VALÈNCIA. La vinculación de la familia Saus, propietaria del Grupo Ascires y de Eresa, con la sociedad instrumental Uvecuatro Gestión Integral de Servicios, que se hizo de manera subrepticia con el 8% del negocio de las resonancias magnéticas en hospitales públicos valencianos, fue más allá de la compra de esta sociedad. Según ha podido comprobar este periódico, la asesoría fiscal de la familia Saus, situada en el mismo edificio que la sede de Eresa, en el número 1 de la calle Colón de València, presentó en nombre de Uvecuatro las cuentas anuales en el Registro Mercantil entre 2008 y 2011, últimas depositadas.
Este asesoramiento fiscal se realizó primero por parte de la empresa Saus Cano, que en 2012 deja de operar y pasa el testigo a Saus Cano y Rubio. Saus Cano es la asesoría fundada por Vicente Saus Mas, en la actualidad máximo accionista de Eresa, empresa de resonancias magnéticas del Grupo Ascires que hoy preside su hija Lorena Saus Cano.
Como publicó este lunes en exclusiva Castellón Plaza, el concurso de las resonancias magnéticas licitado por el Gobierno de Francisco Camps en 2008 con Manuel Cervera como conseller de Sanidad, y adjudicado a la UTE Erescanner Salud por un valor estimado de 475 millones de euros en diez años —la oferta más cara—, tuvo un invitado de última hora que fue introducido en la UTE de forma tan secreta que hasta ahora no se ha sabido públicamente de su existencia.
Esta sociedad, Uvecuatro, consiguió a cambio de 800 euros un 8% de la UTE cedido por uno de los socios, la alicantina Inscanner. Un chollo, ya que la UTE se había adjudicado un negocio de casi 500 millones de euros con unas expectativas de beneficio de más de 100 millones.
La sociedad fue fundada por los tres empresarios —José María Gimeno, Francisco Sanchis y Francisco Catalán— socios del Grupo Imex, dedicado a la distribución de material sanitario, especialmente de oftalmología. Sin embargo, en las cuentas anuales de su sociedad Triumval no consta que participase en Uvecuatro cuando esta sociedad fue partícipe de la UTE y vendió su 8% a Iberdiagnosis —matriz de Eresa— a finales de 2011. Ninguna de las partes consultadas ha aclarado quién o quienes eran los accionistas de Uvecuatro en el momento de esa venta.
Casi un millón de euros de beneficios anuales, con solo un empleado en plantilla, logró Uvecuatro en los tres años y tres meses que participó en la UTE antes de ser adquirida por los Saus y, a los pocos meses, absorbida y extinguida. Durante su efímera vida, la empresa facturó casi 13 millones de euros y obtuvo los siguientes beneficios netos: 19.670 euros en 2008 —solo dos meses de actividad—, 841.577 euros en 2009, 978.387 el año siguiente y 852.662 en 2011. En poco más de tres años Uvecuatro pasó de unos fondos propios de 3.100 euros a 2,75 millones al final de 2011.
La adjudicación del servicio de resonancias magnéticas en los hospitales públicos valencianos a la UTE Erescanner Salud fue polémica en su día por la oposición de muchos médicos de la sanidad privada, por la forma de convocarse el concurso y por la adjudicación, que fue recurrida sin exito en los tribunales.
El concurso se convocó tras vencer el contrato anterior (2000-2008), adjudicado con aún más polémica por el Gobierno de Eduardo Zaplana a Eresa en Valencia y Castellón y a Inscanner —propiedad de Carlos Paz, gran amigo de Zaplana— en Alicante.
Para el nuevo concurso, el departamento que dirigía Manuel Cervera decidió que hubiera un solo lote en toda la Comunitat, lo que impidió a pequeñas y medianas empresas presentarse en solitario. Se formó entonces la alianza en forma de UTE formada por Eresa (49%, Inscanner (28%) y Beanaca (8,5%) —también propiedad de Carlos Paz—, a las que se unió Ribera Salud (14,5%). Ahora hemos sabido que había un quinto invitado oculto tras una empresa pantalla que se llevó el 8%.