CASTELLÓ. La confirmación de la suspensión de los aranceles a los envíos de productos agroalimentarios de Europa a Estados Unidos, cuyo primer paso se dio en marzo, viene alzando en los últimos días un alud de reacciones. En lo que se refiere a los cítricos, las valoraciones son, como no podía ser de otra manera, positivas, pero las posturas difieren notablemente entre las partes.
Así, además de pedir "un acuerdo" para que la suspensión sea definitiva, La Unió de Llauradors ha vuelto a reclamar al Ministerio de Agricultura, como ya hizo hace tres meses y medio, que negocie un nuevo protocolo de exportación de cítricos a EEUU, ya que el actual "es demasiado exigente y cuesta mucho dinero enviar fruta", señalan los técnicos de la organización agraria.
No en vano, ya antes de los aranceles del 25%, el protocolo actual para la exportación acabó por dejar prácticamente a cero la exportación de naranjas y clementinas valencianas a la costa este estadounidense, a la que Trump dio posteriormente la puntilla.
Desde La Unió recuerdan que el tratamiento en frío que exige EEUU para el envío de cítricos españoles encarece mucho el viaje. Además, las clementinas producidas en la Comunitat "están gravadas en EEUU con un arancel de 1,9 céntimos de dólar por kilo, mientras que las procedentes de otros países como Marruecos, Australia, Canadá, Chile, Israel, Corea del Sur, México o Perú, están exentas al tener firmados acuerdos de libre comercio". Por todo ello, desde esta organización agraria reconocen que el retorno de la tradicional campaña exportadora, más simbólica que efectiva, "no será tarea fácil puesto que hay que volver a ganarse la confianza; además, Marruecos y Chile fundamentalmente, se han beneficiado de nuestra expulsión del mercado estadounidense".
Una valoración en la que coinciden desde la Asociación Valenciana de Agricultores. En AVA-Asaja también prevén "serias dificultades" para reconquistar el mercado estadounidense "por el terreno perdido durante estos años frente a países terceros como Marruecos".
Aunque en la organización agraria aplauden la eliminación de los aranceles porque eran "un abuso y fruto de una injusticia" derivada de una disputa aeronáutica, AVA-Asaja incide en este punto y pide a la Unión Europea que compense, "a través de medidas de apoyo, a los sectores agrarios valencianos y españoles que se han visto gravemente perjudicados por esta guerra comercial desatada por causas ajenas".
De modo diferente se ha postulado la interprofesional citrícola española. El presidente de Intercitrus, Ramón Espinosa, afirma que el fin de los aranceles supone la reactivación inmediata de las exportaciones de cítricos al que era el segundo mercado principal, después de Europa, hasta 2019, y achaca la caída de los envíos a las tasas arancelarias.
En todo caso, al igual que Espinosa, el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, valora positivamente el cambio: "Nos alegramos del giro que ha dado la Administración Biden porque EEUU es un mercado muy interesante con 328 millones de consumidores potenciales, pero la UE debe demostrar una mayor defensa y sensibilidad hacia los intereses de sus agricultores y ganaderos". Así lo señala Aguado porque, al igual que La Unió, censura que la UE no haya gravado la importación de almendra estadounidense, uno de los pocos productos que tiene un gran impacto en la agricultura valenciana.
La apertura del mercado americano sí que es muy importante para el vino valenciano. No en vano, los envíos españoles han bajado a la mitad desde 2019, "pasando de unas ventas anuales de 283 millones a 139 en la pasada campaña", apuntan desde AVA-Asaja. Asimismo, el comportamiento de las exportaciones de aceite todavía ha sido peor, "ya que se han desplomado un 80% durante dicho conflicto en el que era el segundo importador mundial tras Italia".