CASTELLÓ. El turismo internacional ha registrado un ascenso en 2023 en la provincia de Castellón y parte de ello es responsabilidad de la segunda residencia. Estancias en viviendas propias o de familias o amigos acaparan el 57% de las pernoctaciones en la provincia, según las cuentas de Turisme Generalitat Valenciana.
La encuesta de la Conselleria de Turismo indica que Castellón ha recibido en 2023 un total de 6,3 millones de pernoctaciones internacionales, lo que supone un ascenso de un 26,6% respecto a 2022. Pero de estas cifras hay que tener en cuenta que 3,6 millones corresponden a alojamientos calificados en la muestra como "no de mercado": se trata de segundas residencias. Y esta variante explica en buena parte el crecimiento de visitantes extranjeros, ya que ha tenido un aumento de un 37,7%.
Las pernoctaciones en instalaciones turísticas, como hoteles, campings o casas rurales contemplan 2,7 millones de pernoctaciones, siempre según la encuesta de la Administración autonómica. Destaca la ocupación en los hoteles, que ha subido un 10%, mientras en los alojamientos extrahoteleros ha sido de un 2,9%.
La gran cantidad de noches en alojamientos fuera del mercado turístico está sin duda relacionada con la compraventa de segundas residencias, que protagonizan un aumento sostenido en la provincia en los últimos años. En 2021 fue de un 111,2%, hasta el punto de que concentró el 48 % de la cuota. Y en 2023 subió hasta el 57%. Su incremento va ligado a un alza de la oferta inmobiliaria, especialmente en el litoral. Así, destacar que, según el Colegio de Notarios de València, la compra de casas por personas oriundas de Alemania ha ascendido un 36% y por parte de Francia un 22%.
No en vano, en el último año las compraventas de viviendas por extranjeros han subido un 20% en Castellón. Entre los diez principales países con más adquisiciones se encuentran Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Países Bajos.
Ante esta situación, el Club de Producto Introducing Castellón aboga por impulsar especialmente los alojamientos turísticos frente al residencial. El primero "es el indicador que refleja un impacto económico", afirma la asociación, que señala que en estos momentos la mayor parte de municipios tienen más plazas de oferta residencial que de hoteles, cuando, a su juicio, para que funcione el sector turístico debería ser al revés.
Introducing Castellón confía en un incremento anual de un 2% de las visitas internacionales a lo largo del próximo lustro en los espacios turísticos castellonenses. Su objetivo es que, con ello, llegue a representar el 40% de pernoctaciones totales de la provincia, frente al 20% actual. De esta forma, el sector podría prolongar la campaña hasta los diez meses, tal y como pretende.
Y es que la planta hotelera en la provincia apenas ha registrado cambios en la última década. Castellón cuenta en estos momentos, según un balance de enero de la Conselleria de Turismo, con 170 hoteles, con 22.844 plazas y 10.862 habitaciones. El 65% se ubica en localidades de costa. En 2015 había 168 hoteles y 22.521 plazas.
La estabilidad se produce pese al auge de nuevos hoteles de los últimos años, que se verá reflejado también en un futuro próximo. Así, Benicàssim abrirá en marzo el nuevo hotel Albades con 53 habitaciones. Al mismo tiempo, Intelier (Grupo Gimeno) ha derribado el Hotel Azor para construir un complejo de aparta-hoteles, mientras Sol y Mar desarrollará otro en la avenida Ferrandis Salvador.
Otro ejemplo del interés que despierta el sector es que, en el Grau de Castelló, la compañía vasca Silken Hoteles gestiona ya el Hotel Turcosa. Por su parte, Marina d'Or ha sido adquirida por los grupos Magic Costa Blanca y Fuertes, que han previsto una reforma de sus tres hoteles con el objetivo de reabrir el 31 de mayo. Mientras, el norte de la provincia impulsa cuatro pequeños hoteles.