la nave de los locos / OPINIÓN

¿Para eso fuimos a la guerra?

Foto: KIKE TABERNER

El Pepé se la juega con un señor de Orense. Con el cadáver aún caliente del joven Casado, los gerifaltes del partido han apañado el advenimiento de Feijóo a la presidencia. El elegido presume de gestor moderado, pero no da ni frío ni calor. Lejos está de despertar entusiasmo entre los votantes

14/03/2022 - 

Mi amigo Borja, que a sus 47 años vive con sus amados padres en un piso de la calle Ayala en Madrid, fino analista político sin oficio ni beneficio, un niño de papá de los de antes, me advierte de fenómenos inquietantes (tal vez paranormales) en la casa encantada de la derecha finolis. Al parecer, según la información recogida por Borja entre parientes, amigos y conocidos del barrio de Salamanca, en Génova 13 huele a chamusquina, a cambalache, a lagarto lagarto.

En los últimos días, el personal de la limpieza se ha esmerado en borrar hasta la última gota de sangre del crimen urdido contra el joven Casado (cuya caída en desgracia comenzó el día en que se dejó barba) y su lugarteniente de Cieza. Nadie quiere aparecer como responsable de la conjura, si bien es inútil que escondan la mano porque el rastro de las piedras apunta a ellos, a los dirigentes nacionales y autonómicos que aplaudían a rabiar al político palentino, que compensaba su falta de maña subido a un tractor, con una oratoria grandilocuente.

Foto: JORGE GIL/EP

Borja, ocioso e inteligentísimo, se lee la prensa madrileña de derechas de cabo a rabo, extrañamente unánime en el caso que nos ocupa, y además tiene buena memoria, como yo. Por eso recuerda el repentino cambio de lealtades acontecido durante la crisis del PP. Extraordinaria fue la transformación experimentada por el señor Carlos Mazón, que pasó de defender la “integridad” del joven Casado a apostar por el caballo ganador del búho gallego. Lo mismo cabe decir de los diputados, senadores, presidentes regionales y miembros del comité ejecutivo. Todos temían que el sustento de sus familias peligrase con Pablo y Teo. Y eso sí que no. Sólo un periodista atildado, de apellido Montesinos, le ha sido leal a Casado. 

El cuarto oscuro de la derecha

Huele a gato encerrado, decía, a tejemaneje, a un acuerdo alcanzado por las élites del partido en un cuarto oscuro, a espaldas de los militantes y los votantes de la derecha clásica.

“No habrá un candidato para plantarle cara a Feijóo. Todo está atado y bien atado. Ya lo pronosticó otro gallego”

El congreso de Sevilla, coordinado por Cuca, superviviente del naufragio, y el inefable González Pons, aclamará y proclamará a Feijóo como presidente nacional del partido. No habrá un candidato para plantarle cara. Todo está atado y bien atado. Ya lo pronosticó otro gallego. La democracia interna puede esperar, una vez más. Se hablará del advenimiento de Feijóo, más que de su elección, elevado a líder providencial que debe recuperar el poder para la derecha con el aliento espiritual de Santiago Apóstol.

¿Será el hombre que desalojará a nuestro Dorian Gray de la Moncloa? Borja y yo tenemos  dudas razonables. Las encuestas lejos están de acreditar el entusiasmo por la figura del presidente de la Xunta. Ha habido un repunte en las expectativas de voto de los populares, pero los malotes de Santi el Asirio acortan distancias semana tras semana. Hasta cierto punto es lógico que parte del electorado conservador haya recibido a Feijóo con desgana y frialdad. Es otro penitente de la Cofradía del Santo Diálogo y la Fiel Moderación, que acoge a todo político insípido, inodoro e incoloro, a aquel que presume de ser centrista, centrado y centrante. Qué horror.

Foto: KIKE TABERNER

Así, Feijóo, de romería por tierras valencianas el pasado fin de semana, reúne el perfil adecuado para el presente momento histórico, el servir de muleta en una Gran Coalición, cuando el presidente maniquí se desprenda del brazo corrupto de los comunistas, ayer amigos de Stalin y hoy de Putin (¡que sea cuanto antes, dilecto Pedro!).

Si se analiza su política lingüística en Galicia, el futuro presidente del PP podría ser perfectamente conseller de Educación en la Comunidad Valenciana. Tatiana, la novia de Borja, cree que el gallego es filonacionalista, y no le falta razón. Lo peor es que sea también socialdemócrata.

Pablo y Alberto, dos suaves de la política

Esperaba algo más, sinceramente. Me da pena que todos mis esfuerzos por combatir al Gobierno pinocho sólo hayan servido para cambiar a Pablo por Alberto. Dos suaves de la política. Mis artículos críticos con la torpeza y la inmoralidad del Ejecutivo me ganaron la fama, no del todo inmerecida, de personaje derechista, reaccionario, casquivano y cosas peores, y sin embargo lo tuve por bien empleado si contribuía a erosionar al actual Régimen y cimentar una alternativa conservadora. Visto lo visto y lo que veremos, no parece que vaya a ser así.

Foto: KIKE TABERNER

La política es un engaño, qué duda cabe. ¿Para eso fui, fuimos muchos, a la guerra contra la izquierda política, cultural y mediática? ¿Para que el diletante y dilatado Esteban González Pons acabe ahora de secretario general del PP? ¿Fuimos a la guerra para que vuelvan Arenas Bocanegra, Fátima Báñez (la de la melena picassiana), Rafael Hernando y hasta Floriano? ¿Para eso dejamos que nos partieran la cara cada lunes? Sólo nos falta que se confirme el regreso de Montoro como el nuevo cobrador del frac. Esto sería el acabose.

 Aprendida la amarga lección, me propongo no volver a manchar mi pluma en el barro político. Sí; seré un tipo exquisito a lo Gil-Albert. A partir de ahora todo serán artículos sobre Proust, la policromía de las uñas de Rosalía y la pintura abstracta de Mark Rothko. Quedáis avisados.

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