CASTELLÓ. El embalse de María Cristina ya conoce qué empresas se encargarán de su mejora. El contrato, de un tamaño relevante, ya que salió a concurso por 14,6 millones de euros (sin IVA), ha ido a parar a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por la firma gallega Grupo Puentes y la aragonesa Ideconsa, que han presentado la oferta más barata entre las que no han incurrido en baja temeraria.
Así, por un montante de 11,2 millones -lo que supone una rebaja del 23% sobre el presupuesto base de licitación-, la UTE galaico-aragonesa ha presentado la propuesta mejor valorada entre las 17 que se presentaron. De ellas, cuatro han quedado fuera del concurso en su última fase, al ser considerada temeraria su oferta económica. Tras ello, Puentes e Ideconsa se han llevado el gato al agua a pesar de que su propuesta técnica no era, ni de lejos, la mejor valorada.
De esta manera, las dos empresas castellonenses que optaban al contrato, Facsa -en UTE con la andaluza Azvi- y Becsa -esta en colaboración con FCC-, no han podido hacerse con una de las obras más importantes que en materia hídrica va a albergar la provincia en los últimos años. Junto a ellas, otras firmas valencianas, como Rover o Pavasal -en UTE con Dragados-, también han sido desestimadas por la Dirección General del Agua, que tiene que plasmar negro sobre blanco esta propuesta de adjudicación.
A partir de ese momento las empresas adjudicatarias serán las encargadas de adecuar la presa castellonense a la legalidad sobre seguridad. Esto incluye diferentes actuaciones en la infraestructura ubicada en los términos municipales de Castelló de la Plana y l'Alcora, entre ellas la reforma del aliviadero de superficie y de los desagües de fondo, así como la corrección de filtraciones. Todo en un pantano concebido para frenar las acometidas de la Rambla de la Viuda y que en las inundaciones del otoño del año 2000 se vio desbordado y sufrió un agujero de grandes dimensiones.
Ahora, falta por ver si finalmente se podrán cumplir los plazos que manejaba la Confederación Hidrográfica del Júcar, que esperaba arrancar las obras en el inicio de este año para que estuvieran culminadas a principios de 2023, ya que tienen un plazo de ejecución de dos años.
De momento, la Dirección General del Agua, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, avanza también en la adjudicación del contrato de control y vigilancia de las obras, al que se han presentado ocho ofertas y que Typsa tiene muchas posibilidades de resultar la ingeniería elegida, ya que ha sido la segunda mejor valorada en los criterios técnicos y su propuesta económica es ajustada.
De esta manera, los trabajos para adecuar la primera presa de Castellón a la legalidad sobre seguridad no parecen lejanos en el tiempo, mientras otra gran obra, la reforma de Arenós, el principal embalse castellonense, todavía no ha salido a concurso, al contrario de lo que preveía la CHJ.