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de geles mit

'La mirada inmóvil', el fotolibro que narra el dolor de tener el cuerpo paralizado

La fotógrafa y doctora en Bellas Artes Geles Mit trae su relato autobiográfico hasta la Fundació Caixa Castelló, donde expondrá su libro e inaugurará una exposición   

7/06/2021 - 

CASTELLÓ. A Geles Mit el tiempo se le detuvo mucho antes de la pandemia. En 2019 sufrió una lesión llamada 'hombro congelado' que le obligó a quedarse un tiempo en reposo. Complemente detenida, Mit pasó aquellos meses helada, incapaz de moverse y sin saber qué hacer ni cómo reaccionar al día a día. De alguna manera, pasó a convertirse en una observadora ajena de todo lo que ocurría en la sociedad. Ni podía alzar los brazos, ni podía protegerse, ni abrazar, ni golpear, ni vestirse, ni lavarse. Vivía en un cuerpo que no podía responder. "Estamos acostumbrados a ir a tanta velocidad, que cuando de pronto paramos no nos lo podemos creer. Una nunca piensa en lo que le pueda ocurrir", cuenta la fotógrafa valenciana, tiempo pasado. Y es que la lesión le provocó un dolor tan agudo, que volvió inútil cualquier quejido.

Sin embargo, llegó un momento en el que esta vivencia, que fue tan traumática, también le sirvió para aprender a reducir velocidades y, en consecuencia, a transformarse. Un "despertar" personal que la creadora se ha animado a narrar.

Mit presentará el próximo martes, en la Fundació Caixa Castelló, La mirada inmóvil. Un fotolibro que, acompañado de una exposición fotográfica, transita entre la memoria y el paisaje. Sin ningún otro parámetro previo, lo que en él se puede ver observar es un proceso doloroso y personal sobre la transformación, tanto física como emocional. Una sensación, primero de parálisis y después de asimilación, que ha sabido transmitir con instantáneas donde aparecen bloques de hielo o esas explosiones que son capaces de detenernos en seco. Unos sucesos inesperados antes los cuales nos convertimos -como explica en artista- en "observadores involuntarios", por no estar preparados para ellos.

Ahora bien, esa incapacidad de movernos que tanto nos horroriza también la transita la artista desde una vertiente más positiva. Por ejemplo, esos momentos en los que dejamos lo que estábamos haciendo para simplemente mirar por la ventana de nuestro cuarto. Aquí, según Mit, nos convertimos en "observadores conscientes", ya que nuestra voluntad es detenernos para ver qué hay más allá de donde estamos. Esta parte queda representada en su obra a través de la luz y de numerosas ventanas. Pero, en ambos casos, unas veces por shock y otras por mera contemplación, es ese camino, esa mirada inmóvil, lo que se convierte en eje de su trabajo.

 "A través de mi fotolibro evoco situaciones de impacto con las que nos quedamos atónitos. Quería que la gente que también ha tenido experiencias dolorosas se identificara conmigo. Aunque, es cierto que después llegó la pandemia y todos de alguna manera hemos sentido ese congelamiento", señala la profesional, a quien, por otra parte, también le interesaba mostrar esa dualidad que existe entre una mirada cuando es, o no, forzada. "Mis fotografías conectan con una mirada mucho más consciente y sensitiva, que solemos poner en práctica cuando miramos a través de las ventanas. Por eso, el libro parte de una experiencia personal y dolorosa para transformarse en algo más positivo y colectivo", asegura la valenciana. Por es esta, sencillamente, la evolución que ella misma y su cuerpo han tomado.

 

Geles Mit siempre ha centrado su obra fotográfica en retazos autobiográficos que evocan experiencias y emociones colectivas. Temas como el paisaje o la memoria sirven como ejes de reflexión para una observación que reconstruye el paisaje al contemplarlo. Un trabajo que, con todo, no se entendería sin la palabra. La artista completa sus piezas con unos textos que no dejan al espectador sin saber el por qué y el dónde de los retratos. "Si el leitmotiv de este trabajo es la explosión, habrá que contarlo", defiende la autora, quien no cree que la ambigüedad sea el mejor camino para transmitir un mensaje de tanto calado. 

"Para mi siempre es importante que otros se identifiquen con mi trabajo. Parto de situaciones muy personales, pero todos los escenarios están identificados. Si en una fotografía se puede ver un trozo de La Habana, es necesario que se sepa. Los títulos son importantes, porque que el espectador se identifique con lo que ve, también lo es", recalca la valenciana. 

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