CASTELLÓ. La contribución de Pablo Hernández a la causa albinegra subió enteros el pasado domingo en la victoria cosechada en el feudo de Osasuna Promesas. El capitán albinegro estuvo más participativo que en partidos anteriores y puso sus notas de calidad en el juego de creación del equipo, con una intervención decisiva en el tercer y definitivo tanto orellut, marcado por Raúl Sánchez.
Su buena actuación se produce después de muchas jornadas sin grandes aportaciones al equipo y coincide con la llegada al banquillo de Albert Rudé, técnico que apuesta por dotar de virtuosismo al juego del Castellón. Una de sus primeras declaraciones de intenciones tras solo dos sesiones de trabajo ha sido la inclusión del Mago en el once y el papel que le ha otorgado como mediapunta. El internacional ha demostrado estar cómodo en el sistema del preparador catalán, por lo que puede ser uno de los grandes beneficiados de su llegada al banquillo albinegro.
Pablo Hernández había alternado titularidades y suplencias con Rubén Torrecilla al frente del equipo y estuvo en el once inicial en el último partido dirigido por Alejandro Jiménez como interino. Pero ha sido en el debut de Rudé cuando ha dado una mejor versión.
El centrocampista castellonense tendrá que refrendar esta mejoría en las próximas jornadas, si bien de momento ya goza de la confianza del nuevo técnico orellut, que parece tenerlo en cuenta en sus planes.
