CASTELLÓ. El ejecutivo municipal de l'Alcora culminará durante la etapa inicial de este mandato los trámites para abrir una nueva calle entre el parque Guitarrista Tárrega y la carretera de circunvalación, en el barrio de San Jaime.
El objetivo de este proyecto de microurbanismo, encuadrado en la modificación puntual 59 del PGOU, es eliminar la barrera física que hay actualmente entre los bloques de viviendas situados en el lado norte del parque y las naves industriales del lado sur, donde se ubican empresas de carpintería, electromecánica, rotulación y algún gimnasio. El aspecto visual de la zona está muy degradado y eso es, precisamente, lo que quiere resolver el consistorio.
La idea es reducir el tamaño de una de esas manzanas industriales que lindan con el parque para salvar el desnivel que hay en ese punto y abrir una nueva calle que comunique con la carretera de circunvalación. De esa forma, mejorará la accesibilidad a pie entre la zona residencial del barrio y las afueras de l’Alcora.
Más a largo plazo, la idea del ejecutivo socialista que encabeza Samuel Falomir es comprar varias naves de esa manzana industrial para urbanizar un suelo que hoy es privado.
La segunda actuación urbanística de pequeño calado prevista a corto plazo en l’Alcora tendrá lugar al final de la calle Barcelona, justo en la ladera del monte donde está la ermita de San Cristóbal. El Ayuntamiento ha invertido 25.626 euros para comprar el último solar, urbanizarlo y dar así una salida a la calle. Además, el consistorio también investiga actualmente la titularidad de la vivienda situada en el número 7 de la calle San Nicolás para ponerla a su nombre en el Registro de la Propiedad.
Estos dos proyectos de reordenación de la malla urbana de l’Alcora se suman a otros ejecutados recientemente, como el ensanchamiento de las aceras en un tramo de la céntrica calle Peiró. En diciembre de 2021, el consistorio invirtió 66.341 euros en la compra de tres casas abandonadas contiguas de la calle Peiró y una más al otro lado de la manzana, en la calle José Gil del Castillo.
Posteriormente, en septiembre del año pasado, fueron derribadas todas esas casas para ampliar las aceras en un punto urbano con bastante tráfico de vehículos a pesar de la estrecha calzada.