CASTELLÓ. La situación inédita en que se encuentra la sociedad castellonense con el aplazamiento de las Fiestas de la Magdalena deja muchos frentes abiertos. El principal es encontrar las fechas idóneas para unos festejos que cada año tienen un espacio diferente en el calendario en función de la Semana Santa (ya saben aquello del tercer diumenge de quaresma...).
En este sentido, la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, va a mantener durante este miércoles las dos primeras reuniones con el fin de avanzar en este aspecto y en el resto que atañen a la nueva situación de las fiestas fundacionales de la ciudad. Por la mañana, la primera munícipe reúne a los portavoces de los seis grupos municipales en una cita extraordinaria para abordar el asunto. Y por la tarde, en una hora por definir con sus integrantes, se verá con el món de la festa con el fin de tratar posibles nuevas ubicaciones en el calendario.
No en vano, la voluntad del consistorio, si las medidas sanitarias lo permiten, "es que se puedan retomar [las fiestas] cuando haya plenas garantías de que su celebración no afectará a la población", ha señalado Marco. De hecho, así lo transmitió la alcaldesa, en conversación telefónica, a la reina y a la reina infantil de la ciudad nada más conocer el aplazamiento oficial de las fiestas.
Eso sí, y siempre a la espera de la evolución de los acontecimientos médicos, queda por decidir cual es el órgano municipal que debe tomar la decisión de reubicar el 75 aniversario de las Fiestas de la Magdalena, que no ha atravesado por un camino de rosas precisamente.
Respecto a posibles fechas, a lo largo de la tarde, cuando todavía la decisión no era oficial, el gerente del Patronato municipal de Fiestas, Vicente Montolío, valoraba el 23 de mayo como un buen momento para el comienzo de los festejos, que se prolongarían de esta manera hasta el último día de ese mes. Por su parte, el portavoz municipal de Compromís, Ignasi Garcia, mostró su deseo de que, "si hacemos lo que toca, esto pasará y podremos celebrar el 75 aniversario de nuestras fiestas en mayo, junio o septiembre".
La convocatoria de junio parece complicada por la cercanía de las fiestas de Sant Pere del Grau, una pieza importante de los festejos de la ciudad. Una cita en abril, mucho más cercana a la crisis epidemiológica actual y cuando se celebra además la Semana Santa, también parece poco idónea. Por ello, y a falta de la evolución de los acontecimientos, septiembre o mayo podrían parecer, a priori, ubicaciones temporales más adecuadas.