entrevista con Marisa Crespo y Moisés Romera

Así es '9 pasos', el corto de Castellón que puede alcanzar los Goya

30/11/2018 - 

CASTELLÓN. El padre de Saúl está harto de que su hijo de siete años le despierte todas las noches para ir al baño. Y es que el pequeño dice ver a una terrorífica niña al final del extenso y oscuro pasillo que separa una habitación de otra. Sin embargo, esta vez le enseñará a enfrentarse a sus temores, para convertirlo así en un "hombrecito valiente". 

Así es la sinopsis de 9 pasos el cortometraje  -de siete minutos de duración- que han concebido Marisa Crespo (València) y Moisés Romera (Castellón de la Plana) y que les está llevando hasta los grandes estrados de la industria cinéfila. Y es que, ¿quién no se ha sentido alguna vez así cuando era pequeño? Sin embargo, más allá de la oscuridad, del posible monstruo que nos espera, o no, al otro lado de la casa; una vez más, los directores locales han querido convertir su obra en reflexión. "Si la gente quiere estremecerse y sufrir, les invito a ver el corto. Pero también hay momento para pensar o incluso para reírse. Porque sí, dentro de todo este tenebroso ambiente, nuestra obra ha ganado el premio del público a la Mejor Comedia en el Festival de Tarazona", explica la misma Crespo. Dicho esto, y como bien señala la cineasta, hay que ver el corto para entender ese contrapunto. "Siempre decimos, de hecho, que hay que juzgarlo hasta el último fotograma." 

Fue a principios de enero cuando Crespo y Romera dieron por terminado 9 Pasos, un thriller que ha ido de la mano de Proyecta Films, productora establecida en Almassora, y de un equipo formado en su mayoría por profesionales de la provincia. Así, junto a ellos, la realización de la obra ha contado con los castellonense Wally Sanz, director de fotografía; Luis Aguilar, etalonador y FX; y Jordi Ballester, coprotagonista junto a Pablo Muñoz. Por lo que hace a su proyección, casi un año les ha valido para recorrer más de 200 festivales, entre ellos Cineculpable o En xicotet de Onda -que empezará sus proyecciones justo en enero- así como para ganar más de 80 premios. Entre ellos, puede que les falte uno de los más grandes del sector, el Goya a 'Mejor corto de ficción', del que son candidatos, a expensas de anunciarse los nominados definitivos en el próximo mes. Y de los más recientes, hoy mismo han sido anunciados como finalistas de los Premios Forqué, que entregará sus galardones el próximo 12 de enero. La mejor antesala posible. 

-La mayoría de vuestros cortometrajes han ido siempre ligados a una temática más social. ¿Qué os ha llevado hasta el thriller?
-Marisa Crespo: Teníamos la necesidad de mostrar nuestras capacidades como autores para un proyecto de largo que estamos desarrollando. Para ello, nos reunimos con varios productores que nos preguntaron cómo pensábamos plasmar el miedo del protagonista a la oscuridad y la tensión. Entonces, en lugar de hacer un teaser, decidimos unir varias ideas que nos rondaban por la cabeza desde hace un tiempo y dar lugar a un corto. Aun así, sigue contando con nuestra visión crítica de la sociedad, de una forma menos marcada que en otros trabajos, pero no es una historia vacía que simplemente busca asustar al espectador. Cuando llegas al último segundo te lleva a la reflexión. 

"Intentamos huir de esas tramas contemplativas que a veces solo interesan a quien las está contando"

-¿Son siete minutos tiempo suficiente para sintetizar lo que vendrá a ser, en un futuro, un largo?
-Moisés Romera: Cada historia requiere de un tiempo para ser contada. En nuestro caso, tenemos cortos de tres minutos, de uno o de incluso 30 segundos. Realmente lo que nos cuesta es hacer un corto largo, porque tendemos a sintetizar. Somos muy ahorradores. Si algo se puede expresar con pocas palabras y con imágenes potentes para que gastar más tiempo y para que aburrir al espectador. Intentamos huir de esas tramas contemplativas que a veces interesan mucho a quien las está contando y no tanto a quien las ve. Aunque también es cierto que tenemos algunas ideas de este tipo que no descartamos hacer cuando nos lo pida el cuerpo. 

-Además del género, ¿qué distingue a 9 pasos del resto de producciones?
-Marisa: Únicamente en eso, que es un género con el que todavía no habíamos experimentado. Por el resto, una vez más sigue algunas de nuestras obsesiones como son las relaciones entre padres e hijos, los vínculos familiares y la educación. Todos temas comunes en varias de nuestras obras.     

-¿Y cómo fue su puesta en escena? ¿Es más complicado manejar un thriller?
-Marisa: No nos ha costado ni más ni menos. Básicamente la mayor dificultad para este rodaje fue encontrar al niño protagonista; es difícil que alguien con 7 años sepa interpretar tan bien como lo ha hecho Pablo Muñoz.
-Moisés: Aunque, también fue complicado hallar un pasillo tan largo que se adecuara a nuestras necesidades, de hecho en Castellón provincia no lo encontramos. Así que fuimos hasta Chirivella.
-Marisa: Además, el equipo de arte tuvo un gran trabajo para pintarlo, porque queríamos que tuviera un toque tenebroso y era de color vainilla. Por ello, le tuvieron que dar hasta tres manos de pintura para que quedara lo suficientemente gris.
-Moisés: Y a eso hay que sumarle que teníamos que ser un equipo reducido, porque no cabíamos en el pasillo. Los actores a veces habían de adoptar unas posiciones no muy orgánicas, que intentábamos contrarrestar controlando los planos, por tal de que quedara bastante natural.

-Entre todos los galardones que habéis obtenido hasta el momento, destaca la candidatura a los Goya. ¿Cómo encaráis la preselección?
-Marisa: Como el resto de candidatos, con mucha ilusión y esforzándonos para que el corto tenga visibilidad. El proceso es parecido a como cuando una productora va a estrenar un film en salas y tiene que lograr que al público le pique la curiosidad. Hay que pensar que son un total 15 obras. 

-¿Resulta complicado operar desde Castellón?
-Moisés: En la Comunitat Valenciana no tenemos industria. Estamos todavía a años luz de Madrid, por ejemplo, en el volumen de obras que acaban siendo candidatas a grandes premios como los Goya.
-Marisa: Aun así, somos la tercera autonomía con mayores proyecciones presentadas. En mi opinión, resulta relativamente sencillo trabajar desde aquí porque al final nuestro alcance se basa básicamente en darse a conocer a nivel de redes, que es donde tenemos todo al alcance de nuestra mano. Es evidente que en cuanto a las relaciones personales, siempre vas a conocer mucha más gente si estás ubicado en Madrid. Es más fácil que te inviten a una gran fiesta donde conozcas a gente de la industria, actores y actrices...pero también desde aquí hemos logrado lanzar uno de los cortos más premiados del año. No entiendo que sea un problema a nivel profesional para encontrar trabajo.

 "Podríamos vivir, más o menos, dignamente del cine si los festivales pagaran por selección"

-Comentaba Sonia de la Vega, a este mismo medio, que os ha visto crecer de la mano de festivales locales como Cineculpable. ¿Ha sido este tipo de certámenes la herramienta necesaria para llegar hasta los niveles de proyección que tenéis en la actualidad?
-Marisa: Totalmente. Estos festivales son necesarios por dos cosas: la primera, porque cuando haces un corto como nosotros que no hemos contado con ayuda institucional y tanto Moisés como yo lo hemos financiado íntegramente, el ganar un premio puede ayudarte a recuperar parte de la inversión. Y por otro lado, hacemos los cortometrajes para que se vean. En el fondo si no hay un público detrás no tiene mucho sentido realizarlos. Por ello, estos festivales son más que idóneos, dado que además cuidan mucho las proyecciones.

-¿Qué haría falta aun así para que tuvieran una mayor envergadura?
-Marisa: La manera de conseguir que las personas que hacemos cortos pudiéramos vivir más o menos dignamente de esto sería conseguir que los festivales pagaran por selección. Esta muy bien cuando ganas un premio y evidentemente yo no me voy a quejar. Pero también es cierto que hay festivales que pagan por selección una cantidad simbólica, como pueden ser treinta o cincuenta euros. Así, si un corto está bien hecho, vas acumulando selecciones y aunque no ganes ningún reconocimiento puedes tener una pequeña recompensa.

-¿En qué momento vuestras creaciones tienen tanta trascendencia que incluso la ONU decide comprarlas?
-Moisés: Nos ha ocurrido en varias ocasiones. Por ejemplo, el corto de Papás y mamás que habla sobre la violencia doméstica y el maltrato, fue visto por la ONU y decidieron utilizarlo para una campaña por varios países de América Latina, a través de diferentes talleres. Para nosotros fue un orgullo porque además nos pagaron por nuestra obra, cosa que hay instituciones que la están usando sin permiso y sin remunerar. Aun así, esto dignifica mucho tu trabajo. 

"Cuando hay televisiones importantes detrás, se consigue llenar las salas"

-Con vuestros cortos habéis conseguido viajar por diferentes países, ¿cómo está España en consonancia con el resto de industrias de cine?
-Marisa: Lo primero es decir que los cortos han viajado muchísimo más que nosotros. Dicho esto, hay de todo, si hablamos de festivales en España, hemos estado en algunos como Cineculpable, donde la gente lo vive mucho de cerca; o el de cine de Medina del Campo, donde también los espectadores se implican. Estos casos se pueden comparar, al ser más pequeños, con otros como el Clermont-Ferrand de Francia que sería como el Óscar de los cortos. Sin embargo, estuvimos allí con un trabajo y nos sorprendimos de que hubiese gente que cogiera su semana de vacaciones para asistir a las proyecciones, además llevaban un libro donde apuntaban las críticas de cada pieza. No he visto una devoción igual en España y lo desconozco si ocurre.
-Moisés: Hablar de la industria del cine es complicado. Si fuese en el momento de la fiesta del cine, con su bajadas de precios y largas colas, diríamos que fenomenal. Sin embargo, ahora mismo la situación es bastante irregular. Sigue habiendo cierta tendencia por valorar más el cine extranjero; la gente está más dispuesta a pagar una entrada por ver una película internacional de acción o aquellas que están hechas aposta para verse en 3D o 4D. Aun así, poco a poco se está valorando más la oferta nacional.
-Marisa: El problema también radica en la promoción que tenga un film o no. Cuando hay televisiones importantes detrás, se consigue llenar las salas. Aunque también el boca a boca puede ser un factor clave.


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