Las decepciones, los incumplimientos, o si prefieren los desprecios en política, se pueden medir perfectamente de forma numérica esta semana. El Estado dejó sin invertir en la Comunitat Valenciana solo el año pasado casi 640 millones de euros en inversión directa, aproximadamente un 60% de lo establecido por los Presupuestos Generales del Estado (PGE). ¡Y nos hemos enterado en una semana en la que nos reunimos todos los y las representantes valencianas aquí y en Madrid organizamos un acto contra la infrafinanciación que sufre la ciudadanía valenciana año tras año por parte del gobierno español!
Así las cosas, los datos de ejecución de inversiones reales del sector público empresarial y fundacional no mienten: de los 1.107 millones consolidados en los PGE de 2021, más de la mitad se han quedado por los cajones del Estado. De ser la autonomía peor financiada a ser la que menor porcentaje de ejecución inversora concentra por parte del Estado. Lo de siempre, vaya.
El mangoneo, si me lo permiten, es doble: las cuentas de 2021 preveían un incremento inversor aquí con respecto al presupuesto anterior al incluir la reivindicación valenciana para que los PGE acoplen sus inversiones al peso poblacional autonómico. Es decir, si valencianas y valencianos somos el 10% de los habitantes de España, que se nos reserve el mismo porcentaje de inversión de los PGE. Pero, no. A 31 de diciembre de 2021, el Estado ha invertido en nuestra tierra como si fuéramos poco más de un 5%. Del maltrato financiero, como decíamos, al pasotismo inversor más absoluto.
Al Estado parece darle igual esta reclamación del 10%, demandada por la sociedad civil valenciana en las calles y defendida por todos los partidos (salvo Vox) en Les Corts Valencianes. Vive en otra inercia, seguramente heredada. Las cifras del informe de la Intervención General del Estado apuntan a una recentralización inversora de facto de toda España, algo impensable en unos presupuestos ejecutados por dos formaciones que se dicen federalistas. En Madrid se ve que no solo ejecutan lo suyo, sino también lo nuestro: ¡un 112%!
Y mientras pasa todo esto, el día que se publican las cifras del maltrato, nos enteramos sobre un presunto plan de descentralización de las nuevas infraestructuras del Estado. Se nos presenta como crucial. Y, negro sobre blanco, pues suena muy bien. Pero la primera descentralización que tiene que hacerse es la de los recursos económicos, que son los que pagan hospitales, escuelas, el cuidado de nuestros mayores, las políticas medioambientales de una tierra en emergencia climática… ¿Es importante que Puertos del Estado tenga sede en Valencia? Claro que sí. Pero más importante es poder pagarnos nuestro día a día. No conviene perder el foco del asunto, ni perderse excesivamente en planteamientos simbólicos y halagadoras palabras.
Mañana Compromís llegará al acto contra la infrafinanciación que sufren valencianos y valencianas con una propuesta clara para la reforma rápida del sistema de financiación autonómica que nos mantiene como los pagafantas de España. Allí esperamos a todos y todas las diputadas miembros de partidos en el Congreso de los Diputados, que es donde la voz valenciana debe resonar al unísono. Esperamos su apoyo y también su músculo. Porque esto ya empieza a recordar a aquella película, Jerry Maguire, en la que el actor Cuba Gooding, un jugador de fútbol americano peleón y menuet, acostumbrado a bregar con éxito entre gigantes, se aferra a un agente en horas bajas que da nombre a la película e interpreta Tom Cruise. Gooding es el último representado que le queda a Cruise, quien mantiene un discurso de integridad ética, justicia y valores por encima de lo económico que llegan al jugador, son el pegamento entre ambos. Pero se acerca el día de la renovación de contrato del jugador, de la negociación a puerta cerrada entre club y agente, y Gooding le transmite un mensaje muy claro a Cruise más allá de lo que les une: “Show me the money!!!”.
Pues eso Pedro…que ens deus uns quants bizums!