VALÈNCIA. El vicepresidente primero del Gobierno valenciano y conseller de Cultura y Deporte, Vicente Barrera, convocó este martes a los medios de comunicación en el Palau dels Català de Valeriola -la sede institucional de su departamento- para desmarcarse de la campaña 'Orgullo de Comunitat', iniciativa presentada hace apenas tres días por el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y la vicepresidenta segunda y consellera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, Susana Camarero, en el marco del Benidorm Fest dirigida a "visibilizar y celebrar la diversidad y promover una sociedad en la Comunitat Valenciana inclusiva y respetuosa", según sus impulsores.
El 'canutazo' organizado por Barrera tenía como objetivo mostrar su disconformidad y desvincularse de la citada campaña para fomentar el reconocimiento del colectivo LGTBI porque, según aseguró, no tenían conocimiento previo, además de considerar que en la Comunitat Valenciana "no existe un problema de discriminación, inclusión o tolerancia". "No estamos dispuestos a comprar el marco ideológico que la izquierda quiere imponernos. Comprar ese marco solo nos puede llevar antes o después a volver a repetir leyes tan perniciosas para todos y que todos conocemos que son absolutamente ideológicas como fue la del 'sí es sí'", resaltó.
Unas manifestaciones que expresaban una clara discrepancia con una iniciativa presentada públicamente por el socio mayoritario en el Consell, el PPCV, y en la que estuvo directamente implicado Mazón y su mano derecha en el Ejecutivo, Susana Camarero. Y no sólo eso, la voluntad de reflejarla públicamente desde el altavoz más potente y sonoro: la Vicepresidencia Primera del Gobierno valenciano.
A partir de aquí, las distintas reacciones de los altos cargos de ambos partidos siguieron un guión preestablecido. De hecho, se había advertido por parte del propio Barrera su intención de desmarcarse de la iniciativa 'Orgullo de Comunitat'. Así, el conseller de Agricultura, José Luis Aguirre (Vox), declinó responder la cuestión en la rueda de prensa posterior al pleno del Ejecutivo en la que compareció con la portavoz del Gobierno valenciano, Ruth Merino, en este caso del PP. "No tengo más que añadir a lo que ha dicho el vicepresidente", comentó el dirigente de Vox.
Mientras, Merino navegaba entre lo que consideraba una "opinión" de Barrera y los otros consellers de su partido que no se correspondía con la del Gobierno valenciano, para agregar que la campaña continuaría adelante. En la misma línea, si bien más contundente, se pronunció el propio Mazón al ser interpelado por la cuestión. "Es una opinión personal, que no es la posición del gobierno de la Generalitat ni lo que va a hacer la Generalitat. Tal cual, tal y como suena", sentenció el presidente, quien admitió no obstante la "discrepancia". "Evidentemente que lo es, no tenemos ningún punto en común en esta cuestión", añadió.
El recurso de enmarcar en una "opinión personal" las palabras de Barrera es, indudablemente, la mejor manera de intentar separar la desavenencia surgida del Ejecutivo. Sin embargo, esta tarea resulta complicada cuando existe una intencionalidad clara de que el discurso emane desde la institución: es decir, Barrera y sus consellers quisieron transmitir un mensaje político de Vox y para ello el vicepresidente primero convocó a los medios en el palacio donde ejerce sus funciones públicas. Bien es cierto que, si hubiera sido sólo conseller de Cultura y Deporte -sin competencias en la cuestión-, las declaraciones de Barrera tendrían más sentido en la sede del partido, pero al haber sido nombrado por Mazón vicepresidente primero del Ejecutivo, no resulta extraño que exhiba su posición sobre cualquier decisión del Consell, aunque tratar de desligarla como una "opinión personal" según la calificó el PP, no parece realista.
El 'modus operandi' de convocar a los medios desde las instituciones para 'canutazos' relacionados con cuestiones de carácter preeminentemente político es una táctica que Vox está empezando a aplicar de manera continuada. Barrera, quien insistió en que su postura no implica una crisis con el PP, se desmarcó de que su declaración se debiera a una orden de Vox a nivel estatal. En este sentido, aseguró que esta cuestión no se había comentado en la reunión de la Ejecutiva del partido en Madrid celebrada el lunes.
No obstante, días atrás, Barrera ya convocó a los medios para responder a la primera intervención del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en el Congreso, aunque su discurso no afectara directamente a la Comunitat Valenciana. "Nosotros vamos a ser dique de contención contra esta política cultural 'woke', de falta de libertad y pluralidad, que parece que quiere imponer el nuevo ministro", manifestó el vicepresidente del Consell.
También se implicó en la reforma del artículo 49 de la Constitución pactada por el PSOE y el PP para la modificación del término "disminuidos" por "personas con discapacidad", una medida que su partido rechazó en el Congreso. "Incluye una discriminación hacia la igualdad entre los dos sexos al ofrecer una ayuda específica particular a las mujeres y a los menores y no a los hombres", explicó Barrera según informó Europa Press el pasado 30 de enero, en una comunicación que partió también de la Vicepresidencia Primera. Dos casos estos últimos relacionados con cuestiones nacionales que sí parecen llevar el sello de la dirección de Vox desde Madrid.