VILA-REAL. La liquidación del presupuesto de 2022, que ha pasado esta misma semana por el Pleno, revela que el Plan de reajuste y priorización presupuestaria impulsado por el alcalde de Vila-real, José Benlloch, a finales del pasado ejercicio no sólo ha permitido cerrar el año con un remanente que hará posible afrontar las dificultades con mayor holgura; también se ha logrado una importante reducción del endeudamiento que, al cierre de 2022, pasa del 65,68% al 53,58%. “Hemos hecho un esfuerzo muy importante para estar en las mejores condiciones para afrontar los nuevos retos y dificultades que se nos presenten, desde la prudencia y la responsabilidad.
Y, para ello, es fundamental también tener un Ayuntamiento lo más saneado posible, teniendo en cuenta la ruina de la herencia del PP a la que tenemos que hacer frente cada día”, valora Benlloch. El alcalde recuerda, en esta misma línea, que el importante remante de 11,9 millones de euros logrado con el plan de reajuste evitará también tener que firmar un nuevo préstamo para financiar el capítulo 6 de inversiones del presupuesto y pagar las últimas sentencias urbanísticas “heredadas” de anteriores gobiernos, entre ellas los 500.000 euros del suelo del Centro de Tecnificación Deportiva que han bloqueado la aprobación del presupuesto de 2023.
“Nuestra máxima al frente de la gestión del gobierno municipal ha sido siempre la prudencia y la responsabilidad. De otra forma, no habríamos podido amortiguar los continuos mazazos de la ruina del barco pirata del PP, por la que hemos pagado ya más de 60 millones de euros, entre empastres urbanísticos y deuda heredada, que habrían podido acabar con la intervención del Ayuntamiento si no hubiéramos seguido esta política de responsabilidad, contención del gasto y reducción del endeudamiento”, señala el acalde, quien recuerda que, en 2011, la deuda municipal del 73%, “a punto de la intervención y con nueve millones de euros de facturas en los cajones”.
“Con un tremendo esfuerzo, a lo largo de estos años hemos logrado reducir el endeudamiento, a pesar de haber tenido que pagar 60 millones de euros en 10 años entre los empastes del urbanismo, sentencias, convenios y expropiaciones ilegales y mal hechas y los préstamos a los bancos”. “Lo que habríamos podido hacer con esos 60 millones de euros: bajar más los impuestos, mejorar muchas más cosas en nuestra ciudad, aprovechar más los fondos europeos en los que el Ayuntamiento tiene que poner un porcentaje…”, lamenta Benlloch.
“Tener un Ayuntamiento saneado es fundamental para poder prestar un mejor servicio público a la ciudadanía, para pagar a nuestros proveedores y también para tener colchón para hacer frente a situaciones sobrevenidas o la oportunidad que suponen los fondos europeos, a los que hemos tenido que renunciar en muchas ocasiones por no tener capacidad económica para hacer frente a la parte de financiación municipal”, recuerda el alcalde, quien se ha planteado incluso una refinanciación de la deuda para mejorar la situación financiera del consistorio.
"Hasta ahora hemos podido evitar la refinanciación, pero, aunque hemos logrado en esta liquidación una reducción significativa de la deuda, la ruina de la herencia del PP, lo que nos queda por pagar, sumado a los cinco millones de euros sobrevenidos de la covid-19 o el encarecimiento de los proveedores a causa de la guerra de Rusia contra Ucrania, es una opción que estamos estudiando para poder seguir ayudando a los colectivos más vulnerables y apoyando a nuestras entidades y empresas, además de poder aprovechar la oportunidad que nos presentan los fondos europeos, teniendo en cuenta, además, que hemos optado por por no subir los impuestos e incluso por dejar de cobrar algunos, con la bonificación del 95% de IBI y la suspensión de la tasa de terrazas, entre otros”, concluye.