CASTELLÓ. El Plan General (PG) se vislumbra como un comodín para captar inversiones que mitiguen los efectos del coronavirus en Castelló. La posibilidad de disponer de un ordenamiento urbanístico a medio plazo resulta esencial para reforzar las medidas previstas por el Ayuntamiento de la capital de la Plana en busca de reactivar la economía local una vez termine la actual crisis sanitaria.
Compromís es el primer partido del Acord de Fadrell que ha puesto el foco sobre la "gran oportunidad" que supone para la ciudad en vista de la desaceleración iniciada a raíz de la emergencia por el Covid-19.
Antes de que la pandemia precipitara el estado de alarma, el PG estaba a expensas de la declaración ambiental de la parte estructural por parte de la Conselleria de Transición Ecológica. Remitidos los distintos informes adicionales de inundabilidad a las administraciones implicadas, entre ellas la Confederación Hidrográfica del Jucar (CHJ), la autorización parecía cuestión de semanas. Se trataba del paso definitivo para acelerar el resto de la tramitación, con una nueva exposición pública, redacción del documento definitivo y la posterior elevación al pleno para su aprobación definitiva.
Desde que la coalición de izquierdas asumió la gestión municipal en 2015, el mensaje sobre las consecuencias de someterse a unas normas transitorias de urgencia siempre ha ido en la misma dirección: la inseguridad jurídica ahuyenta a los grandes grupos de negocio. Sin posibilidad de recalificar suelos con vistas a promover nuevas áreas comerciales e industriales, las inversiones resultan poco menos que una utopía.
Y no solo lo ha venido advirtiendo el equipo de gobierno en estos años, sino también los empresarios de la construcción, limitados a la hora de edificar.
Ese panorama cambia drásticamente con el Plan General, que contempla 6,2 millones de metros cuadrados de suelo urbanizable entre el industrial (3,2 millones de m2), el residencial (1,9 millones), el terciario (595.532 metros cuadrados) y la red primaria (514.470 m2), que incluye distintos tipos de usos.
El desarrollo urbanístico, además de dotar a Castelló de un marco legal, facilitará el asentamiento de multinacionales presentes en otras capitales de provincia y que no lo han podido hacer hasta la fecha en la capital de la Plana por falta de garantías. De una manera directa el PG complementará y potenciará las acciones del Plan Marshall municipal.