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conviene saber / OPINIÓN

Porque no somos iguales

Foto: LORENA SOPÊNA/EP
14/05/2024 - 

El mensaje de la ciudadanía catalana enviado este domingo ha sido claro. El camino de la separación y del conflicto no es la solución. Los resultados electorales avalan el esfuerzo por el diálogo y la convivencia en Cataluña.

Hace apenas dos semanas de aquel punto y aparte planteado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y visto a media distancia, con la tensión reducida por la posible e injusta caída de un presidente, constatamos que la reacción de ese “basta ya” del presidente fue proporcional y coherente con el nivel de ataque y crispación al que está queriendo llevar el bloque político de la derecha, pivotado por el Partido Popular, a la sociedad española.

Y tras los resultados electorales del domingo en Cataluña, podemos afirmar dos cuestiones.

La primera y, en mi opinión, más importante: vale la pena, por supuesto que vale la pena seguir luchando por defender la democracia y la convivencia, y así lo han refrendado los resultados electorales del 12M con la victoria incuestionable del partido socialista catalán.

Foto: DIEGO RADAMÉS/EP

En segundo lugar, el Partido Popular, que sigue sin digerir que tras el 23 de julio la ciudadanía le mandó al rincón de la oposición, continúa en la estrategia de la radicalización política y así se ha mostrado, más ultra y radical que nunca en esta última campaña, empeñado en rebañar todos los votos que produce su estrategia de la polarización, el odio y la crispación.

A la crispación y la tensión política generalizada e instalada por los populares, a ese nivel de estridencia compuesto de insultos y mentiras, se suman sus activos en los gobiernos autonómicos. Estos que dedican sus esfuerzos a ser oposición de Sánchez y no a gestionar sus competencias autonómicas, como es el caso del presidente de la Comunitat Valenciana, al que encontramos a diario reclamando cuestiones al Gobierno de España mientras su Consell tiene sus más de 30.000 millones de presupuesto pendientes de gestionar.

Una mayoría de la sociedad valenciana siente una preocupación creciente fruto de las noticias que nos llegan. Se suman a las contrarreformas legislativas, a las leyes de la vergüenza, los recortes y los impagos de la Generalitat Valenciana que impactan de pleno en una sociedad afectada por la pésima gestión de la administración valenciana que tiene consecuencias directas en el bienestar y en los derechos y servicios de la mayoría social.

Estamos viendo cómo los recortes en uno de los pilares de nuestro estado del bienestar, la educación pública, con la reducción de más de 200 unidades en toda la Comunitat Valenciana por primera vez tras ocho años de un gobierno progresista, no son una invención de la oposición. Por desgracia, han llegado a la sociedad. Por ello, docentes, directores y alumnado han estallado contra esta situación y salen a la calle a reclamar este retroceso.

Otro ejemplo de los recortes del señor Mazón son los recortes anunciados a las entidades locales. Este año no habrá programas de empleo dirigidos a personas paradas de larga duración, ni programas de empleo específicos para personas con discapacidad. Tampoco habrá talleres ni planes de empleo para mujeres, además de recortar en más del 50% los programas que daban una oportunidad de empleo de un año a nuestros jóvenes menores de 30 años. Aquí es donde se materializa el recorte de más de 107 millones que sufrió el servicio valenciano de empleo LABORA en su presupuesto para 2024.

Foto: CARME RIPOLLÉS/EP

Por otro lado, los impagos vuelven a ser protagonistas de la actualidad política valenciana. Mientras el PPCV alborota en les Corts, exigiendo al Gobierno de España un fondo de nivelación, el Consell de Mazón que perdona impuestos a los grandes patrimonios estrangula a las administraciones locales, a los centros de menores y a las familias con impagos insoportables.

El ejecutivo autonómico deja de abonar a los ayuntamientos todos los programas de empleo que tiene pendientes, no paga las subvenciones a los centros de formación que se encargan de ejecutar todos aquellos programas de empleo y formación que están en marcha gracias a la gestión del gobierno anterior, y condena a las familias sin cobrar las ayudas a la dependencia. Y así un suma y sigue que demuestra que el actual gobierno de Mazón no ha venido a mejorar la vida de los valencianos y las valencianas, sino que ha venido a desgastar al gobierno de Sánchez y a destruir todos los avances que con mucho esfuerzo y trabajo se consiguieron durante ocho años por un gobierno liderado por los socialistas valencianos.

Por desgracia, el camino de los recortes, los impagos y la involución en la Comunitat Valenciana acaba de comenzar y mientras eso pasa, la máquina del fango, de la crispación y del desgaste contra Pedro Sánchez sigue en funcionamiento y dirigida por muchos de los que deberían dedicar sus esfuerzos a la gestión de sus autonomías, como es el caso de la valenciana porque como ven falta nos hace.

Así que finalizo este humilde espacio de reflexión recordando al estimado y reconocido Alfredo Pérez Rubalcaba en el quinto aniversario de su pérdida cuando decía: “Los socialistas y las socialistas estamos aquí. Y no somos iguales. Vamos a estar del lado de los que reclaman y defienden la educación pública, la sanidad pública. Porque nunca puede ser igual el que construye que el que destruye. Y por eso vamos a seguir defendiendo el modelo de la construcción y la convivencia. Vamos a seguir defendiendo el futuro con uñas y dientes, ese que se quiere cargar la derecha. Porque no hay ningún partido que tenga tanta pasión por España como el PSOE.”

Estas palabras de Rubalcaba siguen vigentes y, a los ojos de las valencianas y valencianos, son más necesarias que nunca.

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