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entrevista

María Medem: "El cómic es algo que quiero hacer bien, con gusto y sin la presión de nadie"

10/04/2023 - 

VALÈNCIA. Por culpa del flamenco, del amor, de la comprensión, por la culpa de una creación incontenible y de los colores, los sonidos y las relaciones… Por todo ello nace Por culpa de una flor, una novela gráfica creada por María Medem y editada por Apa Apa Cómics y Blackie Books. Un libro a gran formato para disfrutar y perderse entre sus páginas como si de un cuadro se tratara, con una historia que se ha gestado a lo largo de tres años. Medem se pide un té para atemperarse de cara a su presentación en la librería Bangarang, pero antes saca un rato para conversar con Castellón Plaza sobre su último trabajo, gestado con tiempo y mucho amor.

Rompe con los esquemas de una sociedad productiva y con prisas, creando página tras página su mejor trabajo y sin ninguna presión: “Yo vengo de la ilustración y del fanzine, así que el cómic es algo que quiero hacer bien, con gusto y sin la presión de nadie, por eso lo puedo hacer así”, explica. Inspirada en el cine, el flamenco y la novela crea un texto poético, pausado y con páginas en las que uno querría quedarse a vivir.

La historia surge a causa de un proyecto fallido de fanzine, que no llegaron ni a pagarle a Medem. Desde Berlín le hicieron un encargo de dos páginas sobre el último hombre que quedó con vida en el Amazonas: “Me informé, la dibujé y jamás se publicó y ni me la pagaron”; explica la artista algo molesta. De esa historia se quedó con las ganas de escribir sobre la sociabilidad, los elementos propios que mueven a un cuerpo y la cultura que rodea a los lugares y las personas.  La curiosidad mató en este caso al artista, y sumió a María en un proyecto de tres largos años en el que más allá de aprender sobre flores ha aprendido sobre sí misma. 

-En el libro hay espejos, flores y sonidos que se imitan por los viajantes... ¿Por qué Por culpa de una flor?

-En un inicio iba a llamarse Reflejos, porque todo habla sobre la realidad y esas imitaciones. Imitar lo que nos rodea sirve para ubicarnos.

-Antonia, el personaje principal, es la que busca comprender el por qué del pueblo en el que se encuentra... ¿A qué se debe?

-Me interesaba que Antonia tuviera mucha coherencia, con ella misma y con el pueblo. Antonia es una persona muy melancólica y a la vez vive su coming of age propio durante la historia, que en cierto modo es como un cuento de aventuras. 

-Sin embargo intenta no moverse del pueblo porque de alguna manera siente que la flor reclama su atención.

-Es una proyección, ella siente que la flor la necesita y proyecta mucho en la flor. Ese pensamiento de “no puedo salir de aquí porque tengo que cuidarla”

-Pero los habitantes del pueblo se meten con ella por esa obsesión que tiene, ¿de qué te sirve esta mentira en la historia?

-Yo quería hablar de una manera más superficial de el pueblo. Quería que existiera un shock cultural entre Antonia y los habitantes del lugar al que llega, eso es lo que genera el diálogo. Ella se lo toma todo muy en serio, y cuando muestra su flor tiene miedo a que se rían de ella.

-De hecho vive un momento de engaño, en la que los habitantes del pueblo simulan estar obsesionados con los espejos igual que ella con su flor.

-Le obligan a tomarse la vida de una manera menos intensa a lo que ella está acostumbrada, ellos lo hacen en un tono guasón que a ella en cierto modo le molesta.

-Los viajantes son los que más se parecen a ella, aunque ellos sí que saben llegar e irse.

-Ella también tiene la duda de quedarse o de irse, como harían los viajantes. El cómic realmente nace de la necesidad de conectar con los demás, es uno de los motores que mueve la historia.

-¿Debe marcharse o quedarse?

-Ella está aislada pero entra en contacto con otra gente. Cuando ella se mueve nunca lo hace de forma planeada, cuando echa a andar lo hace de forma más impulsiva. Antonia debe estar antes de la treintena y ubicándose un poco en un mundo, en el que es clave ser sociable.

-¿Cómo es crear esta historia durante 3 años?

-Yo hice el texto al principio y dibujaba un poco basándome en eso, pero cuando terminé de dibujar mi manera de escribir había cambiado. Muchas frases las dejé y otras las fui cambiando hacia algo más poético. El entintado también se hizo en una época concreta. por lo que iba redibujando según qué cosas. A veces los significados de las páginas cambiaron según la historia.

-¿Por dónde se empieza?

-La flor se me ocurrió al principio del todo. Yo empecé a dibujar en base a eso y de golpe vi que tenía 300 páginas acabadas. Los conceptos estaban todos desde el principio: el flamenco, la flor, los espejos… Un párrafo igual me lleva tres páginas porque todo lo que puedo ir quitando del texto lo pongo en el dibujo, quito lo redundante.

-¿Y cómo es ver el final?

-Creo que es la historia que quería hacer, no he tenido que añadir ni quitar nada. Eso se lo tengo que agradecer enormemente a la editorial que ha confiado plenamente en mí.

-¿Cómo notas el salto del fanzine al cómic?

-Hay páginas de respiro, que he notado que en Zénit las fui haciendo a posteriori. Yo dibujaba una página al día en lápiz y planeaba las dos siguientes, pero no más de tres en poco tiempo, es la clave para que las tres que haga estén bien. Las que más me cuestan son las que tienen menos elementos, pienso que me paso de sintética o que son páginas de relleno, pero son importantísimas.

-¿Cómo se dibujan los sonidos y los recuerdos? Por ejemplo, como ella siente el sonido de la tórtola tras conocerla.

-Pues intento huir un poco de las clásicas onomatopeyas del cómic, quiero que las imágenes se oigan. Creo que las onomatopeyas se han convertido en algo un poco cliché y quiero que persista la imagen, quiero dibujarlo para que sea fácil imaginarlo.

-¿Cómo influye el flamenco?

-Me parece que tiene una poética increíble, y a mi me evoca muchísimas cosas. Usar esa fuerza en el cómic es para crear algo único. Estoy muy contenta porque a un crítico de flamenco del ABC Cultural de Sevilla el cómic le ha parecido flamenco [ríe] y con eso yo soy muy feliz. En el mundo del flamenco siempre se permiten muchas innovaciones, es cierto que se liga más a la estética en blanco y negro, pero yo quería expresarlo según como me siento.

-Es uno de los hilos conductores de la historia, ¿te lo pedía el texto?

-Diría que sí, hay cantes que describen la historia a la perfección, como el de la piedra: "Tu querer es como el del viento... el mío como una piedra que no tiene movimiento". Yo lo incluyo cuando yo hubiera canturreando, en momentos de calma. Me gusta meter escenas disfrutonas en las que la gente hace cosas tranquilas como cocinar y tender, y en estas meto una canción por respire y disfrute.

-Lo dedicas a los flamencos por tanta “belleza, dolor y juego”

-Creo que sintetiza una parte muy clave de la historia, cuando hay mucha belleza eso provoca de alguna manera dolor también. La parte del juego también se ve asociada al pueblo, porque son muy guasones.

-Tan guasones que engañan a la burra Margarita para que cree caminos que no son.

-Adoro a los burros, son como mi animal favorito [ríe] de pequeña tenía un amigo burro. La gente piensa que los caballos son más listos que los burros y eso es mentira. Los burros tienen mucha memoria y cabezonería, si le haces una trastada a un burro ese te va a odiar para siempre. Antes se usaban como topógrafos, porque sabían encontrar los mejores caminos.

-Engañan a Margarita con los caminos y a Antonia cuando se ríen de ella por ser tan intensa con su flor.

-Antonia cuando descubren que le han engañado y que se están riendo de ella se molesta, pero quiere seguir sabiendo que significan las cosas para los demás, ella busca ese punto más trascendental. Más que reirse de ella es que los demás se toman la vida con una ligereza que ella no comprende, porque busca comprender el todo de las cosas.

En la página final la protagonista huye de la aldea "tan solo habitada por perros y lagartijas" a lomos de la burra, ambas se van con la intensidad y sin rencores a otro pueblo, como los viajantes. A otro lugar del que poder extraer sonidos nuevos y donde encontrar nuevas flores y caminos para ambas. 

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