Citas rocambolescas 

Vicent Baydal e Ismael Chappaz: una historia mainstream de los valencianos

El historiador y el galerista hacen match para conversar sobre inconsistencia, memoria, modernidad y ciclos de tres años

17/08/2019 - 

VALÈNCIA. El arte moderno y la historia, evidentemente, tienen mucha más proximidad de lo que la razón ignora. Un encuentro imprevisto entre el historiador y cofundador de la editorial Drassana, a un lado, y una de las mitades de la galería Tactel, en su regreso a València desde hace unas semanas.

Las conexiones se multiplican a lo largo de la tarde, hasta darse respuestas entrelazadas. Una charla dividida en cinco actos.

I. Los inicios

Ismael Chappaz: Tengo dos profesiones. Juanma (Menero) y yo comenzamos con el estudio de diseño, Tactelgraphics, nada más acabar nuestros estudios, en 2005. Nos interesaba dar nuestra visión del diseño. Éramos unos críos. Si hay una cosa que no nos interesaba era la marca València. Nos parecía rancia, anquilosada, sobrevalorada. Había ciertos despuntes de modernidad pero que no llegaban a ningún sitio. Como Le Club, un sitio muy queer y muy moderno que se fue al garete. Así que empezamos a pinchar, a hacer carteles… de ahí nos comenzaron a contratar. Y de ahí una cosa llevó a otra y la galería, que iba a estar vinculada con el diseño, ha acabado estando vinculada con el arte contemporáneo, como una de las cuatro mejores galerías valencianas. Todo lo que hemos hecho en València es porque creíamos que eran cosas que no se hacían. Buscábamos la continuidad, aunque nos ha dejado solos, flotando, porque todos nuestros amigos que podían haber aportado algo a València, se fueron tras tantos años en el que el término moderno se vinculó como algo negativo.

Foto: ESTRELLA JOVER
Vicent Baydal: Hice Historia rebotado de Derecho, porque soy de aquellos a los que les pedía  no hacer la carrera que no tenía futuro, Historia, y hacer Derecho. Pero acabé pasándome a Historia. ¿Por qué? Porque podía explicarlo todo de lo que ocurría en nuestro entorno. Si yo sé de historia comprendo mejor mi mundo. Pero no quería que que el conocimiento se quedara solo en el círculo de académicos, sobre todo porque en nuestro caso tenemos una carencia importante de explicar lo que hacemos. La otra profesión es la de editor. Una cosa llevó a la otra. La historia, y yo trabajo la historia valenciana, tiene una vertiente muy clara que es la memoria. No es lo mismo. La historia es lo que ha pasado y la memoria es el uso que hacemos de los hechos que han tenido lugar. Esa historia y esa memoria está vinculada a la cultura, de ahí decidimos que había mucho talento desaprovechado en nuestros círculos, así que refundamos una revista, Lletraferit, y fundamos una editorial, Drassana.

II. La apuesta de València

Ismael Chappaz: Cada X tiempo hay una generación con intereses y necesidades que genera una escena. El problema de esta ciudad es que genera escenas demasiados pequeñas. No consigue que esas escenas cuajen, se desinflan. ¿Por qué? Soy muy crítico pero no he dejado de creer. Ha habido proyectos muchos más modernos que en el resto de España pero que se han ido al garete. Estamos en el mismo momento. Van floreciendo escenas de vanguardia (en el arte contemporáneo pero también en la música, el diseño…) pero si la ciudad no les facilita las cosas, se irán. Influye que la alta burguesía solo sabe enseñar de puertas para afuera.

Vicent Baydal: ¿Por qué? Tiene explicaciones en la historia y en la geografía. Si ves ciudades de 800.000 de toda Europa, en algunos lugares hay más cosas interesantes… pero en otros no. Pero sobre todo, los valencianos no estamos autocentrados. Tenemos un localismo muy marcado pero no tenemos una idea fuerte de colectividad.

Ismael Chappaz: ¡La Comunidad Valenciana constantemente ha tenido despuntes de modernidad de referencia europea! Claro, si no hubiera estado aquí no hubiera vivido estas cosas.

Vicent Baydal: Pero históricamente no nos tomamos seriamente como valencianos. Falta una estructura que no tenemos por causas históricas.

Ismael Chappaz: Los valencianos son capaces de apoyar algo tres años. Es como la novela de Beigbeder, El amor dura tres años. Quien sobrevive es porque va a sobrevivir para siempre.

Foto: ESTRELLA JOVER
Vicent Baydal: Se nos atribuyen unas características, globalmente, que han ido cambiando a lo largo de los siglos. En el XVII éramos gente con muy mala leche, con la mecha muy corta. En el XVIII decían que éramos científicos porque la ilustración más fuerte en España fue la valenciana. En el XIX, sobre todo, comienza a decirse que somos artistas, con la escuela pictórica valenciana. A finales del XIX y principios del XX, que somos inconsistentes, que no nos tomamos seriamente. Tiene una base en lo que vemos que hacen los otros, Madrid, Barcelona… Es lo que ha perdurado en el siglo. Pero la enseñanza es que eso puede cambiar, va cambiando a lo largo del tiempo.

Ismael Chappaz: Con el cambio político que votamos y queríamos todos...

Vicent Baydal: Si que se me cae el alma a los pies con que la mayoría de gestores políticos de la cultura no tengan aspiraciones culturales. ¿Cómo piensan que tendremos motivos para volverles a votar desde los sectores culturales si ponen a gente, en su inmensa mayoría, que van haciéndose? Elige a las personas que saben de cultura, no a los que medio gestionen.

Ismael Chappaz: Algunos gestores me han llegado a decir: no sé lo que es la Bienal de Venecia.

Vicent Baydal: Es fruto de la lógica partidista. Hay cargos que escogen asesores adecuados y otros en los que el principal motivo es la amistad. Para los sectores culturales es como un insulto hacia nosotros.

III. Un intento de avance

Vicent Baydal: En torno a la historia hay más demanda que hace 15 años. La gente quiere saber de su pasado, del pasado valenciano. En la editorial era una incógnita la colección sobre divulgación histórica y es de las que mejor han funcionado. La identidad valenciana se ha  fortalecido en los últimos cuarenta años, básicamente por el estado de las autonomías. Si en 1918, nadie celebró el quinto centenario de la Generalitat Valenciana, sí han celebrado los 600 años. Ahora bien, es un poco más fuerte pero no es que sea muy fuerte. Todavía no nos importa demasiado lo que nos ocurre.

Ismael Chappaz: La modernidad valenciana es el sumun, con diferencia sobre el resto de España. No sé si es innato. No hay explicación. Estamos tan acostumbrados a vivir sin nada que nos preparamos más que otros. Esperanza hay, pero con un apoyo tan efímero lo que suele pasar es que se piren…

IV. El exceso de impactos

Vicent Baydal: Como dice el historiador Pierre Nora, el siglo XXI será el siglo del olvido. Tanta información, tanta hiperconexión, dificulta que las estructuras de la memoria se reproduzcan como lo hacían antes. Pero también creo que las memorias colectivas viven un auge. Pero no sé si irá mucho más allá de unas cuantas generaciones, entre otras cosas porque hay memorias más amplias que tienden a ser asimiladoras, como las memorias de los estados. Vamos hacia un mundo más uniformizado.

Foto: ESTRELLA JOVER
Ismael Chappaz: Si no vamos a llegar, en 2050 se acabó. La cantidad de información que recibimos nos afecta mal, claro. Tenemos una mirada muy dispersa. Es un problema. Se forma una idea muy equivocada del arte contemporáneo que las redes sociales pervierte todavía más. Aunque está muy guay la época en la que vivimos.

Vicent Baydal: Estamos en un impás. A los historiadores hay una parte que nos afecta negativamente, antes eran los académicos los que marcaban los discursos y ahora hay una democratización de la cultura… o una falsa democratización. Una parte de ese mundo puede pensar que cualquier puede hacer historia y surgen iluminados que crean relatos sin saber leer los documentos de los archivos y que no tienen que ver con la ciencia histórica. Es un problema grave.

Ismael Chappaz: Visiones fake, tú tienes pseudohistoriadores, nosotros pseudoartistas.

Vicent Baydal: Como hay mucha demanda y como la Academia no se dedica a hacer divulgación y vive en su mundo cerrado, hay mucho pseudohistoriador que terminan haciendo la divulgación. Pero este impás en el que vivimos se acabará decantando de alguna manera sin ser un guirigay como es ahora. Será una batalla cultural. Al mismo tiempo, claro, las redes han creado unas conexiones brutales que no existían hace veinte años. Era un milagro que alguien te dijera que estaba interesado en la historia valenciana, es internet el que que ha permitido que se creen esas redes.

V. La recomendación final

- Un artista para la historia
- Ismael Chappaz: Jean Cocteau. Viendo una noche en el Canal ARTE un reportaje sobre él descubrí su homosexualidad. Me hizo plantearme muchas cosas. Abrir nuestro nuevo espacio en València, con una reflexión en torno a Cocteau, es porque es una persona imprescindible en el arte, la arquitectura, el cine. Siempre lo ha sido.

Foto: ESTRELLA JOVER
- Un historiador para la modernidad
- Vicent Baydal: Ahora los historiadores estamos precisamente en una fase de posmodernidad en la que hay quien quiere arrinconar la historia exclusivamente al campo de la literatura. En todo caso, también del posmodernismo se pueden extraer conclusiones y, por otra parte, todavía somos muchos los que hacemos historia para conocer los hechos históricos con detalle y para comprender mejor el mundo que nos rodea a través de los métodos de las ciencias sociales y humanas. En ese sentido, un autor que en cierta manera ha renovado los estudios sobre las identidades colectivas, las naciones, la representatividad de los pueblos, etc. es el catedrático de la Universidad de Amsterdam Joep Leerssen, uno de sus principales libros acaba de ser publicado en valencià por la editorial Afers. Es un buen representante de la renovación de estudios históricos de las colectividades.

Al salir del encuentro Vicent Baydal subió en sus redes una foto de unas rejas que dejaban ver la pregunta "¿Qué es el arte?". Acompañó la imagen del siguiente texto: "Els detalls mai no ixen a la llum i els seus fidels posseïxen un idioma propi que impediria comprendre'ls si, per casualitat, se'ls escoltara sense que ells se n'adonaren" (Jean Cocteau, 'Les Enfants terribles', 1929).

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