CASTELLÓ. La sombra de una huelga en los almacenes de cítricos sobrevoló hace dos semanas por las diferencias entre la patronal y los sindicatos en el nuevo convenio de manipulado. Pero ahora ambas partes se están afanando en intentar llegar a un acuerdo para evitar el paro en uno de los momentos más importantes de la campaña. Así, han empezado a hacer movimientos para acercar posiciones y sobre la mesa ha desaparecido, de momento, la convocatoria de una huelga sectorial.
Como muestra, la comisión negociadora, formada por el Comité de Gestión de Cítricos y la Federación de Cooperativas y los sindicatos de CCOO y UGT, se ha reunido de nuevo este lunes y se ha emplazado al miércoles a seguir dialogando. Fuentes conocedoras de la negociación afirman que las posturas siguen todavía muy separadas pero admiten que en ambos lados hay interés en alcanzar un punto en común y eludir la convocatoria de una huelga en plena campaña de Navidad.
Son conscientes del daño que podría producirse en un sector que ya sufre por la merma del aforo y la caída del consumo de naranjas en la Unión Europea. También inciden en los ánimos el impacto de la Dana en la producción de de la Ribera.
No en vano, sindicatos y patronal no han querido hacer este lunes una valoración del encuentro para no enturbiar las negociaciones y se han dado hasta el miércoles para analizar las diferentes propuestas. De hecho, desde los negociadores subrayan que las conversaciones continúan y no hay visos de ruptura.
De esta forma, el ambiente del actual convenio dista del acordado en 2020, cuando el pacto arribó a última hora, con intervención de la Conselleria de Agricultura, y cuando había anunciada una huelga para el mes de diciembre. Esta vez, con diciembre ya entrado no se vislumbra ni por asomo una posible movilización sindical.
No obstante, los posicionamientos no han variado en demasía. Los sindicatos mantienen su planteamiento inicial, es decir: un aumento salarial de un 20% en cuatro años (11% el primero y un 3% los tres siguientes) para compensar la pérdida de poder adquisitivo experimentada con el anterior marco laboral, que solo aumentó las retribuciones un 1% al año. También defienden la diferenciación de categorías, la retirada de las horas extraordinarias estructurales y que el trabajo los sábados sea de forma voluntaria.
Por su parte, la patronal propone la ampliación de la jornada a sábados y festivos, respetando los descansos y las 40 horas semanales, para reforzar la competitividad del sector ante la competencia exterior. Respecto a las tablas salariales, plantean una subida de un 13% en cuatro años, y elevar el precio de las horas extraordinarias del 10% al 15%.