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el billete / OPINIÓN

Vuelta a empezar

Foto: EDUARDO PARRA/EP
26/11/2023 - 

Ocurren tantas cosas en una semana, que parece lejano el día –el lunes pasado– que Pedro Sánchez nombró nuevo Gobierno con ese estilo tan original que consiste en filtrar durante la mañana los nombres a los medios de comunicación, en tandas de tres en tres, y después organizar una comparecencia del presidente en la puerta de casa, sin preguntas, para poner imagen y sonido a la lectura de una lista de ministras y ministros que ya todo el mundo conoce.

Lo mejor del nuevo Ejecutivo es la ausencia de Irene Montero, quien demostró en su despedida que no solo no sabe estar sino que tampoco sabe irse. Lo peor, la continua creación, división, mezcla y supresión de ministerios por parte de Sánchez con el consiguiente baile de competencias. ¿Tiene sentido que Comercio se desgaje del Ministerio de Industria y Turismo para integrarse en el ministerio macroeconómico de Calviño? ¿Para qué un ministerio de Juventud e Infancia, si no es para dar a Izquierda Unida una cartera maría que antes era una dirección general

Siendo un Gobierno de perfil muy político, el poderío valenciano ha vuelto a quedar retratado en el reparto territorial, con un solo ministerio, por más que nominalmente tengamos cuarto y mitad de otros dos departamentos. Diana Morant repite en Ciencia e Innovación y añade Universidades, que es uno de esos ejemplos de ministerio guadiana, inventado por Sánchez en 2020 y fulminado ahora tras una gris gestión de sus dos titulares en menos de cuatro años, Manuel Castells y Joan Subirats. Para consolarnos sumando hasta tres carteras, tenemos a los oriundos Luis Planas –el mejor ministro del anterior Gobierno–, quien ejerce en Madrid la clásica valencianía consistente en que nadie note su lugar de origen, y Sira Rego, la ministra de Juventud e Infancia, que nació en València pero echó raíces en Palestina y en Madrid.

Diana Morant recibe la cartera de Universidades de Joan Subirats. Foto: A. PÉREZ MECA/EP

El caso de Ximo Puig, aupado a las quinielas por amigos y paisanos, demuestra una vez más que España es más grande y diversa de lo que pensamos. De manera que mientras aquí poníamos a Puig en la pole para ser ministro de Política Territorial –cuando él lo que quería era Cultura–, incluso algunos hacían sonar el nombre de Gabriela Bravo para Justicia, en otros territorios apostaban por sus paisanos como ministrables. Por la misma razón, porque los conocen. Al final, Política Territorial y Memoria Democrática le tocó al barón canario Ángel Víctor Torres, quien en su primer acto público barrió para Fuerteventura.

Tener a un paisano de ministro no garantiza que barra para casa, pero hay más posibilidades de que entienda los problemas de los valencianos que si es de Valladolid. Es poco probable que el nuevo ministro de Transportes y Movilidad Sostenible –de obras públicas, para entendernos–, Óscar Puente, que es de Valladolid, sepa dónde está Alfafar y mucho menos que allí hay un paso a nivel que su antecesora en el cargo se comprometió a suprimir después de varias muertes por atropello.

También habrá que explicarle lo del Corredor Mediterráneo, lo del soterramiento de las vías de Serrería en València, que el primer puerto de España espera la autorización del Gobierno para la ampliación norte desde hace meses y que en la Comunitat Valenciana también tenemos Rodalies, que sospecho que funcionan bastante peor que en Cataluña.

Todo eso que ya sabía Raquel Sánchez le llega de nuevas a un ministro con un acentuado perfil político y fama de pendenciero, de la total confianza del presidente, que lo ha colocado ahí con el objetivo de negociar el traspaso de Cercanías a Cataluña y el País Vasco. Para ello, Puente ha nombrado número dos del ministerio a otro que tal, el alcalde socialista de Irún, José Antonio Santano.

Óscar Puente recibe de Raquel Sánchez la cartera de Transportes. Foto: MARTA FERNÁNDEZ/EP

El otro día, el presidente de MSC España, Francisco Lorente, se mostraba confiado en que el Gobierno aprobara, en cuanto dejara de estar en funciones, el proyecto de ampliación norte del Puerto de Valencia, en el que MSC va a invertir más de mil millones de euros. Confiado porque así se lo aseguró David Lucas, secretario de Estado que acaba de ser sustituido por Santano. Solo falta que cambien también al presidente de Puertos del Estado, Álvaro Rodríguez Dapena, que está a favor de la ampliación norte y tiene una excelente relación con la flamante presidenta de la APV, Mar Chao, para completar la desaparición de los interlocutores en Madrid en materia de infraestructuras.

En noviembre de 2021, en el acto de #QuieroCorredor en Madrid al que acudió por primera vez Raquel Sánchez, Fernando Trías de Bes echó agua sobre los compromisos de inversión allí anunciados al señalar que la "esperanza de vida ministerial" de Raquel Sánchez era de dos años. Lo clavó. Pedro Sánchez lleva tres ministros en cinco años. No es mala táctica la de renovar ese ministerio con frecuencia, porque es más fácil justificar los incumplimientos cuando la promesa la hizo otra persona.

A ver qué promete Puente, que hereda el puesto cuando se avecina una época de ajuste que, sospecho, no afectará ni a Rodalies de Cataluña ni a las obras del AVE del País Vasco, la llamada Y vasca. Si afecta a la Comunitat Valenciana, será más munición para Mazón contra su 'enemigo público', aunque puede que eso al ministro le dé lo mismo.

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