o Consejos Rectores así lo acreditan. La tirantez va in crescendo y los concejales ya no lo esconden. Valga como ejemplo lo sucedido esta semana con las fiestas. El voto en contra de la vicepresidenta del Patronato, la nacionalista Verònica Ruiz, a la propuesta de la presidenta, Pilar Escuder (PSPV), de disolver la Junta de Festes, no es más que la punta del iceberg.

Otro caso sonado, y que todavía colea, es el rifirrafe protagonizado entre el concejal socialista de Deportes, Omar Braina, y su antecesor, Enric Porcar, a propósito de un préstamo del IVACE, con el colofón de la última sesión plenaria, en la que el primero ocultó a sus socios un informe técnico

El enfrentamiento público tuvo su origen en un cruce de reproches en Facebook, pero ha habido más topetazos en las últimas semanas en las redes sociales. Sin ir más lejos, este sábado el citado Braina afeó a la coalición nacionalista en Twitter su decisión de apoyar al PP para compartir la alcaldía en el municipio de Villalonga.

A raíz de un tuit sobre el acuerdo de Manolo Mata, portavoz del PSPV en Les Corts, el regidor del equipo de Amparo Marco publicó: "Parece que está de moda que Compromís vote con la derecha". La respuesta del líder de la formación nacionalista en la capital de la Plana, Ignasi Garcia, no se hizo esperar: "Si lo que te importa es el nombre del partido, y no qué políticas estamos haciendo, entonces estamos muy alejados. El qué, el cómo y el quién. Por ese orden. El resto son falacias. Para ser de izquierdas, no hay que decirlo, hay que serlo y hacerlo". Braina alimentó más la controversia con un nuevo comentario: "Podéis intentar justificaros, pero lo tenéis complicado. La gente no esta tonta".

Retrocediendo en el tiempo, tampoco pasó desapercibida la defensa en el pleno de Rafa Simó (PSPV), en calidad de portavoz del equipo de gobierno, sobre la subida de los sueldos, sin incluir en su discurso la posición de Compromís y Podem.

La formación morada quedó expuesta públicamente y su referente, Fernando Navarro, tuvo que dar explicaciones para aclarar que en realidad ni él ni su compañera, María Jesús Garrido, se aplicaban el incremento salarial de hasta el 50%. Ambos mantenían las retribuciones con dedicación exclusiva del anterior mandato.

El doble de ediles

Internamente las discrepancias también han ido en aumento a consecuencia de las imposiciones del PSPV que, con 10 concejales, además de disfrutar de una amplia mayoría (sus socios suman cinco), copa la totalidad de portavocías en los distintos órganos.

Desde la coalición nacionalista y la agrupación morada se echa en falta más lealtad por parte de los socialistas, especialmente en aquellos asuntos de envergadura y que afectan a los tres partidos por igual como Acord de Fadrell. 

En este escenario, la anexión al Código de Buen Gobierno de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) se vislumbra como el enésimo encontronazo. El edil de Transparencia, Ignasi Garcia, ya advirtió al PSPV en octubre que urgía una reunión con todos los grupos para consensuar el documento de anexión. De lo contrario, se corría el riesgo de toparse con el rechazo de la oposición si trascendía la noticia, como así ha ocurrido. La negociación para cambiar el régimen interno disciplinario de la corporación pondrá a prueba los nervios de unos y otros a partir de este lunes.

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