CASTELLÓ. El concejal de Urbanismo, Sergio Toledo, sigue reuniéndose a pie de calle con los vecinos afectados por las obras del proyecto de Zona de Bajas Emisiones. Tras recorrer el raval de San Félix, ayer tuvo lugar una reunión con la Asociación de Vecinos Raval de la Trinidad, en la que estuvo su presidenta, Inma Roig, y técnicos de la empresa que está llevando a cabo los trabajos. También estuvieron presentes en torno a medio centenar de vecinos.
El edil del área asegura que “para el gobierno municipal es prioritario que los vecinos tengan toda la información sobre qué se va a hacer, cuánto van a durar las obras y sobre todo, saber qué alternativas tienen para que estos trabajos no trastoquen más de la cuenta su día a día”. Sergio Toledo afirma que “vamos a tener en cuenta todas las propuestas que nos han trasladado para hacerles la vida lo más fácil posible”.
En este sentido, Toledo recuerda que “desde el primer día estamos llevando a cabo múltiples reuniones periódicas con vecinos, comercios, restauración, pymes, autónomos, proveedores de servicios y colegios de profesionales para mantenerles informados en todo momento sobre la remodelación que vamos a llevar a cabo en nuestra ciudad”.
“Entendemos que las obras son muy molestas, por eso, agradecemos la compresión de los vecinos. Nos ponemos a disposición de los vecinos y comerciantes para tratar de minimizar el impacto”, señala. Para los vecinos en general, Toledo ha explicado que “no van a tener ningún problema para acceder a sus casas, solo que mientras estén las máquinas trabajando van a tener que contar ese tiempo de más que les puede costar entrar o salir de esa vía”.
En el caso de los vecinos que residen en la calle Navarra, cuyas obras comenzaron el 2 de abril, se solicita la salida de los vehículos de la zona antes de las 7:45 horas y pueden volver a entrar a partir de las 18:45 horas, momento en el que finalizarán los trabajos. Las obras en esta vía tienen una duración estimada de ocho meses.
El objetivo de este proyecto no solo es mejorar la movilidad y calidad ambiental de la ciudad, sino hacer que sea más accesible. En este sentido, el edil recuerda que “ésta no deja de ser una obra heredada del gobierno anterior, que el gobierno actual ha reorientado de la mano de los vecinos para mejorarla, con más plazas de aparcamiento y más zonas verdes, cumpliendo a su vez con las exigencias que marca Europa y sin perder la financiación de 8 millones de euros que comporta esta obra de gran calado”
“Estamos yendo de la mano de los vecinos, sus preocupaciones son las nuestras. Por eso insistimos tanto en esta campaña informativa puerta a puerta que iniciamos hace ya varios meses para que los castellonenses sientan que este gobierno es sensible a sus preocupaciones. Con información, este periodo molesto por las obras, se sobrelleva mejor”, insiste.
Las calles serán todas de plataforma única y con aceras más anchas para poder disfrutar de la ciudad y garantizar la accesibilidad, con un itinerario para personas invidentes. Como detalle a resaltar, se aplicarán materiales fonoabsorventes para reducir el ruido y fotocatalíticos para reducir la contaminación.
Además, con esta remodelación de la ciudad se recuperan 219 plazas de aparcamiento para los vecinos, respecto al proyecto del gobierno anterior y se incorpora más arbolado y zonas verdes que harán que sea más agradable pasear por Castellón.
Toledo recuerda que “por decisión de este gobierno, este proyecto no restringirá al tráfico de vehículos ninguna de las calles integradas en el perímetro de la ZBE, solo en momentos puntuales si los medidores de la calidad del aire lo indican y sin afectar a los residentes que van a poder acceder a sus viviendas en todo momento”.
Estas obras, que han empezado a ejecutarse por fases y deberán estar finalizadas el 31 de diciembre de 2025, forman parte del proyecto rediseñado de la Zona de Bajas Emisiones. Una actuación que se está llevando a cabo en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado con los fondos europeos Next Generation, para mejorar la accesibilidad de la ciudad de Castellón.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara