Tres contenciosos de BP, empresas del Serrallo y vecinos atenazan el Plan Acústico de Almassora

CASTELLÓ. Tres recursos contenciosos presentados por BP, la asociación de empresas del Serrallo (Indes) y la asociación de vecinos de la playa atenazan el nuevo Plan Acústico de Almassora, que fue aprobado el pasado 11 de marzo. No obstante, las razones de las industria y los residentes difieren totalmente, ya que los primeros defienden que el Serrallo se debe medir de acuerdo a usos industriales y no residenciales, mientras los segundos quieren una normativa más restrictiva contra el ruido que emana del polígono. 

Los tres procedimientos se han presentado en el juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Castelló contra la aprobación del Plan Acústico. Los tres ya habían presentado alegaciones anteriormente que fueron desestimadas por el equipo de gobierno. 

Las industrias del Serrallo consideran que un polígono tiene que ser objeto de una normativa acústica diferente a la usos residenciales. Desde BP señalan que emprenden el proceso legal para que se tomen medidas "que permitan compatibilizar" los diferentes ámbitos del polígono del Serrallo y los espacios residenciales contiguos. "Desde BP estamos firmemente comprometidos en mantener un entorno seguro y de entendimiento para todos. Nuestras instalaciones siguen una estricta política de seguridad y de cuidado y protección del medio ambiente, implementando acciones destinadas a minimizar y reducir el efecto de nuestras actividades en el entorno, y continuaremos trabajando en esa dirección", remarcan.

Alegación de BP y las viviendas

La refinería ya esgrimió en su alegación que el Plan Acústico no planificaba una "debida compatibilidad" entre dos áreas continuas. Así, subrayaba que dicha regularización debería ceñirse al municipio y no incluir el polígono. Además, sostenía que la consideración de la zona de la playa de Almassora como área residencial en la zonificación acústica afectaba a las exigencias de ruido en la BP, ya que por su proximidad a las viviendas tenían niveles más restrictivos que los que fija la norma de contaminación acústica en un suelo industrial.

También consideraba "irregular" la situación del ámbito residencial de la playa y entendía que el Plan Acústico estaba "viciado de raíz en tanto en cuanto parte el mismo parte de un planeamiento urbanístico (PGOU de 1998) que incumple determinadas normas en su aplicación". 

Por su parte y en sentido contrario, la asociación de vecinos de la playa estimaba en su alegación insuficientes las mediciones del Plan Acústico, exponía que el vecindario sufre molestias por el ruido nocturno del Serrallo, y se preguntaba por qué se realizaron solo en verano. También presentó sus propios estudios que recogían valores más altos del entorno. 

La corporación defiende las viviendas

Son dos versiones antagónicas pero que ponen en cuestión la ordenación municipal del ruido. Al mismo tiempo, el contencioso ha abierto un frente entre el Ayuntamiento y BP por la zona residencial.  El ejecutivo local aduce que el recurso de la compañía reclama sacar de la ordenación urbanas las casas situadas junto al polígono y,  la vista de ello, el  pleno municipal ha aprobado una declaración en defensa de la legalidad de las viviendas.

El gobierno municipal sostiene que cuando se construyó la refinería en 1967 ya existían núcleos urbanos en el entorno como los caminos Om Blanc, Catalans y Benafelí y apartamentos en Benafelí, Catalans y Panyet de San Ramón.