VILA-REAL. El alcalde de Vila-real, José Benlloch, ha anunciado este viernes que el equipo de gobierno ha decidido aparcar por el momento el proyecto de rehabilitación y mejora de los usos y la eficiencia energética del albergue de la Mare de Déu de Gràcia así como el proyecto para completar la adecuación del edificio del Molí la Vila y su entorno. Según el edil, los motivos son, por un lado, la situación económica del Ayuntamiento y, por otro lado, diferentes contratiempos que han surgido en la tramitación de ambas actuaciones y que han llevado al gobierno local a “aparcarlos de momento para redefinirlos y volver a plantearlos a lo largo de la legislatura”, según se recoge en el comunicado municipal que da cuenta de la rueda de prensa ofrecida por el alcalde este viernes.
Benlloch ha detallado en su comparecencia que “se trata de dos proyectos que impulsamos en 2018, un año que, junto a 2011, ha sido de los más complicados económicamente para el Ayuntamiento porque tuvimos que pagar un total de 5 millones de euros por el convenio suscrito por el anterior gobierno del PP para la adquisición del convento y el jardín de las Dominicas, así como por los solares del colegio José Soriano, que en su día tampoco pagó el PP”. Esta difícil situación de las arcas municipales, según ha señalado, hizo que el Ayuntamiento no pudiera suplementar la subvención de la Diputación que se consiguió para cada una de las obras y que ascendía a 166.000 euros en el caso del albergue y 180.000 euros para el Molí la Vila.
En el caso del albergue, un edificio de 1931 obra del arquitecto Eugenio Cendoya, tras una primera licitación que quedó desierta, se adjudicó la reforma por el importe de la subvención concedida por la Diputación pero “cuando la empresa iba a comenzar la obra, vio que existían algunos problemas estructurales que, aunque no suponen ningún riesgo para la seguridad de las personas, sí que sería necesario solucionarlos antes de acometer las reformas previstas en el proyecto para la eficiencia energética y la ampliación del inmueble con una terraza acristalada”. “Nos dimos cuenta -ha dicho- de que no valía la pena invertir este dinero porque no podíamos hacer la obra que realmente merecía el edificio”, señala el alcalde, quien añade que “lo hemos adecuado mínimamente para poder seguir dándole uso por el momento y el próximo año nos plantearemos si podemos retomar el proyecto aportando más dinero, pero la realidad es que ahora no es una obra prioritaria atendiendo las circunstancias actuales”.
En cuanto al Molí la Vila, tras una primera reforma que contó también con financiación de la Diputación, en 2018 se consiguió una subvención de 180.000 euros del Plan 135 para completar la adecuación del edificio y su entorno con el fin de darle un uso sociocultural y de crear en el exterior una lámina de agua que recordara su pasado como molino y uno de los edificios más antiguos de la ciudad, que se remonta a la época fundacional. “Pero ninguna empresa optó a esta segunda fase”, ha lamentado el alcalde, quien ha señalado que en este caso también se necesitaría más dinero para redefinir el proyecto.
El alcalde indica que “estos proyectos de momento se quedan fuera del Plan de impulso y priorización de proyectos pendientes, en el que tenemos actuaciones por valor de más de 1,9 millones de euros como la mejora de caminos rurales, la modernización del servicio Bicivila’t o el albergue para personas sin hogar de Cáritas, entre otros”. “Hemos considerado que estas dos obras ahora no son tan prioritarias y en 2021 ya estudiaremos la posibilidad de retomarlas”, explica.
Con todo, Benlloch también ha dejado claro que el Ayuntamiento no renuncia a la aportación comprometida por la Diputación para los dos proyectos, que asciende a cerca de 350.000 euros, y así se lo ha trasladado al presidente de la institución provincial, José Martí, quien “ha mostrado su voluntad de compensar este dinero en 2021 vía un convenio o a través de alguna otra fórmula”, según el alcalde.