CASTELLÓ. La legislatura del Acord de Fadrell va camino de récord. El impetuoso arranque, con la celebración de siete plenos en tres meses (agosto se considera inhábil), augura un periodo de lo más entretenido para los concejales. Entre las convocatorias ordinarias y las extraordinarias, el segundo mandato de Amparo Marco como alcaldesa deja en anécdota las cinco sesiones de 2015.
El aumento del ritmo de cónclaves plenarios, con el consiguiente sobrecoste para las arcas municipales (afecta a los ediles que cobran solo por asistencias), obedece a las desavenencias entre el equipo de gobierno y la oposición. En concreto, sobre dos temas que, antes de iniciarse el curso político, allá por finales de mayo, resultaban inexistentes para la opinión pública: los nuevos sueldos y la constitución de una comisión sobre la sala de Emergencias.
Todo hacía indicar que las primeras hostilidades se producirían con la aprobación del presupuesto para 2020, la nueva fiscalidad o el Plan General. Nadie intuía que para sacar adelante las retribuciones serían necesarios dos plenos o que habría que convocar uno extraordinario acerca del CIMSE al solicitar el PP y Ciudadanos la apertura de una investigación.
El 15 de junio se inauguró la legislatura con la primera sesión para la constitución de la nueva corporación tras las elecciones municipales del 26M. Unas semanas después las citas plenarias comenzaron a marcar la agenda de los regidores. La convocatoria del 4 de julio, con la composición de los Grupos Municipales y nombramientos y delegaciones, levantó la veda de sesiones. El 25 del mismo mes se sometió a votación el nuevo régimen de remuneraciones, pero el órdago del PP impidió alcanzar un acuerdo, retirándose el punto del orden del día. La suspensión obligó a celebrar un extraordinario el 29 de julio.
Tras las vacaciones, y como suele ocurrir cada año, la corporación retomó el pulso político con el pleno de agosto, que siempre se retrasa a septiembre (en este caso, al 12). Sin embargo, la petición del Partido Popular y Cs sobre la comisión de investigación, presentada por registro el 4 de septiembre, precipitó una convocatoria extraordinaria el 18, celebrándose la ordinaria del mes ocho días más tarde.
Tanta actividad ya ha empezado a pasar factura a algunos concejales, independientemente de su situación; en el tripartito o en la bancada opuesta. En el pleno sobre el CIMSE, Ignasi Garcia (Compromís); María Jesús Garrido (Unides Podem-EUPV); Juan Carlos Redondo, Susana Fabregat y Vicente Guillamón (PP); y Vicente Vidal y Paula Archelós (Cs) no asistieron por diferentes motivos. También hubo ausencias en la última convocatoria. Nuevamente Guillamon y Archelós mermaron la representación de sus formaciones.
En el primer trimestre del estreno de Marco como alcaldesa en 2015, y siempre considerando la excepcionalidad de agosto, la corporación se ciñó a los plenos previstos. La investidura dio paso a la constitución de los grupos y posteriormente siguieron los ordinarios de cada mes.
En la última etapa del PP al frente del gobierno municipal se alcanzó una cifra histórica de ocho sesiones entre junio y septiembre, a consecuencia de la renuncia de Alberto Fabra como alcalde para convertirse en president de la Generalitat. En apenas cuatro días se realizaron tres convocatorias extraordinarias: una para dar cuenta de la dimisión, otra para el nombramiento de nuevos concejales y una tercera para elegir a Alfonso Bataller como primer munícipe.