CASTELLÓ. El nuevo muelle de graneles líquidos del puerto de Castellón ya es una realidad. Aunque la Autoridad Portuaria todavía no ha recepcionado la obra, las empresas contratistas, Becsa y FCC, ya han concluido los trabajos de construcción y la reacción no se ha hecho esperar: una de las empresas concesionarias de la instalación, UBE Corporation Europe, ya ha iniciado la tramitación para trasladar las mangas con las que cuenta en el dique de cierre y así poder operar en el nuevo, que le ofrece más posibilidades.
No en vano, el nuevo recinto de la dársena sur del puerto de Castellón permitirá el atraque de buques de gran tamaño: con esloras de hasta 210 metros y de hasta 45.000 toneladas de peso muerto. Para su materialización, cifrada en 4 millones de euros, según ha informado la compañía del grupo Simetría, en octubre de 2020 arrancaron los estudios geotécnicos y los previos; mientras las obras, en sí mismas, han consistido en el dragado para el establecimiento de los cajones que componen el muelle, la ejecución de los duques de alba de amarre, la superestructura del muelle, la mota de conexión entre el muelle y tierra firme y la instalación de los elementos de defensa y amarre necesarios.
Tras la conclusión de los trabajos, desde Becsa destacan que la firma "continúa sumando experiencia en obras de carácter marítimo" y además "facilita el tráfico de mercancías en la zona portuaria de Castellón". Por su parte, el presidente de la Autoridad Portuaria de Castellón, Rafa Simó, resalta que el nuevo atraque servirá "para ganar en competitividad en un tráfico tan importante para nosotros como el granel líquido; esta es una nueva herramienta para que nuestros clientes sean más competitivos".
Y esto se materializará en breve. En este sentido, desde UBE prevén desarrollar las obras de traslado de sus mangas del dique de cierre -para lo que ya ha pedido autorización al Ayuntamiento- "en los próximos meses, según tengamos disponibilidad de la superficie donde irán los brazos de descarga". En cuanto a la eficiencia de las operativas, desde la compañía radicada en el polígono del Serrallo remarcan que, aunque esta instalación no supondrá "un aumento de actividad o mover un mayor volumen de materias primas al año, cuando esté terminada nos permitirá recibir tanto los barcos actuales como otros de mayor eslora y capacidad, ganando en flexibilidad y eficiencia en las operaciones de suministro".
La filial de la compañía japonesa, que materializará para el traslado una inversión "importante" que no detalla, compartirá el recinto con otras, reconocen sus fuentes. En este sentido, destaca que el muelle está ubicado justo enfrente de la planta de biodiésel de Masol, que también lo podría utilizar, así como otras firmas del polígono del Serrallo.
Con la finalización del nuevo muelle de graneles líquidos, el segundo en este emplazamiento, Becsa ha puesto fin a una auténtica epopeya para su materialización. No en vano, tras la adjudicación de la obra al grupo Rover en febrero de 2019, la renuncia de esta compañía solo unos meses después abrió un nuevo proceso de adjudicación, que incluyó nuevos estudios y elevó el importe de los trabajos en algo más de 600.000 euros. Finalmente, casi dos años después de la adjudicación inicial, Becsa y FCC resultaron adjudicatarias de los trabajos, que con un plazo de ejecución de ocho meses se esperaba haber concluido en el verano del año pasado. Ahora, por fin, la Autoridad Portuaria recepcionará la obra en breve y este nuevo atraque estará ya disponible para las empresas que operan en la dársena sur.