VALÈNCIA. Una bolsa de plástico vuela a lo largo y ancho del espacio mecida por el viento. Siguiendo su pista va una pareja andrógina que viaja tras ella a lo largo de casi trescientas páginas entre las que se encuentran con alienígenas, robots y humanos "asustados por el capitalismo". Este viaje sucede entre las páginas de Future, un cómic "cósmico" del autor finlandés Tommy Musturi -traducido al español por Luisa Gutiérrez- que ahora publica la editorial Barrett. Un cómic en el que el balanceo de una bolsa se convierte en el hilo conductor de un relato sobre un futuro distópico, sobre máquinas, inteligencia artificial y un universo imaginado en el que el dinero y el poder parecen arrasar con todo.
Conforme el lector avanza por las enormes páginas de este cómic, dibujado en todo tipo de estilos, ve como la bolsa actúa como metáfora de la vida occidental en la que los protagonistas no tienen "ni rumbos ni valores" ni un futuro claro: “Somos individuos en busca de algo real con una identidad aplastada por los capitalistas”, añade Musturi, quien ve el reflejo del ser humano en este trozo de plástico blanco.
Para comprender todo el imaginario que Musturi aplica sobre esta bolsa de plástico blanca y deshilachada, el autor escoge dos protagonistas particulares: una pareja de clones que van por el espacio en busca de vida y de una nueva realidad. Para vestir este drama galáctico, el autor navega por más de doce estilos diferentes entre los que juega con diferentes temáticas: “Veo los estilos como una herramienta capitalista, para mí es un envoltorio para vender algo”, explica el autor, “huyo del mal uso de los estilos como herramienta para crear trabajos y experiencias artísticas desde las que narrar e ilustrar los conceptos de manera diferente”.
Con esto, su “futuro” se viste de todo tipo de colores, tonos y dibujos para reflexionar sobre las diferentes formas de ver un mismo universo:“El estilo para mi es una cuestión de retórica, empleo lenguajes cómicos en diferentes tonos. Lo que quiero es que mis obras tengan efecto. Confío en que que el arte puede cambiar la forma de pensar, como sucede conmigo y con lo que soy”, añade el autor quien realiza su "mezcla artística" según le conviene para huir de lo lineal, “la mezcla de estilos es algo especial y único en el mundo del cómic, el mundo es demasiado complejo para explicarlo con un solo lenguaje y la poesía conduce a los mejores resultados”.
Para reflejar este complejo imaginario Musturi dibuja entrevistas a gran formato, páginas en las que solo los colores cuentan pueden contar una historia y pantallas de videojuego que relatan el abrumador avance de las tecnologías y la inteligencia artificial, sobre la que reflexiona a través de sus personajes: “Considero que nos estamos volviendo más tontos al subcontratar nuestro pensamiento a la IA. Es un camino peligroso porque las personas tontas son más fáciles de controlar”, reflexiona sobre esta herramienta, que se torna protagonista entre las viñetas. “El cambio de camino requiere una capacidad para comprender qué es real y qué es falso. Todo cambia demasiado rápido y la humanidad no se ha adecuado correctamente”, añade el autor.
Para definir un mundo lleno de cambios, Musturi dibuja también los “archivos” de sus observaciones diarias, reflexiones sobre la historia que el aturo va recopilando en su cuaderno de notas para que no caigan en el olvido: “Para mí los archivos presentan, de forma exagerada, algo que se puede estar redescubriendo en nuestra historia, algo que nos dicen nuestros padres pero que se va olvidando. Los archivos de Future se presentan con métodos propios de libros antiguos de no ficción y me ayudan a comprender la humanidad desde el cuestionamiento de su historia”.
Con la idea de generar un libro atemporal, trabaja con las emociones y la lectura del mundo a través de sus protagonistas, quienes escriben la historia de manera conjunta:“Nuestra historia escrita es simplemente una colección de mentiras creadas por los ganadores. Para poder comprender lo que somos debemos mirar la historia también desde otras perspectivas. Eso no significa sólo perspectivas de diferentes culturas humanas, sino también echar un vistazo a todo nuestro ecosistema”, contempla sobre el peculiar universo que crea para ellos.
Una vez terminado el cómic, el lector descubre que el viaje no ha llegado a ningún final, pues el mundo en el que se inspira Musturi cambia constantemente: “Veo el mundo como un gran todo. El sistema cambia constantemente. En mis cómics tiendo a dejar de lado el último panel para hacer pensar al lector. Huyo de las historias perfectas que tienen un final porque la vida no es así. La vida es algo aleatorio y nuestras 'verdades' van cambiando a largo plazo”, explica sobre su obra, que aspira a ser eterna.
“Mis obras parten de individuos porque valoro el pensamiento individual. Estamos solos en el universo y para mí eso es más reconfortante que aterrador. Apreciar nuestra individualidad significa que todos estamos sumando nuestra parte a la evolución”, desgrana.
Eso sí, en este “meta cómic” nunca se llega a un final: "El libro realmente no habla de una realidad, aunque las historias se conectan en algún momento no se forma una historia lineal", explica, "sé que muchos lectores probablemente intentarán leerlo así porque hemos crecido con narrativas simples y fáciles de digerir, pero no es el caso".
Huyendo de la idea de la "lectura ligera", Musturi busca que el lector se estruje un poco los sesos, que sea capaz de plantearse la verdad de lo que ve: "El cómic presenta alternativas, “verdades” y también mentiras. Confío en el lector y en su capacidad para sacar sus propias conclusiones. Future puede entretener pero al mismo tiempo el lector debe ser consciente de que el cómic intentará engañarle”, advierte el autor, quien despega a otro planeta en busca de nuevas narrativas de cómic, su lenguaje peculiar que aún no ha terminado de codificar.