CASTELLÓ. El PSPV, Compromís y Podem-EUPV vuelven a asomarse al abismo del desacord en el Ayuntamiento de Castelló. Las relaciones entre los tres socios del gobierno municipal son cada vez más tirantes. Ni siquiera esconden sus diferencias en público, como ocurrió en el pleno de este jueves, en el que el portavoz de la confluencia, Fernando Navarro, interpeló al grupo socialista de Amparo Marco: o Acord de Fadrell o Ciudadanos.
A raíz de la enmienda defendida por socialistas y naranjas acerca del conservatorio, el líder de la convergencia se mostró muy crítico con el principal socio del ejecutivo. Más allá de acusarle de "desleal" por ocultar al resto la maniobra política, pidió claridad sobre el futuro de la alianza progresista, teniendo en cuenta que todavía queda más de media legislatura. "Acabábamos 2020 dando la bienvenida a Ciudadanos al bloque de izquierdas por su cambio de rumbo con las ordenanzas fiscales y no me imaginaba que comenzaríamos el año rompiendo la mayoría del Acord de Fadrell para buscar una mayoría alternativa con Cs", en alusión al PSPV.
Navarro aseguró que lo sucedido supone "un terremoto incluso mayor" que el que sacudió al tripartito a finales de 2019 a consecuencia de las fiestas. Entonces, la decisión de Compromís de alinearse con la oposición provocó un cisma. "No tengo claro que sea una mayoría accidental. Esto sienta un precedente muy grave. Si se está planteando la cohesión del Fadrell, deberían ser valientes y proponerlo en los órganos internos del gobierno", en referencia a una posible ruptura de la coalición de gobernanza.
El evidente malestar del líder de Podem-EUPV contrastó con la posición del representante de la formación valencianista, Ignasi Garcia, que evitó cualquier confrontación pese a los ataques. Incluso, con el portavoz de Ciudadanos que, a la hora de exponer la enmienda conjunta con el PSPV, acusó a Compromís de emplear, como estrategia, un "modus operandi" basado "en la imposición, demagogia y arrogancia, que le pasará factura". En el fuego cruzado también participó el PP, cuyo altavoz, Vicent Sales, afeó a Ciudadanos su comportamiento al haberse convertido en el "perrito faldero del PSOE. Al señor Marín-Buck se le está poniendo carca de Arrimadas. Empezó la legislatura mendigando la vicealcaldía y acabará el mandato compuesto, sin novia, sin vicealcaldía y, al paso que va, sin partido".
La exhibición de retórica de unos y otros constató que los guiños del Partido Socialista a Cs empiezan a hacer mella en la corporación. Por un lado, los socios minoritarios del Fadrell ya no ocultan su recelo a propósito del nuevo rol del partido liberal, especialmente al tener un efecto directo sobre la elaboración de los presupuestos. Por otro, el PP manifiesta cierta irritación al perder aliados en la oposición. Hasta Vox se deja llevar por las fluctuaciones parlamentarias.