CASTELLÓN. Nules y Benicarló han vivido este lunes dos nuevas jornadas de protestas para exigir medidas en apoyo al sector citrícola. En la localidad de la Plana Baixa miles de personas (entre 6.000 y 11.000, según la policía y los organizadores) han expresado el hartazgo que el campo valenciano vive durante la presente campaña naranjera, "la peor en décadas", según el manifiesto que se ha leído, con precios irrisorios y gran cantidad de fruta que se ha quedado por recolectar.
Las manifestaciones comarcales, que han servido para expresar la postura de 109 localidades de toda la Comunitat Valenciana y algunas del sur de Tarragona, han llegado además con un nuevo matiz en las reivindicaciones. Y es que los citricultores inciden ahora además en la necesidad de que la Unión Europea vele por la salud de los consumidores.
En el manifiesto que se ha leído en las 13 localidades valencianas que han albergado las protestas consta la exigencia de que, en el etiquetaje que acompañe a la fruta a lo largo y ancho del continente europeo, consten las materias fitosanitarias con que ha sido tratada la fruta, de forma que los consumidores "puedan leer en la etiqueta los productos prohibidos en la UE que se utilizan en otros países", señala el portavoz de la Plataforma per la Dignitat del Llaurador, César Estañol. Y es que, "no sabemos si hay productos cancerígenos" entre los que se utilizan fuera de Europa, apunta. En este sentido, la Unió ya alertó que en Sudáfrica la naranja es tratada con 50 fitosanitarios prohibidos en el Viejo Continente.
Nules ha actuado como cabecera de las protestas vividas en las 13 comarcas de la Comunitat, desde el Baix Maestrat hasta el Baix Vinalopó, y en todas ellas los productores citrícolas han reiterado la exigencia de aplicación de medidas ya conocidas, como el tratamiento en frío para las importaciones de fruta y la equiparación en el uso de fitosanitarios.
Para materializar estas acciones han solicitado además "un registro común de inspección fitosanitaria unificado e independiente para todos los puntos de entrada de cítricos a Europa y el establecimiento de inspectores de la UE en los puntos de orígenes de los cítricos". Y es que la mayor parte de la fruta que llega de fuera, como la sudafricana, donde no cesan de plantar naranjas y clementinas, lo hace a través de Holanda, donde los requisitos son más laxos, según han venido denunciando las organizaciones agrarias en reiteradas ocasiones.
El objetivo final es conseguir "que no haya dumping laboral y que, por el contrario, sí exista una seguridad para los consumidores", destaca el secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris. No en vano, esto ha provocado en esta campaña pérdidas multimillonarias para el campo, que esta organización agraria cifra en más de 200 millones de euros para el conjunto de la Comunitat Valenciana. Por ello, el presidente de Fepac-Asaja, José Vicente Guinot, destaca que el agricultor está "muy cabreado" y la falta de rentabilidad "está incrementando el abandono de campos".
En una cita que ha despertado el interés de los medios de comunicación estatales, los agricultores han vuelto a reiterar la necesidad de implantar medidas compensatorias para el campo, de forma que se frene este proceso de abandono, y "la suspensión de las importaciones procedentes de países terceros hasta que se revisen los acuerdos comerciales y se estudie cómo afectan a las producciones europeas". Todo un órdago a Europa.