VALÈNCIA. Los festivales de música ven cada vez más claro su futuro inmediato en la Comunitat Valenciana. Este lunes se reunió la bautizada como Mesa de los Festivales, un foro entre administración pública y profesionales del sector que nace con el objetivo de allanar el camino a las grandes citas musicales del verano. Y tras meses de incertidumbre, empiezan a llegar las respuestas. De esta forma, se ha dibujado un plan de desescalada que consiste en dos grandes puntos. El primero de ellos, un aumento significativo del aforo, actualmente fijado en 2.000 personas, una decisión que está pendiente de pasar por la Mesa Interdepartamental, que se reunirá a final de semana, aunque, si se cumplen las previsiones que se manejan actualmente, se podría llegar a duplicar el aforo actualmente estipulado. El segundo punto clave es un pacto para revisar los aforos cada quince días, con el objetivo de dibujar un aumento progresivo del mismo.
Estas han sido las claves del encuentro de la Mesa de los Festivales, en la que han participado en representación de la administración autonómica Ana Barceló, Consellera de Sanitat; Isaura Navarro, Secretaria autonómica de Salud Pública y del Sistema Sanitario Público; Herme Vanaclocha, Subdirectora General de Epidemiología; y el Secretario Autonómico de Turismo, Francesc Colomer. Por su parte, también participaron de la mesa representantes de las principales entidades del sector, MusicaProCV (Asociación de Promotores Musicales de la Comunitat Valenciana); Promfest (Asociación de Promotores de Festivales de la Comunitat Valenciana), Profest (Asociación de Promotores de Grandes Festivales de la Comunitat Valenciana) y Fotur (Federación de Ocio, Turismo, Juego, Actividades Recreativas e Industrias Afines de la Comunitat Valenciana).
“El sector ya tiene un plan de desescalada”, se ha congratulado Sergi Almiñana, presidente de MusicaProCV, quien ha calificado de “muy positivo” el encuentro con la administración. "La situación que teníamos en los últimos meses era la de no saber qué iba a pasar con cada decreto. Era un problema para planificar un evento. Esta revisión periódica plantea un plan de desescalada real". Con este plan se frena la incertidumbre en torno a los eventos musicales (aunque no toda), generando una cita estable para ir avanzando en la revisión de aforo y de protocolos que así lo permitan. Eso sí, siempre sujetos a los criterios de Salud Pública y al estado de la pandemia. En cualquier caso, el avance en la vacunación plantea un futuro inmediato mucho más halagüeño.
Lo que parece que sí queda descartado, a pesar del previsible aumento de aforo, es la celebración de macrofestivales, algo para lo que habrá que esperar, si todo va bien, a 2022. "Hay que hablar con precaución porque hay que ver hasta qué aforo se puede plantear, pero sí se puede decir que este verano se celebrarán festivales, que los ciclos programados se podrán celebrar […] Es complicado hablar de macrofestivales, pero sí de festivales de un mediano formato. También está la posibilidad de que algunos retrasen sus fechas, como el caso de Les Arts, sobre esa base de activar esa desescalada progresiva”, explica Almiñana en conversación con Culturplaza. De hecho, en este sentido, hace apenas unos días, durante una visita a Benicàssim, el secretario autonómico de Turismo admitía que no creía que los macrofestivales de 40.000 o 50.000 personas regresaran en el “futuro inmediato”. “Las promotoras están haciendo un "esfuerzo de adaptación, de reducción de formatos", indicó entonces.
Si bien el avance en el progresivo aumento de los aforos ha sido el eje central de la reunión celebrada ayer lunes, no son las únicas cuestiones que están sobre la mesa. Entre otras, las asociaciones han planteado eliminar la sectorización, una medida que no ven “tan necesaria”, al mantenerse la distancia y el uso de mascarilla, y que “complica la logística". También se ha puesto sobre la mesa que el público pueda consumir bebidas en los asientos con el objetivo de evitar aglomeraciones en las barras así como avanzar hacia un modelo híbrido que combine una parte del público sentado y otra de pie.
Estos avances llegan dos meses después de la experiencia piloto que se vivió en el Palau Sant Jordi de Barcelona con e concierto de Love of Lesbian, que congregó a 5.000 asistentes y que fue una prueba de fuego para los grandes eventos, una prueba que superaron con éxito. Cabe recordar que una delegación del gobierno valenciano visitó el concierto con el objetivo de tomar nota de los protocolos de cara a la futura desescalada musical.