CASTELLÓ. Vila-real estrenará en 2025 una nueva tasa de basura para cubrir su coste anual, valorado en 5,5 millones. Hasta ahora este gasto era asumido por recursos propios del presupuesto municipal y no por la ciudadanía, pero una normativa de la Unión Europea obliga a los ayuntamientos a aprobar un gravamen diferenciado y sin posibilidad de incurrir en déficit. El objetivo de esta norma es el de fomentar un uso responsable de los residuos, premiando al que menos consume, pero supone un aumento de la presión fiscal en Vila-real, ya que el vecindario no pagaba por este servicio.
El pleno municipal ha aprobado este lunes la propuesta inicial de la ordenanza de residuos, que ahora encara su periodo de alegaciones y que entrará en vigor el próximo ejercicio. Para amortiguar el golpe, el gobierno local, formado por PSPV y Compromís, ha impulsado una tasa en el que aplicará en los hogares criterios de progresividad, y en los comercios intentará que se ajuste a los residuos que generen.
Así, se diferenciarán dos tipos: en las viviendas, los hogares vulnerables tendrán una bonificación del 95% y en el resto se implementarán cuatro tramos en función del catastro. El segundo abarcará a comercios y hostelería y en este caso podrán presentar una auditoria que concrete los residuos que se generen para ajustar la tasa a la basura que acumule.
Así lo ha explicado la vicealcaldesa y concejala de Servicios Públicos y Medio Ambiente, Maria Fajardo, quien ha afirmado que "es una medida que no entiende de colores políticos y que responde a una obligación marcada por la Unión Europea. Además, nos dirigimos hacia sistemas de pago por generación, donde pagará más quien más contamine”.
Los 5,5 millones que costará la tasa de basura se repartirán entre unas 25.000 viviendas y negocios. El ejecutivo también rebajará el IBI un 2% en 2025 para compensar la tasa de basuras en parte; una reducción que ha sido apoyada por PSPV, Compromís, Vox y el edil no adscrito. Ha admitido que es insuficiente pero la única posible actualmente por "la situación de las cuentas" por la herencia recibida, ha reiterado, de la gestión del PP en temas urbanísticos.
"Nos hubiera gustado poder bajar más el IBI, pero después de realizar muchos cálculos, hemos considerado que ese 2% es la cifra más adecuada para evitar que se vea perjudicado el presupuesto municipal y, en consecuencia, todos los servicios públicos que ofrece el Ayuntamiento. Es una medida que busca el equilibrio entre aliviar la carga fiscal de los vecinos y garantizar el mantenimiento de los servicios esenciales”, ha resaltado Fajardo.
El alcalde, José Benlloch, y la concejala de Hacienda, Sabina Escrig, han apuntado que los Ayuntamientos de Castelló y Benicàssim, con el PP al frente, han anunciado una disminución del IBI del 2% también, mientras no se conocen en otras localidades dirigidas por la formación conservadora. Asimismo, el gobierno está abierto a introducir algún cambio en el proceso de exposición al público.
El Partido Popular de Vila-real ha censurado “la operación de maquillaje que supone la rebaja del 2% del IBI para 2025 justo en el mismo pleno en el que el gobierno municipal ha aprobado la ordenanza que regula la nueva tasa de residuos, que supondrá un coste extra de entre 118,39 y 224,95 € por vivienda”. El PP defendía un ajuste del IBI que compensara totalmente el gravamen de la basura.
“Desde el PP planteamos una rebaja de la contribución que compensara de manera real el incremento que vamos a sufrir con la nueva tasa de residuos, algo a lo que PSOE y Compromís se han negado, así que no vamos a contribuir con nuestro voto a esta operación de maquillaje. Cuando vengan con una propuesta que realmente suponga reducir la presión fiscal a nuestros vecinos, tendrán el voto favorable del PP”, ha asegurado el portavoz popular, Adrián Casabó.
Según el líder del PP local, “con el ‘basurazo’ que sufrirán los vila-realenses a partir de 2025, el equipo de gobierno dispondrá de más de 4 millones de euros para gastar en lo que considere, ya que este servicio se estaba prestando hasta ahora con recursos propios vía el resto de impuesto que pagamos los vecinos”.
Casabó ha puesto algunos ejemplos de lo que pagarán por esta tasa las actividades comerciales y, según ha señalado, una fontanería de 350 m2 pagará 445,09 €, una peluquería de 200 m2 pagará 710 €, una floristería de 80 m2 pagará 388,99 €, un bar de 250 m2 pagará 1.084,68 € o un restaurante de 1.100 m2 pagará 4.067,54 €.
Además, el portavoz popular ha aclarado que la obligatoriedad de esta tasa “es decisión del Gobierno de Sánchez”. “La normativa europea recomienda, no obliga. Lo que obliga es la decisión del Gobierno socialista de implantar una tasa sin criterios uniformes y sin ningún ministerio que coordine y ayude a los ayuntamientos en la elaboración de las mismas”, ha lamentado Casabó.
“No podemos avalar este regalo envenenado de PSOE y Compromís, que aumenta la presión fiscal que sufrimos los vila-realenses”, ha explicado Casabó, quien ha puesto de ejemplo su propio recibo de la contribución. “Desde 2013, mi recibo del IBI se ha incrementado en 100,78 euros. Para 2025, me quitarán 11,98 euros por la rebaja del 2%, pero pagaré 153,91 euros de más con la nueva tasa”, ha concluido.