CASTELLÓ. La pandemia paralizó el mundo en 2020 pero el sector del azulejo supo resurgir de ese bache y tras el Estado de Alarma ha experimentado un crecimiento notable. Empresas como Realonda han sorteado con éxito el 2020 y ,según refleja su último balance de cuentas, creció un 17% con respecto a 2019 con más de 22 millones de euros en ventas y con unos beneficios de 3,28 millones.
Pero paradójicamente la covid no ha sido el mayor de sus problemas. Pasado lo peor de la pandemia ahora Realonda, y el sector cerámico en general, afrontan el año con "miedo" ante el incremento exponencial de los costes del gas y el impuesto a las emisiones. "Lo peor de todo es la incertidumbre, estamos en un nivel que no sabemos dónde va a llegar el precio del gas y en cunto tiempo", manifiesta el gerente de la empresa, David Fernández-Valladares.
"Si el coste energético se mantiene, esa rentabilidad del 2020 desaparece"
En 2020 la compañía ondense obtuvo unos beneficios de 3,2 millones, unos 940.000 euros más que en el año 2019, lo que refleja que la pandemia no les ha pasado factura y consiguieron mejorar tanto su cifra de negocio como sus beneficios. Sin embargo, Fernández-Valladares hace hincapié en que con la situación actual, "si el coste energético se mantiene, esa rentabilidad del 2020 desaparece". En los mismos términos se manifestaba este lunes el presidente de la patronal Vicente Nomdedeu que afirmaba que "al sector solo lo va a salvar la bajada del precio del gas".
La coyuntura en la industria cerámica ha dado un giro en un año ya que 2020 fue un buen ejercicio pese a todo. En el balance de Realonda reflejan en su informe de gestión que la empresa se encontraba en una "situación económica muy aceptable" y que la sociedad no estaba "expuesta a riesgos o incertidumbres de especial relevancia". Sin embargo, un año después el precio del gas amenaza el crecimiento de la empresa.
"Todos los planes de crecimiento e inversión están paralizados, y nos hemos visto obligados a subir los precios porqué no hay otra solución", lamenta su gerente, aunque asegura que están haciendo todo lo posible para no despedir empleado o acogerse a ERE. "Intentaremos por todos los medios no tomar ninguna medida en este sentido pero la situación es muy compleja".
El caso de Realonda es un reflejo claro del bache por el que atraviesa el sector, que a pesar de haber superado la pandemia y retomado el ritmo de crecimiento con unas cuentas saneadas se encuentra en jaque por el desorbitado incremento de los costes.