ACUSTTEL ACUMULA SIETE MESES DE MONITORIZACIÓN PARA COMPLETAR EL CONTRATO DE UN año

Castelló reactiva las mediciones de las tascas y confía en tener el informe sobre la ZAS en agosto

11/03/2021 - 

CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló reactiva por segunda vez las mediciones de las tascas desde que comenzaron en febrero de 2020. Tras la reapertura de la hostelería el pasado 1 de marzo, la adjudicataria de la monitorización, Acusttel, reanuda la prestación del servicio, cuyo objetivo último radica en determinar si la contaminación acústica en las calles Barracas e Isaac Peral presenta decibelios diurnos y nocturnos por debajo de lo que marca la ZAS para, así, plantear una flexibilización de las restricciones en el futuro.

Según los cálculos de la empresa, y siempre que no vuelven a endurecerse las medidas por la pandemia, en agosto ya estará en condiciones de aportar un informe con conclusiones preliminares acerca del estado real del ruido. De acuerdo con lo que establece el contrato, las evaluaciones en continuo deben producirse durante un ciclo acumulativo de 12 meses, es decir, que no resulta preceptivo que se cumpla un año sostenido, sino que los resultados obtenidos, aunque sea de forma discontinua en el tiempo, tienen que abarcar un periodo de 365 días.

Hasta el 21 de enero de 2021, cuando entraron en vigor las disposiciones excepcionales y adicionales de la Conselleria de Sanidad (entre ellas, el cierre de los bares y restaurantes), la mercantil almacenaba datos de siete meses. Esos registros correspondían al breve lapso antes de decretarse el primer estado de alarma el 14 de marzo del pasado año, con un prolongado confinamiento, y a partir del 2 de julio, momento en que el Gobierno resolvió levantar las limitaciones. Eso significa que quedan cinco meses a fin de completar ese intervalo fijado de una anualidad

Siete estaciones en funcionamiento

Las siete estaciones de medida instaladas por Acusttel se localizan en el cruce entre la plaza Mayor e Isaac Peral (un equipo), plaza Santa Clara (dos), calle Vera (otros tantos), Barracas (el sexto) e Isaac Peral (el séptimo). Los datos van directamente a una central, que los almacena de manera secuencial por horas. De esta forma, se define en qué horas del día y la noche se produce los episodios de mayor ruido.

La empresa, a la que el consistorio ha tenido que pagar 6.668 euros en concepto de indemnización por las reiteradas suspensiones, ya se encargó de realizar una monitorización en las tascas entre noviembre de 2013 y abril de 2015. Entonces, el chequeo corroboró los elevados niveles acústicos de la zona, en la línea de lo que establece la ZAS. A consecuencia de esa saturación ambiental, el Ayuntamiento implementó acciones correctoras, como la reducción del horario de consumo de alcohol en vía pública o el incremento de la presencia policial.

Debido a las cortapisas, muchos negocios se vieron obligados a cerrar. En concreto, aquellos ubicados en Isaac Peral. Cerverinos (antiguo Cantó del Vi), El Mejillón y La Cueva, que bajaron progresivamente sus persianas. En la actualidad, solo continúan Amado, La Tapería (Mel de romer), La Taska, La Guindilla, la Tasqueta y Ernesto. No obstante, la inmensa mayoría de establecimientos permanecen inactivos desde hace meses debido al coronavirus.

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