VALÈNCIA. El Catàleg de la Música Valenciana ya tiene testigo: se llama Valencian Music Office, y es la nueva herramienta que ha puesto en marcha el Institut Valencià de Cultura con la colaboración de la Federació Valenciana de la Indústria. La dirección adjunta de Música y Cultura Popular empezó a difundirlo la semana pasada entre agentes musicales para que fueran incorporándose en este nuevo directorio.
La gran novedad es que esta ventanilla no es únicamente de grupos, sino también de todo tipo de empresas y profesionales dedicados al negocio musical, desde empresas de comunicación o management hasta salas y asociaciones. “El Catàleg era un primer paso para poder saber quiénes y cuántos éramos. En la Comunitat tenemos una diversidad en la música brutal, pero teníamos que conocerla para poder diseñar políticas a partir de ellas. Ahora que ya ha pasado tiempo, estamos en otra etapa”, explicaba Marga Landete a Culturplaza en el marco de una entrevista publicada ayer por el diario.
El Valencian Music Office servirá, principalmente, como una extensión del Catàleg de Música Valenciana, que no solo servía como una especie de Páginas Amarillas musical, sino que también estaba ligado a participar en algunos proyectos del Institut Valencià de Cultura como los Premis Carles Santos.
“La idea surgió en un Trovam, cuando un manager me dijo que quería comunicar un proyecto que tenía pero no conocía empresas que estuvieran especializadas. Entonces, me dijo, ¿por qué no crear un directorio también de empresas ligadas a la música? Con esto, nos pusimos manos a la obra con la Fevim”, relata Landete.
Pero más allá del directorio, la Valencian Music Office será un paraguas con el que desarrollar otro asunto importante: el del estudio económico y social de la música. “Queremos aprovechar la marca para desarrollar un anuario para conocer y cuantificar el impacto económico de la música en la Comunitat Valenciana y poder poner en valor con rigor el sector”. El anuario servirá, no únicamente para analizar las cuentas positivas de la realidad del sector, sino que también se fijará en la realidad laboral de los festivales y el día a día de la música valenciana, y así cuentificar también la precariedad que viven músicos y técnicos.
Con todo, Valencian Music Office quiere servir como paraguas para desplegar iniciativas de cara al sector profesional en colaboración con la Fevim. Una idea que aún está en pañales (se presentará en sociedad en breves), pero que ya ha recogido varias decenas de grupos y empresas en su web oficial.