CASTELLÓ. A veces el afán por disfrutar de un momento de gloria juega malas pasadas. Lo saben bien los políticos, especialmente aquellos que, obligados por su condición de portavoces, deben prodigarse en sus intervenciones. Nadie está exento de meterse en un jardín que provoque no solo las carcajadas de los miembros de la oposición, sino también de sus propios compañeros de partido.
Es lo que le ocurrió a Elena Vicente-Ruiz, del PP, en el pleno de este martes en la Diputación de Castellón. Como responsable de defender una moción de su formación acerca de la libertad educativa consagrada en la Constitución, tuvo que responder sin vacilar a cuantas críticas recibió del bipartito, consciente de que nada haría cambiar de opinión al PSPV-PSOE y Compromís, cuyos votos en contra impidieron que se aprobara la medida.
La portavoz popular se fue gustando conforme avanzó el debate, hasta que llegó el turno de la socialista Ruth Sanz. Su intervención, reprochando a Ciudadanos sus lecciones sobre la Constitución y afeando al PP sus orígenes (Alianza Popular), sirvió como pretexto perfecto para modificar el discurso de réplica y meter con calzador una cavilación que necesitaba expresar públicamente.
Aunque la representante del PSPV nunca empleó el término "facha" para referirse a la disputa entre Cs y el Partido Popular en las institucionales de Madrid por abanderar el constitucionalismo, Vicente-Ruiz consideró que directa o indirectamente sí lo había hecho. O, al menos, así se lo sugirió su subconsciente, por lo que no pudo reprimirse.
Sin venir a cuento, y hablando de la política educativa del conseller Vicente Marçà, soltó: "Por cierto, a la portavoz del Partido Socialista, usted dice que estamos pugnando Ciudadanos y nosotros por ver quién es más facha (protestas de los diputados del PSPV), de derechas, no lo sé. Bueno, más o menos es lo mismo (risas de la corporción). Al final ustedes están pugnando, lo digo yo, por ver quién es más comunista, de pensamiento único y que hace mayor adoctrinamiento".
El epílogo de la popular no dejó indiferente a nadie, ni siquiera a sus compañeros de bancada, sorprendidos por la obstinación de su portavoz, que marcó un punto de inflexión en el desarrollo del pleno.