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el inversor está desnudo / OPINIÓN

¿Tiene Suiza en su cartera?

17/07/2024 - 

Nunca hablamos de Suiza. Nunca hablamos de un país que es estratégico, con su propia divisa, con algunas de las principales multinacionales del mundo, y con un mercado financiero desarrollado. Ya es hora de hacerlo, aunque nos limitemos al ángulo inversor.

La impresión imparable de dinero de las principales economías desarrolladas nos llevó a la explosión de inflación de 2022, el inicio de una era muy dolorosa para la clase media. Aunque creo que faltan una o dos ondas más de inflación, al estilo de los años 70, el cambio ya ha empezado.

Los tipos de interés se han disparado y no bajan, y así seguirán mientras las condiciones económicas no se enfríen. El retraso en sentir los efectos no ha de engañarnos: es como haber visto la foto del radar y creer que no recibiremos la multa. Esa multa puede tardar, pero llegará, igual que la recesión.

Sin embargo, como los países desarrollados en general están endeudados y son poco competitivos, la única forma que entienden de no perder la guerra con Asia es seguir imprimiendo dinero para endeudarse aún más y mantener la máquina rodando, algo así como apagar el fuego con gasolina.

Dirán ustedes: ¿Y es que Suiza no está igual? ¿No han imprimido francos suizos sin control?

Una imagen vale más que mil palabras. Esta es la comparación de los últimos 10 años entre la cantidad de dinero en circulación de EEUU, Europa (azules) y Suiza (en rojo). Usamos la M2, una métrica muy útil, y vemos una diferencia muy clara:

Están comparadas en porcentaje, así que es fácil darse cuenta de dos cosas. La primera es el ritmo de crecimiento del efectivo, mucho más contenido en la economía suiza incluso tras la pandemia. La segunda es el ritmo de bajada: Europa y EEUU siguen presa de la droga del efectivo para mantener sus economías a flote, mientras que Suiza lo está reduciendo notablemente como economía sana que es.

Las consecuencias son claras y van a serlo cada vez más. En primer lugar, la divisa no para de fortalecerse: un 26% en el mismo periodo frente al euro:

Esto no es una cuestión de teoría económica o de ingeniería financiera, sino más bien de instinto animal de conservación por parte de los inversores globales.

El franco suizo cae claramente en la categoría de activo refugio, como el oro, y esto no ha hecho sino agudizarse tras la explosión de inflación, que ha metido a la renta fija en la categoría de activos especulativos y ha sacudido los treinta años de construcción de carteras mixtas basadas en la correlación negativa entre bolsa y renta fija. Ahora ambas se comportan al unísono, así que los activos reales y los activos refugio están en el foco del inversor.

¿Y las bolsas? Usando Europa, que parece la comparación más lógica, el SSMI suizo (en rojo) le saca un 24% de diferencia al Stoxx50 (en azul), comparando en EUR y con mucha menos volatilidad:

Esto no hace falta complicarlo demasiado. Cortar la tarta en más trozos no la hace más grande, solamente hace los trozos más pequeños. Con la economía ocurre igual: imprimir más billetes no nos hace más prósperos, devalúa cada papelito y provoca inflación para ajustarse a ese efecto.

Si gestionamos bien el efectivo, dejando que la economía se sostenga por sí misma, la inflación está siempre bajo control y la diferencia con el resto de los países se acumula sin cesar. Esto es lo que ha hecho Suiza, un país pequeño que ha sabido jugar sus cartas bien y ha evitado la tentación de adoptar políticas monetarias eufóricas, que a día de hoy.

¿Cuál sería la receta para salir de este círculo verdaderamente adictivo? Incrementar la productividad, o dicho de otra forma, la calidad de nuestra población activa. Justo lo contrario de lo que hacen los dos grandes bloques ideológicos, uno más rápido y otro más lento. Así que, por ahora, Suiza debe estar siempre en la lista corta del universo de inversión.

Alejandro Martínez es socio director de inversiones y cofundador de EFE & ENE Multifamily Office

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