CASTELLÓ. La negociación del convenio del azulejo se toma vacaciones anticipadas. Como muchas de las fábricas del sector, que este verano van a parar los hornos más tiempo del habitual, los negociadores del marco laboral han suspendido una reunión, la prevista para el próximo jueves, y retomarán las citas en septiembre. En concreto, está previsto que se sienten a dialogar el 7 y 12 de ese mes.
Lo hacen a la espera de que el sector pueda revitalizar su actividad, pero con escasas perspectivas de hacerlo, y después de que la representación patronal no haya aportado ninguna propuesta base a partir de la cual debatir mejoras, tal y como tampoco hicieron en la anterior cita, también marcada por la parálisis. Esto ha sido recriminado en la cita de este martes por los sindicatos, que censuran el talante "irresponsable" de los representantes de Ascer: "Nos abocan a una no negociación".
Fuentes de la patronal azulejera reconocen que tan solo han hablado del difícil contexto, con una caída de la afiliación a la Seguridad Social en la provincia de Castellón de un 11,4% en el último año (unos 2.000 empleos menos) y de la exportación (del 13,9% en montante y del 24,6% en volumen de enero a mayo; y especialmente grave en el último mes). En este contexto, señalan desde la asociación empresarial, "se hace necesario un acuerdo que permita a las empresas y sus plantillas transitar la crisis con el menor daño posible", sin llegar a explicitar cuál es ese acuerdo.
Desde los sindicatos han criticado esta actitud para señalar que, en 2021, el alza salarial pactada fue del 2,5% y un año después, "en un contexto más difícil", del 4%. Y ese es, precisamente, el incremento que sigue en vigor, en virtud de la ultraactividad, con el convenio caducado desde final de año.
De hecho, la representación de los trabajadores ha ido a más en su crítica y ha señalado que, si la patronal no se mueve, ellos sí barajarán medidas de protesta, "y evidentemente si nos movilizamos lo haremos cuando más daño podamos hacer, cuando el sector empiece a moverse, una huelga cuando no se trabaja no es efectiva". Esto perjudicaría notablemente a las empresas, necesitadas de volver a producir. "Nosotros sabemos que la situación es difícil, pero también lo es la de los trabajadores, que están dando, con los ERTE, su prestación por desempleo a las empresas para que puedan sortearla", concluyen desde los sindicatos.