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Monogamia, sexo y crisis de los cuarenta: así es la comedia valenciana 'El juego de las llaves'

El metraje está siendo rodado en 32 localizaciones valencianas distintas. Tanto su productor como sus actores hacen hincapié en el valor estético de València, a la altura "de muchos lugares del sur de Francia e Italia"

25/07/2021 - 

VALÈNCIA. Más de una treintena de localizaciones valencianas serán escenario para la nueva película del cineasta Vicente Villanueva (Toc, Toc). Se trata de El juego de las llaves, una producción que aborda temas como la sexualidad y el amor romántico y cuyo rodaje les llevó esta misma semana al Hotel Las Arenas. La cinta narra la historia de Laura y Antonio, un matrimonio ahogado por la monotonía y el aburrimiento, pero, ¿se puede salir de esta situación? Es en ese proceso de reflexión que aparecen en sus vidas Sergio y Siena, quienes convencen a los protagonistas para jugar al ‘juego de las llaves’: todos ponen sus llaves en un cuenco y cada uno escoge una de ellas al azar. Los personajes tendrán que pasar la noche con el dueño de la llave escogida.

Esta es la premisa de El juego de las llaves, que reflexiona sobre las crisis de preja en clave de comedia. El productor del film, Kiko Martínez, explica a Culturplaza que la película huye del humor simplista y nos habla de “alta comedia”, un tipo de humor “al estilo Gómez Pereira” que parte de la sutileza y de los elementos implícitos. “Después de ver Toc, Toc, me di cuenta de que Vicente Villanueva tiene todos los ingredientes necesarios como director para hacer una película como esta”.

No solo hay comedia en El juego de las llaves. Tanto el productor como parte del elenco aseguran que la película da pie a conflictos muy dramáticos aunque parta del humor como hilo narrativo. Al fin y al cabo, cuenta la historia de un grupo de parejas sumido en una crisis existencial con la que muchos espectadores podrían verse identificados.

Rodaje de 'El juego de las llaves'. Foto: MARTA ALEGRETE

Un rodaje ‘a la valenciana’

El elenco está formado por Eva Ugarte, Miren Ibarguren, Tamar Novas, Fernando Guallar, María Castro, Dani Tatay, Ricard Farré y Justina de Bustos, que esta semana han ocupado el Hotel Las Arenas, que ha acogido el rodaje de una escena ambientada en una boda. Los actores y el productor hacen todos hincapié en el sentido estético de El juego de las llaves. En parte por las localizaciones escogidas, entre las que destaca el Ateneo Mercantil, el hotel Westin, el puerto de València y escenarios interiores como un hospital militar, el taller de la modista Adriana Iglesias o el simulador de vuelos del aeropuerto de Manises. Y en parte también por la fotografía de la película y la efectividad de Vicente Villanueva para escoger los lugares. Kiko Martínez indica que “no querían que la ciudad se identificara de manera clara”. En su lugar, querían “escenarios que puedan recordar perfectamente al sur de Francia” y que “huyeran del feísmo al que muchas veces el cine español recurre en exceso”.

El sexo y la comedia

El juego de las llaves es una película que juega mucho con lo que no se ve en pantalla. De ahí aquella referencia de Martínez sobre la “alta comedia”. Los actores explican que muchas veces las risas precisamente vienen de lo que no se dice en voz alta. Esto también ocurre con el sexo. Se trata de un metraje que gira en torno a la sexualidad de los personajes, pero entiende el sexo de manera implícita. “Al fin y al cabo, lo importante es que los protagonistas se sumergen en un juego que supone todo un tsunami en los cimientos de sus relaciones. La intención era mostrar eso”, incide el productor.

'El juego de las llaves'

La película también ha generado reflexión en sus actores. Miren Ibarguren asegura que cualquier película transmite a quien la ve algo relacionado con su propia situación personal y lo cierto es que la situación sentimental de las parejas protagonistas es bastante común. María Castro cuenta que interpreta “a la mujer de la típica pareja en la que todo parece ideal desde fuera. Todos piensan que no se van a separar nunca. Se quieren y se respetan, pero su terreno sexual es como la nada. En ese sentido, el juego de las llaves le ayuda mucho”. Dani Tatay, el marido de Castro en la película, añade que “su matrimonio es como el de los Beckham: todo parece ir genial: una casa preciosa, un perro precioso, un marido y una mujer preciosos… El juego les obliga a enfrentarse a la realidad y ver qué pasa con ella”.

Por su parte, Eva Ugarte explica que su personaje tiene una relación normal con “ese novio de toda la vida. Todo va bien en realidad, pero han caído en la monotonía. Mi personaje se atreve con el juego porque quiere generar cambios en su vida. Es una mujer en tránsito”.

La película podrá verse el año que viene, y su director, Vicente Villanueva, también indica que una de sus intenciones es “abrir nuevos espacios visuales a este tipo de comedias que siempre suelen suceder en la capital. València, en este sentido, da una impresión de urbe europea, una mezcla entre Nueva York, París o cualquier ciudad italiana. Las localizaciones valencianas dotarán a la película de una elegancia atemporal”.

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