CASTELLÓ. La Universitat Jaume I ha devuelto sus cuentas al equilibrio y confirma que, afortunadamente, el balance de 2022, que cerró con un déficit de 15 millones de euros, fue un espejismo. Nunca, desde su fundación en 1991, la universidad castellonense había registrado números rojos, y la vuelta a la normalidad el año pasado certifica su viabilidad. Eso sí, desde la institución reiteran que, para acometer el futuro con "estabilidad y garantías", es igualmente necesario un plan plurianual de financiación, tal y como ha repetido en varias ocasiones su rectora, Eva Alcón.
En lo que se refiere al ejercicio pasado, la UJI cerró 2023 prácticamente con saldo cero, ya que los 120,45 millones de euros de ingresos no afectados (16,03 procedentes de tasas y otros ingresos y 103,43 en transferencias corrientes de la Generalitat Valenciana) quedaron compensados con los 120,35 millones de euros de gastos no afectados, según la liquidación que este miércoles ha aprobado el Consejo de Gobierno de la Universitat.
Este es el primer balance que se realiza del año pasado, que posteriormente debe ser aprobado por el Consell y el Consejo de Gobierno de la UJI. Las buenas cifras de la UJI han sido posibles gracias a diferentes factores, entre ellos una caída de la inversión con recursos propios, una vez completada la Facultad de Ciencias de la Salud en 2022 y materializada la mayor parte del Edificio de Investigación 2. Asimismo, a esta reducción del gasto también ha contribuido la instalación en 2022 de paneles fotovoltaicos, que ha derivado en una caída del consumo energético. En este sentido, el beneficio ha sido doble, ya que en 2022 el desmesurado precio de la electricidad comprometió seriamente la viabilidad financiera a corto plazo de la universidad.
Asimismo, la aportación de la Generalitat Valenciana en julio pasado, tras una ardua negociación, ha permitido a la Universitat cubrir su presupuesto. Esta actuación, con una cifra pactada en un principio en 4 millones de euros, es otro de los argumentos que exhiben desde la UJI para reivindicar el plan de financiación plurianual.
Con todo ello, y tras una mejora en la captación de fondos, que ascendieron a 28,3 millones de euros en base a los programas y proyectos ejecutados por la universidad con financiación finalista (esencialmente proyectos de investigación), el presupuesto se ha elevado hasta los 148,68 millones de euros de gastos netos ejecutados. La cifra es un 3,73% superior a la liquidación del presupuesto de 2022 y también ligeramente mayor que los 142 millones presupuestados inicialmente para 2023.
Además de la primera aprobación del presupuesto, el Consejo de Gobierno aprobó este miércoles la oferta académica de grados y másteres para el próximo curso 2024-2025. Entre los 36 grados que se impartirán el próximo curso destaca el nuevo de Marketing Digital, que contará con 60 plazas y 240 créditos en cuatro años. Para el curso 2025-26 está previsto incorporar otro grado más, el de International Business Economics.
Asimismo, el consejo aprobó la concesión de las distinciones extraordinarias al veterano periodista José María Arquimbau Montolio por su "compromiso sociocultural"; al Centro Mujer 24 horas de Castelló por su "compromiso por la equidad de género"; y al Banco de Alimentos de Castelló por su "compromiso social".
